lunes, 28 de diciembre de 2020

Las decisiones difíciles de la pandemia.

 


Esta pandemia representa sin duda, un reto para los sistemas de servicios de salud a nivel global, y genera cuestionamientos importantes, en especial en relación con la posible necesidad de racionar los cuidados de salud en el contexto de una escasez de recursos y capacidad instalada para resolver la crisis. Y es que, estimado lector, en un hospital lo único que sobran, son pacientes. Aun si la capacidad de brindar cuidados fuera suficiente, será prioritario establecer metas ante el escenario de enfermedades que pongan en peligro la vida, especialmente en aquellos pacientes con enfermedades crónicas, mientras que se intente, en la medida de lo posible, alinear la atención disponible con los valores y expectativas de los pacientes.

 

Las restricciones y el aislamiento de la población, inevitables para preservar la vida de la comunidad, ha traído consecuencias irreversibles: muerte, violencia familiar, restricciones a la libertad, educación, desarrollo personal, divorcios, separaciones, abandonos; así pues la ausencia de eventos sociales, viajes, diversiones, trabajo, pérdidas económicas, desconocimiento de las secuelas de esta la enfermedad para aquellos que la sobrevivieron, la reinfección comprobada y la incertidumbre sobre la efectividad de una próxima vacuna, han abonado a la ruptura total de un proyecto social. Existen dos estrategias fundamentales para controlar una pandemia. Las políticas de mitigación, enfocadas a hacer que la propagación de la enfermedad sea más lenta, reduciendo, en consecuencia, picos en la demanda de servicios de salud mientras se protege a los más vulnerables, lo que se conoce como “aplanar la curva”; en tanto que las políticas de supresión buscan controlar el brote epidémico inicial mediante la reducción del número de casos manteniendo la situación por periodo indefinido. A diferencia de lo que sucede en situaciones clínicas habituales, la medicina por sí sola puede resultar insuficiente para tomar decisiones de salud durante una pandemia. En una crisis de tal magnitud se presentan dos prioridades: la prioridad de salvar vidas y la prioridad de mantener el funcionamiento de la sociedad. Algunos mandatarios priorizarán una y otros la otra, lo cierto es que si no tenemos salud, no tenemos nada. No es muy dificil de entender. En diferentes momentos de los últimos nueve meses hemos escuchado todo tipo de mensajes contradictorios por parte de las autoridades de salud: ¿Por qué no hacer pruebas masivas? Eran innecesarias. ¿Por qué no recomendar el uso intensivo del cubre bocas? No parecía ser determinante. ¿Qué hacer frente a estadísticas internacionales desfavorables para el país? En realidad, son cifras no comparables, excepto cuando nos favorecen. Por su parte, el semáforo epidemiológico se anunció como el mecanismo que permitiría aplicar medidas de manera ordenada y previsible en diferentes regiones, hasta que fue declarado como intrascendente por el propio sub secretario de salud, es decir, por el creador mismo del semáforo. ¿El mensaje reiterado subyacente? Frente a la pandemia, cada familia deberá hacer lo mejor que pueda sin esperar mucho más del gobierno que las políticas sociales y económicas anunciadas meses antes de la pandemia.

 

Hace meses, cuando ni siquiera habíamos alcanzado el primer pico de la pandemia a nivel nacional, el gobierno federal pidió que se les aplaudiera por haber domado la pandemia. Poco después, cuando las cifras acumuladas rebasaron los peores pronósticos iniciales, se nos dijo que no había mucho de qué preocuparse, toda vez que el sistema hospitalario no había sido rebasado y contábamos con camas disponibles. Ahora, cuando la capacidad hospitalaria del Valle de México está a punto de verse rebasada, el gobierno pide aplausos y cantos esperanzadores porque han comenzado a llegar las primeras vacunas (sólo 3 mil dosis). La distribución y aplicación de los diferentes tipos de vacunas desarrolladas contra el SARS-CoV-2 será uno de los retos de política pública y de salud más grandes en el mundo y para cualquier gobierno. Según informe, entre las consideraciones de planeación estratégica destacan seis aspectos: Que la vacuna esté disponible en el volumen necesario para la población. Que pueda administrarse por personas debidamente calificadas entre diferentes segmentos o grupos prioritarios. Que pueda ser almacenada y distribuida de manera eficiente y accesible. Que las personas cuenten con suficiente información adecuada para que confíen y acepten la vacuna. Que el gobierno cuente con los recursos para financiar la adquisición y administración de las vacunas. Por último, que exista una plena rendición de cuentas sobre las diferentes etapas del proceso, así como un seguimiento puntual y oportuno a las personas vacunadas. ¿Podremos llevar el orden en los seis puntos antes mencionados? Por el bien de todos, esperemos que si.

Dr. César Álvarez Pacheco

cesar_ap@hotmail.com

@cesar_alvarezp

Huatabampo, Sonora.

domingo, 20 de diciembre de 2020

Los costos de los accidentes de tránsito.

 


Durante estas fiestas podemos analizar varios aspectos, con la cuarentena que invita a la reflexión, ocasionalmente podemos sentirnos abrumados por la lluvia de malas noticias relacionadas a la pandemia, saturación hospitalaria, inseguridad, entre otras. Culpar a la inacción del gobierno ya no funciona en su totalidad, la creación de políticas públicas  para la reducción de los indicadores de alerta, ya no son “redituables” electoralmente hablando, sin embargo algo se tiene que hacer.

 

Hoy por las fechas no todo es dicha y felicidad, hay quienes por las prisas pierden los estribos al conducir, y hay quienes hasta pierden algo mas. Los accidentes de tránsito, entendidos como “colisión o incidente en el que participa al menos un vehículo en movimiento y se produce en una vía pública o una vía privada a la que la población tiene derecho de acceso”, constituyen una de las principales causas de mortalidad a nivel mundial. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, los últimos años, dichos traumatismos fueron la octava causa de mortalidad mundial y de acuerdo con sus proyecciones, constituirán la quinta causa de muerte en 2030. ¿Por qué el ascenso? Un accidente de transito genera múltiples costos derivados del traslado, tratamiento y rehabilitación de los implicados, así́ como los vinculados con la pérdida de productividad asociados al cese o la interrupción de la actividad laboral de los afectados. Por ello, si se propone estimar el impacto económico y social de este fenómeno, es necesario identificar todas sus implicaciones para el conjunto de la sociedad. A sabiendas de que al actual gobierno no le gustan los estudios ni la planeación al momento de la creación de una política pública, hay quienes requieren sustentar la acción para reducir los costos relacionados a los accidentes de tránsito, pero ¿cómo calcularlos? ¿Qué hacer? ¿Cómo reducir la mortandad, relacionada a los accidentes de tránsito? Un rasgo particular radica en que las personas involucradas son en mayor medida individuos jóvenes (del grupo etario entre 15 y 29 años) y, por lo tanto, de mayor productividad laboral actual y futura. Otra cuestión destacable es la desigual carga económica que generan en los países según su nivel de ingreso: aunque los países de ingresos medios y bajos solo poseen el 53% de los vehículos a nivel mundial, en ellos se producen el 92% de las defunciones por accidentes. A su vez, en cada país son las personas más desfavorecidas económicamente las que se ven principalmente afectadas. En hogares de bajos ingresos donde el jefe de familia es el único sostén económico, un accidente puede significar que la familia entre en situación de crisis y pobreza. Por ello, las políticas públicas que propongan su disminución pueden tener un gran impacto en términos de redistribución de ingresos, así como aminorar la carga económica familiar.

 

Un aspecto económico relevante es el impacto de los accidentes en el funcionamiento de los hospitales públicos: el costo de los recursos humanos e insumos para la atención de los implicados representa un elevado porcentaje de los recursos públicos hospitalarios que no puede ser destinado a la atención de otros problemas de salud, al menos esto pasaba hace un año, cuando los recursos del presupuesto asignado a salud, tenía destino específico, hoy puede ser gastado en lo que “se crea conveniente”. El costo de los accidentes de tránsito se distribuye desigualmente entre países de distinto nivel de ingreso, representando el 1% del producto bruto interno (PBI, o PIB en México) en países de ingresos bajos, el 1.5% en los de ingresos medianos y el 2% en los de altos ingresos. La relevancia de determinar la pérdida económica provocada por este fenómeno radica en que puede ser considerada una aproximación, en términos de costos evitados, de los beneficios de las políticas públicas que se propongan su disminución. Los métodos basados en el valor de una vida estadística son recomendados para realizar comparaciones entre países debido a la comparabilidad de los resultados mientras que el método de costo de enfermedades es útil en análisis nacionales, pues permite dividir los costos en categorías fáciles de interpretar y emplear en las discusiones de políticas públicas. Por ejemplo: el costo unitario de una muerte incluye la pérdida de productividad y calidad de vida, los costos médico-hospitalarios y los costos familiares. Eso aunado a los costos colaterales nos da una estimación que reducen significativamente el PIB. Desarrollar estratégias relacionadas a la disminución de un problema de salúd pública como los accidentes de tránsito, nos llevará a una comprensión mas amplia del concepto de Bienestar. La nueva palabra favorita.

Dr. César Álvarez Pacheco

cesar_ap@hotmail.com

@cesar_alvarezp

Huatabampo, Sonora.

 

 

domingo, 13 de diciembre de 2020

Los cuidados paliativos.

 


En ocasiones en mi práctica médica me encuentro con pacientes que sufren enfermedades incurables, pero que se tiene que tratar para mantener una adecuada o bien, mejorar su calidad de vida, es decir, otorgar los cuidados paliativos. La Organización Mundial de la Salud define a los Cuidados Paliativos como “el cuidado activo y total del paciente, que no responde ya a un tratamiento curativo, con especial atención al dolor, control de síntomas físicos, psicológicos y espirituales, incluida la familia y atendido por un equipo multidisciplinario”.

 

En 2002, la OMS especificó que “toda persona que tenga una enfermedad progresiva y avanzada, tiene derecho a recibir cuidados paliativos”. El contexto epidemiológico actual caracterizado por el envejecimiento de la población y el aumento de las enfermedades crónico degenerativas cuya progresión en la mayoría de los casos es hacia etapas avanzadas y terminales, hace vigente la necesidad de conocer y aplicar este tipo de cuidados, involucrando siempre a la familia. Los antecedentes del concepto actual de cuidados paliativos, se encuentran en los primeros esfuerzos para control del dolor, principalmente en el tema del cáncer. En México los cuidados paliativos, surgen como un movimiento para el control del dolor en pacientes con cáncer, a partir del incremento de estas enfermedades y de acuerdo a reportes epidemiológicos. Pero fue hasta 1996 que la Asociación Mexicana para el Estudio y Tratamiento del Dolor convocó a un grupo de expertos “Grupo Cocoyoc” para analizar, proponer y modificar la regulación y el control de opioides. A partir de este momento, se iniciaron los trabajos para establecer la Norma Oficial Mexicana (NOM) para la práctica de la medicina del dolor y los cuidados paliativos. En 2006 se logró un consenso en el manejo del dolor por cáncer y a partir de estos trabajos las clínicas de dolor se desarrollaron en las diversas instituciones en el país, lo que favoreció que muchos algólogos se formaran como paliativistas. Después se comenzó la discusión en el poder legislativo sobre los cambios legales en el manejo del dolor con opiáceos y la atención paliativa, dado que en nuestro país el narcotrafico siempre ha sido un dolor de cabeza. Para diciembre de 2009, se publicó en el Diario Oficial de la Federación, el decreto por el cual se establecen reformas a la Ley General de Salud; Los artículos modificados fueron: 166 Bis (enfermos en situación terminal); 3o frac. II y XXVII bis (atención médica y tratamiento integral del dolor); 33 frac. IV (actividades de atención médica paliativa, por parte de un equipo profesional multidisciplinario). Posteriormente dados los antecedentes, para el 5 de noviembre de 2013 se publicó en el DOF, el decreto por el que se reforman y adicionan diversas disposiciones al Reglamento de la Ley en materia de prestación de servicios de Atención Médica y  el 9 de diciembre de 2014 se publicó la NOM-011-SSA3-2104, en donde se establecieron los criterios para la atención de enfermos en situación terminal a través de los cuidados paliativos. Mismos que incluyen, la obligatoriedad de los esquemas de manejo integral de este tipo de cuidados en cualquier institución.

 

El hecho de que los temas más abordados en México sean las actitudes y creencias del personal de salud y la revisión conceptual del tema, revela por lo menos dos dimensiones para reflexionar: La primera es, la incertidumbre en la que trabajan muchos médicos respecto a la conceptualización y aplicación de los cuidados paliativos, un ejemplo de esto es la falta de consenso en términos claves como: enfermedad terminal, terminalidad, sedación paliativa, entre otras. Sumando a la falta de criterios claros sobre la aplicación e interpretación normativa y administrativa, generando en algunos casos actitudes defensivas tanto de los médicos, como de los pacientes y familiares. Y la segunda es que otro tema de gran relevancia que merece un análisis profundo es que el concepto y aplicación de los cuidados paliativos, que trastoca algunos fundamentos y prácticas en los que se basa la medicina moderna, específicamente el paradigma de la curación y del modelo paternalista en la relación médico-paciente que pudiera guardar relación con la estructuración institucional de los servicios y la reticencia de algunos médicos de aplicar de manera oportuna y adecuada estas medidas. Aspectos como el dolor y especialmente el empleo de opiáceos, han sido poco reportados. Algunas razones de esta omisión en México son: El abordaje limitado del tema en las escuelas de medicina porque en la currícula el manejo de opiáceos se toca tangencialmente y se deja para las especialidades como la anestesiología. Esta deficiencia escolar ha favorecido que los médicos generales y muchos especialistas no los utilicen aun cuando estén indicados. Sin embargo los cuidados paliativos es algo tan importante en la practica médica que no podemos dejar pasar desapercibida.

Dr. César Álvarez Pacheco

cesar_ap@hotmail.com

@cesar_alvarezp

Huatabampo, Sonora.

 

 

 

 

domingo, 6 de diciembre de 2020

Como los países nórdicos


 

Alcanzar el mayor nivel posible de salud es definitivamente un derecho humano. Su logro es desigual entre las personas y grupos sociales en virtud de las condiciones socioeconómicas en que nacen y viven, pero propiciar que así sea, es una asunto de política publica. ¿Servicios de salud gratuitos como los países nórdicos? Nos falta mucho.

 

Históricamente, los pueblos indígenas de México se han encontrado en condiciones socioeconómicas que determinan un menor ejercicio de sus derechos. En nuestro país, 50% de la población indígena reside en localidades rurales y, de este porcentaje, 79% son pobres y 39% padecen de pobreza extrema. Los indicadores en salud de las poblaciones indígenas muestran la persistencia de brechas y rezagos. El Seguro Popular, cubría en gran parte la atención a población indígena ya que estaba diseñado a la atención de población abierta (sin seguridad social), cubriendo atención desde la orientación, cuidados preventivos, hasta la subrogación de insumos por mas de 50 mil pesos por derechohabiente. Todo eso desapareció a finales del año pasado. Algunos autores sugieren que estos rezagos se deben a factores culturales. Sin embargo, las cosmovisiones, idiomas o tradiciones indígenas no explican las desigualdades en salud. Las desigualdades son producto de formas de organización social que han subordinado a los pueblos indígenas. La estructura social estratificada se sustenta en sistemas de creencias e ideas que se manifiestan usualmente en prácticas de discriminación que se reproducen en todos los ámbitos de la vida, incluyendo el sistema de salud. El análisis de las condiciones de salud de estas poblaciones debe incluir el de estas estructuras de desigualdad y la manera de contrarrestarlas. Pero el estudio de sus condiciones de salud y las intervenciones para su atención han privilegiado un enfoque culturalista. Nos han prometido insumos, medicamentos, hospitales equipados y atención a la salud similar a la de los países nórdicos con un sistema de salud completo y gratuito, sin embargo sabemos que hay un largo trecho para tal declaración, hasta cierto punto irresponsable. La atención médica en los hospitales federales mexicanos a partir de este martes 1 de diciembre del 2020, será gratuita para toda la población, incluida la que no tenga ningún tipo de seguro médico, informó el subsecretario de Salud, ya que se publicó en el Diario Oficial de la Federación un acuerdo del secretario de Salud, que establece que los servicios de salud que otorgan las instituciones federales para personas no aseguradas, sean gratuitos. La atención gratuita fue un compromiso del presidente a decir por Gatell. La población sin seguridad social, que es más del 50 %, y tenía que pagar hasta este lunes unas “cuotas de recuperación” por atenderse en instituciones públicas. A decir del mismo, se analizaron los pormenores de los costos y las implicaciones administrativas que significaría el quitar las cuotas y se verificó que la recuperación que tienen los hospitales federales, incluidos los Institutos Nacionales de Salud, es una recuperación relativamente menor y en cambio para la persona que utiliza los servicios puede ser una barrera muy importante de acceso.

 

Se escucha bien, ya que no hay ya un catálogo de servicios de cobertura y pretende que todo hospital de índole federal sea gratuito. ¿Dónde está el truco? Resulta que los hospitales federales son en su mayoría, los que tienen población derechohabiente o cautiva. Como IMSS e ISSSTE, que estos ya prestaban una atención gratuita; además de los institutos que en su mayoría se encuentran en el centro del país y no al alcance de la mayoría de la población, de provincia por mencionar un ejemplo. En un inicio se pidió a las entidades que se “prestara” o se “otorgara” la infraestructura hospitalaria para integrarse a la red INSABI, pero con los mismos o menos recursos que recibían anteriormente, algo verdaderamente incosteable. No sabemos si habrá presupuesto suficiente para los hospitales e institutos federales y si se contará con el personal y medicina necesarios. Por el momento, el dinero que entraba en los Institutos Nacionales de Salud vía cuotas de recuperación será cubierto por el gobierno federal, pero no dándoles más dinero, sino en especie. Es decir, se les surtirá de insumos y todo lo que requieran. Eso, en el papel, habrá que ver si es cierto.

Dr. César Álvarez Pacheco

cesar_ap@hotmail.com

@cesar_alvarezp

Huatabampo, Sonora.

 

 

 

De mujeres y vacunas

 


Recientemente recordamos el día contra la violencia hacia la mujer, el pasado 25 de Noviembre. Y lo recordamos con hechos que lamentablemente aún no están resueltos para ellas. La penosa actuación de un municipio entregando palas a las madres buscadoras, las desapariciones constantes de jóvenes en Ciudad Obregón y feminicidios que por tema político, no se clasifican como tal.  Para colmo la mujer tiene que soportar enfermedades diversas como el cáncer cervicouterino, que ocupa el segundo lugar en cuanto a frecuencia de cáncer en mujeres en todo el mundo.

 

 El cáncer cervicouterino es una causa importante de mortalidad en esta población. Se ha visto una incidencia considerable en los últimos años. Se han realizado, también diversos estudios en los cuales se ha puesto en evidencia al Virus del Papiloma Humano como el factor causal más importante en el desarrollo de tumores genitales, además de orofaríngeas y verrugas. Actualmente se estima que 30 a 60% de la población ha padecido una infección por VPH y el riesgo de contagio de una mujer a lo largo de su vida es de 50 a 80%. Lo anterior motivó a que en 2006 se lanzara al mercado la primera vacuna contra el VPH, la tetravalente, que cubría los serotipos mas agresivos y que se relacionan con un peor pronostico. Posteriormente en 2010 se aprobó́ el uso de la vacuna bivalente y más recientemente en 2014 fue aprobada la vacuna nonavalente que protege contra los serotipos vacunales de la tetravalente más cinco serotipos mas. La primera vacuna en salir al mercado en 2006 fue la tetravalente (Gardasil 4) en un esquema de 3 dosis y únicamente para aplicar en mujeres. En 2009, se comercializa la vacuna bivalente (Cervarix) en un mismo esquema de 3 dosis, además este mismo año, después de varios estudios, la vacuna tetravalente fue aprobada para aplicar en hombres, y para 2011 ya estaba incluida en el esquema de vacunación estadounidense. Para el 2014, se aprueba la vacuna nonavalente (Gardasil 9), recomendada en un esquema de 3 dosis y aplicable a mujeres y hombres, cubre para los mismos serotipos que la tetravalente pero ahora añadiendo cinco mas, esta vacuna puede prevenir hasta el 90% de los cánceres cervicales, 70-85% de las displasias de alto grado y 90% de los verrugas genitales. En 2016, en la más reciente actualización, se recomienda aplicar 2 dosis de vacuna si ésta es puesta antes de los 15 años de edad, mientras, se debe aplicar 3 dosis si es después de los 15 años. ¿Por qué tan jovenes?, ¿Por qué no, aplicar mas dosis?, me comentan usualmente las madres de familia; la razón es que títulos de anticuerpos (defensas) han sido más altos para la vacuna nonavalente entre las personas de 9 a 14 años de edad que recibieron 2 dosis en comparación con las mujeres entre 16 a 26 años que recibieron 3 dosis, siendo similar para las demás vacunas (bivalente y tetravalente), además la inmunogenicidad no es menor con 2 dosis en comparación a 3 dosis. Se ha puesto en evidencia el uso de una única dosis, en los estudios, sin embargo, actualmente continúan los estudios sobre la aplicación de una dosis, que podría jugar un papel importante en la inmunidad de rebaño y la reducción de la enfermedad.

 

Con base a las recomendaciones que brindan Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, el Comité Asesor sobre Prácticas de Inmunización y el Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos, el grupo de edad objetivo para la aplicación de la vacuna es de 11 a 12 años en niñas y niños, sin embargo, también puede aplicarse desde los 9 años hasta los 26 años de edad, en ambos sexos, ya que estas son más efectivas cuando se aplican a una edad temprana, siendo su efectividad mayor antes del inicio de la vida sexual. Desde el inicio de su comercialización en 2006 se han producido más de 60 millones de dosis de la vacuna contra el VPH, no hay datos que sugieren efectos adversos severos asociados a la vacunación y los resultados de ensayos clínicos previo a su comercialización y estudios de la Organización Mundial de la Salud basados en gran cantidad de evidencia confirman de que son bien toleradas y tienen un alto perfil de seguridad. No están contraindicadas en pacientes inmunocomprometidos pero su respuesta es menor en comparación con la población general. No obstante, debido a falta de estudios en el embarazo, no se recomienda colocar durante la gestación pero sí se puede vacunar a mujeres en periodo de lactancia. A pesar de que ha disminuido la incidencia de enfermedades causadas por el virus del papiloma humano gracias al desarrollo y la aplicación de la vacuna, estos datos podrían ser mucho más favorables, ya que aunque se conocen los beneficios de su uso, la falta de información, cultura o creencias acerca de la vacunación contra el VPH, podrían estar en relación con porcentajes bajos de vacunación a nivel mundial.

Dr. César Álvarez Pacheco

cesar_ap@hotmail.com

@cesar_alvarezp

Huatabampo, Sonora.

 

domingo, 22 de noviembre de 2020

El virus colonizador



El presidente de México, López Obrador, se pronunció este viernes 20 de noviembre sobre un artículo que publicó el diario español El País, en el que se refiere a las más de 100,000 muertes por la pandemia del coronavirus en territorio mexicano, titulado: "Radiografía de un país roto". Y es que nuestro ya muy golpeado país, es el cuarto lugar en alcanzar esta cifra, tan solo después de EU, Brasil, e India. No solo nos azota una pandemia que no ha tenido piedad, sino nos azota la inseguridad, el desempleo, la economía y por si fuera poco, la falta de apoyos y un recorte presupuestal que ya estaremos padeciendo el día de mañana.

 

El reportaje: “México alcanza 100 mil muertos por la covid: radiografía de un país roto”, que tanto irritó al presidente López Obrador. No contaba con datos falsos o, testimonios sesgados u omisiones deliberadas. Pero sí una detallada crónica sin concesiones sobre los errores cometidos, la minimización de la pandemia, los pronósticos fallidos, la resistencia a las pruebas y al uso de cubrebocas. Que precisamente hasta hoy, el presidente se niega a utilizarlo y por el contrario mencionó el día de ayer que: hagan ejercicio. Bueno, algo es algo. Sin olvidar el show de los “otros datos” en la mañanera, las hospitalizaciones tardías, la altísima letalidad en el personal sanitario, historias estrujantes de contagiados y los escasos apoyos para enfrentar la crisis económica derivada de la pandemia. Por el contrario contamos con un recorte presupuestal significativo para enfrentar el próximo año, los desafíos venideros. La falta de argumentos para rebatir la realidad descrita por El País frente a la pandemia llevó al Presidente a valerse de un ofensivo texto hacia los españoles, que leyó en Facebook, pero que, dijo, le gustó mucho. No lo leyó él directamente “por la investidura”, pero igual ordenó que lo pusieran en la pantalla que cotidianamente utiliza en la mañanera para visualizar sus “otros datos” para que el vocero, Jesús Ramírez, lo hiciera. Tal y como crucifica a sus críticos a la vez que halaga la libre expresión de este país. Irónico. El texto es de Juan C. Bonet, quien no oculta sus simpatías por la 4T. Critica en su texto la forma de manejar la pandemia en España y voltear a México para criticarlo, sin embargo hay un abismo en cuanto a manejo de pandemia de España y México. López Obrador se desvió del tema de la pandemia para atacar a España: “Hay países que mantienen todavía afanes colonialistas”, aseguró. Y se fue sobre El País, un periódico que, dijo, se dedicó a proteger a las empresas españolas que recibieron un trato especial en México “en los gobiernos anteriores, y ahora están molestos con nosotros porque ya México no es tierra de conquista”. Y cerro con su simpático discurso de que no les quita nada, disculparse por la conquista. Por cierto, no pasó inadvertido el hecho de que López Obrador, sonrisa en boca, recibiera al pitcher de los Dodgers, Julio Urías, en un día que debería ser de luto nacional, por los 100 mil muertos por covid-19. Pero bueno, el presidente tiene sus prioridades y sabemos que no se va a desviar de las mismas.

 

Sobre los contagios, ahí estamos en el lugar 11, más de un millón 25 mil. Con una tasa de mortalidad del 40 por ciento, “debido a que apenas se testea a quienes muestran un contagio evidente. Se hacen pruebas a uno de cada 10 que presentan síntomas…”, reportó El País. Y tiene razón, el método centinela que autoriza el gobierno federal contempla muestrear a uno de cada 10 personas con síntomas, y a todos los pacientes graves. Lo real es que pese a las carencias de insumos y personal, nuestro país reporta la mayor cantidad de médicos muertos por la pandemia. En ningún otro país del mundo han muerto tantos trabajadores de la salud a causa de su labor frente a la pandemia: mil 320 médicos muertos. Pero nuestra voz, quizá no es bien escuchada por el presidente o quizá el tenga “otros datos”. Que el cubrebocas no servía para nada, aseguró López-Gatell a inicios de la emergencia; aunque ahora ya lo porta en sus conferencias de las siete de la noche (cuando no asiste) y llama a utilizarlo, aunque qué mezquindad señalar el cambio, pese que jamás ha reconocido error alguno en su estrategia. Es decir, no existe autocrítica. Con un lugar entre las diez naciones con un mayor número de casos positivos y en el Top 5 en lo que a número de muertos, definitivamente el gobierno esta obligado a replantear la estrategia, si alguna vez la hubo, ya que hasta hoy, no se nos ha mostrado mas que lamentables cifras y números que no cesan de fallecimientos. Mientras tanto el virus que ya nos colonizó; ¡que se disculpe!

Dr. César Álvarez Pacheco

cesar_ap@hotmail.com

@cesar_alvarezp

Huatabampo, Sonora.

 

  

lunes, 16 de noviembre de 2020

La vacuna que no llegará.


 

Organización Mundial de la Salud dijo el martes pasado que esperan tener una vacuna contra el covid-19 para fines de año y que el remedio experimental de Pfizer es "muy prometedor", aunque se esperan más. La declaración de la OMS llevó al respiro a varios países incluyendo a México, sin embargo cuando mencionó las necesidades de la misma, a México se le fue el aire nuevamente.

 

Las vacunas recorren un largo y amplio camino desde el momento en que se fabrican hasta el momento en que se administran. Como la mayoría son sensibles a la temperatura, su transporte y almacenamiento requieren una refrigeración constante a lo largo de toda la cadena de suministro. Una vez expuestas a temperaturas calientes o de congelación, las vacunas pierden su potencia y deben ser desechadas inmediatamente para evitar el riesgo de dar a los niños y a los ancianos un antígeno ineficaz e inseguro. En 2017, el almacenamiento inadecuado de una vacuna contra el sarampión en África, contaminó a 15 niños, quienes posteriormente murieron de sepsis y toxicidad graves. Unos años más tarde, se descubrió que el equipo de refrigeración distribuido en todo el mundo y fabricado por una empresa de renombre estaba congelando las vacunas en lugar de mantenerlas a una temperatura de 2 a 8 grados centígrados. En un incidente similar, un fabricante asiático retiró sus dispositivos del mercado después de comprobar una falla en el rendimiento y la congelación de las vacunas. Las soluciones para el transporte y almacenamiento de vacunas en condiciones climáticas tropicales han existido desde 1979, desarrollando tecnología para mantener temperaturas estables a pesar de los frecuentes cortes de electricidad  cajas de transporte que mantienen las vacunas refrigeradas durante largos trayectos en zonas rurales a temperaturas extremas. Desde entonces, han surgido nuevas e innovadoras tecnologías y características avanzadas. Hoy en día, existen refrigeradores resistentes a picos de tensión abruptos y equipos de cadena de frío alimentados por energía solar. En zonas del mundo desprovistas de red eléctrica, que están sumidos en la inestabilidad, la energía solar es más fiable que el suministro de electricidad. Frecuentemente, es lo suficientemente fuerte como para mantener las vacunas refrigeradas y seguras, para recargar los teléfonos y proporcionar iluminación a través de los sistemas de recolección de energía. En Sonora tenemos aerogeneradores que benefician a miles de familias, por que si algo tenemos de sobra, también; es Sol. A pesar de estas innovaciones tecnológicas, las vacunas se siguen desperdiciando debido al control de la temperatura y la logística relacionada. El problema es que muchos centros de salud en los países de bajos y medianos ingresos no tienen sistemas adecuados de cadena de frío, precisamente como México.

 

En México no existe una cadena de frío que pueda soportar el transporte y almacenamiento de -70 a -80 grados que requiere la vacuna contra el covid-19 de Pfizer. Una de las compañías que ha ido adaptando las condiciones de almacenamiento es: Moderna. Mientras que inicialmente almacenó la vacuna a -70 grados, ha conseguido reducir la temperatura de conservación hasta -20. Además esta vacuna aguanta en buenas condiciones hasta diez días después de descongelar. Por otra parte la vacuna rusa Sputnik V, ha establecido la temperatura de conservación en -18 grados. Pfizer ha especificado que su vacuna ha de almacenarse entre -70 y -80 grados centígrados hasta seis meses en contenedores de envío o un máximo de diez días con paquetes de hielo seco. Con esto se podría mantener descongelada durante un día un máximo de dos horas en temperaturas que oscilen entre los 2  y los 8 grados.  Aun así, la compañía estadounidense asegura estar probando una alternativa menos compleja para lograr estabilizar  la vacuna a temperaturas más altas. Pese a todo esto el sub secretario (que parece y actúa como secretario) Dr. Hugo López Gatell, ha declarado que México no tiene la infraestructura para adquirir la vacuna de Pfizer que hasta ahora parece ser prometedora; la industria farmacéutica se ha comprometido con países como Estados Unidos y Francia, pero en México definitivamente tendremos que esperar al próximo año.

 

Dr. César Álvarez Pacheco

cesar_ap@hotmail.com

@cesar_alvarezp

Huatabampo, Sonora.

 

 

 

 

 

 

 

domingo, 8 de noviembre de 2020

Semáforo y daltonismo.

 


Reducir el número de contagios y el número de muertes por covid-19, para proteger el derecho humano a la salud, es una responsabilidad directa de los gobiernos municipales, estatales y federales, cada uno en el ámbito de su competencia. Pero demeritar el cambio de color a semáforo naranja suena arriesgado por parte de la alcaldesa de Hermosillo.

 

El poder público debe asumir su responsabilidad de establecer límites a la libertad que genera contagios, entendemos que urge una reactivación económica que no va como se esperaba, sin embargo pagar el precio con mas enfermos y mas muertes, no es la solución mas lógica. Sigue sin entenderse que minorías irresponsables no usen cubrebocas, no respeten la sana distancia ni tomen en serio el resto de las medidas higiénicas, exponiendo a la mayoría de la población que intenta cuidarse al máximo. La autoridad no puede hacer todo si la sociedad no coopera con la “nueva normalidad”. Sigue sin entenderse también que pese a los contagios, hospitalizados y lamentables fallecimientos sigan abarrotados lugares como las playas públicas y eventos sociales en lo que el sonorense no está dispuesto a perderse; sigue sin entenderse como los fines de semana se encuentran llenos lugares de esparcimiento en donde se ingieren bebidas alcohólicas y que hasta funcionarios, de esos que no estaban acostumbrados a facturar grandes cantidades, abarroten los espacios sin la mas mínima medida precautoria. Perdimos tiempo al no tomar las medidas antes de que llegara el virus, a pesar de ver lo que sucedía en Europa. Después del confinamiento en dicho continente la sociedad retomó sus actividades en forma casi normal, llenando los restaurantes y lugares turísticos, sin observar estrictamente las medidas del cubrebocas y la sana distancia. Una vez más, estamos perdiendo tiempo valioso para entender que uno de los valores más importantes, como lo es la libertad, está supeditado al interés público de la vida de todos y la salud pública. Ahora, nadie cuestiona la existencia del rebrote en Europa, sus sistemas de salud están rebasados y están obligados a imponer medidas restrictivas y nosotros, mientras, seguimos sin aprender de ello. En nuestro estado se reabrieron las actividades económicas y, salvo algunas excepciones, podemos ver a cientos de personas que acuden sin cubrebocas y sin respetar la sana distancia fuera y,  obviamente, dentro de los restaurantes, bares, centros de trabajo, en el transporte público, entre muchos otros sitios donde no hay ventilación natural. Los esfuerzos de las autoridades de salud que diariamente salen a decir que tengan cuidado y repitiendo hasta el cansancio las medidas, no han cobrado conciencia de realizar sólo las actividades estrictamente necesarias de la vida cotidiana y de preferencia mantenerse en sus hogares para darle la oportunidad a las personas que en verdad tienen necesidad de salir a buscar el sustento de sus familias. Por otro lado, quienes salen, deben mantener, en todo momento y en la medida de lo posible, las medidas del uso adecuado del cubrebocas, la sana distancia, lavarse las manos, no tocarse la boca o los ojos, etc., incluso continuar en nuestros hogares con ciertas medidas para evitar el contagio de nuestros seres queridos. Sin embargo, la crisis requiere un cambio de conductas a gran escala que favorezcan alinear el comportamiento humano con las recomendaciones de expertos en salud pública. En 8 meses, el virus se ha extendido a casi 950 mil contagios y 93 mil defunciones, lo que ha llevado al gobierno a mantener medidas para intentar frenar la propagación de la pandemia que aún son insuficientes.

 

Preocupa mucho que las autoridades sanitarias no comunican decisiones de forma clara y asertiva. Preocupa que cuestionen el color del semáforo y que promuevan el desacato a las medidas. Es importante que la población entienda claramente los riesgos que enfrenta por su salud. Los jóvenes son un sector de la población al que se deben dirigir algunos mensajes directos y concretos, en especial para que sean conscientes y responsables, pues aspiran a mantener su vida social y tienen alto riesgo de contagiarse y de propagar el virus. No es momento de andar en fiestas ni en lugares concurridos mientras no tengamos acceso a la vacuna. Las medidas preventivas serán permanentes en tanto no exista una cura efectiva contra el covid-19. Nos conviene a todos ser sensibles, sensatos y empáticos ante los riesgos crecientes de contagio. En nuestro país, se han contagiado los ciudadanos, el personal médico y de enfermería, los gobernantes, los políticos y los legisladores. Queda en evidencia que nadie es inmune al virus. Somos el país que ha registrado a la fecha el mayor número de decesos entre el personal de salud a nivel mundial. Así que no es momento de ser daltónicos con el semáforo, a cuidarnos tod@s.

Dr. César Álvarez Pacheco

cesar_ap@hotmail.com

@cesar_alvarezp

Huatabampo, Sonora.

 

 

 

 

 

domingo, 1 de noviembre de 2020

Salud sin fondo.

 


La Cámara de Diputados aprobó este miércoles pasado, una reforma impulsada por Morena para permitir que el gobierno federal pueda utilizar hasta 33,000 millones de pesos del Fondo de Salud para el Bienestar, la intención, dicen, es modificar el artículo 77 bis de la Ley General de Salud, que dio vida al Seguro Popular, y en el cual, en el pasado, se establecieron “candados” para que el dinero de ese fondo sólo se use para pagar los tratamientos de enfermedades muy costosas, es decir, dinero ya destinado. La idea de tener recursos para la vacuna contra el covid-19 no suena mal. Lo que suena mal es que se ponga en riesgo la vida de personas con enfermedades que son muy caras de costear y que se pueden quedar sin recursos y que el gobierno disponga de ese dinero sin los “candados” preestablecidos.

 

El cambio no llegó con buenos ojos por parte de los partidos de oposición con el argumento de que no hay garantía de que esos recursos en realidad serán usados para salud e implicarán quitar dinero a la atención de enfermedades catastróficas, como el cáncer. El tema quedó avalado en lo general por 242 votos a favor, siete en contra y cinco abstenciones. Ahora, el asunto pasará al Senado, donde se prevé que sea discutido a la brevedad para que esos recursos puedan contemplarse en la bolsa que el gobierno federal pueda emplear para el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) para 2021. El Fondo de Salud para el Bienestar, antes llamado Fondo de Protección contra Gastos Catastróficos, tenía hasta el 30 de junio un saldo de 101,161.7 millones de pesos, de acuerdo con el reporte de la Secretaría de Hacienda. De ese monto, se quiere disponer de una parte para la compra de la vacuna contra el COVID-19. El fondo se creó el año pasado con la reforma de salud que dio origen al Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi); sus recursos provenían del fondo destinado para atender enfermedades que generan gastos catastróficos en las familias, usado con el Seguro Popular, el cual fue desaparecido por el gobierno actual tras considerar que había irregularidades en él. En Noviembre pasado, posterior a la desaparición/modificación del mismo; La reforma estableció que el Insabi canalizara al Fondo de Salud para el Bienestar el equivalente a 11% de la suma de los recursos del gobierno federal y los estados. De estos, el Insabi asignaría 8% a la atención de enfermedades que provocan gastos catastróficos, 2% a la atención de necesidades de infraestructura preferente en las entidades con mayor marginación social, y 1% para complementar los recursos destinados al abasto y la distribución de medicamentos e insumos, así como al acceso a exámenes clínicos asociados a personas sin seguridad social. La discusión de esta iniciativa se da en medio del proceso de aprobación del Paquete Económico 2021. La Ley de Ingresos tiene que estar aprobada por el Senado a más tardar a finales de este mes; de acuerdo con los legisladores de la oposición, ahí se tienen contemplados estos recursos y por eso la urgencia. Durante la aprobación de la desaparición de 109 fondos y fideicomisos, los diputados de Morena intentaron colocar un transitorio en el que se preveía disponer de los recursos de este fondo, pero la propuesta fue retirada. Posteriormente, en la discusión de la Ley de Ingresos en la Cámara baja, de igual manera se incluyó un apartado para usar los 33,000 millones, aunque también fue retirado. Ahora, se apostó por una nueva reforma y está en manos del senado.

 

Con la bolsa del Fondo de Gastos Catastróficos, se cubrían las estrategias del Seguro Popular; Entre los padecimientos clasificados como catastróficos: los diferentes tipos de cáncer infantil, de próstata, mama, cérvico-uterino, ovario; infarto agudo al miocardio en menores de 65 años, así como ciertos trasplantes de córnea, médula ósea y riñón, así como enfermedades raras o huérfanas. En el área oncológica, el Seguro Popular solía destinar 20 mil millones de pesos para cubrir, de manera integral, esta enfermedad catastrófica. Se otorgó atención integral a más de 32 mil personas. En este esquema de servicios creado en 2004 cuenta, por aparte, con fideicomiso para cubrir con antirretrovirales a los pacientes que viven con VIH/Sida. Se conformaba también con la aportación solidaria de los estados, es decir, con cerca de 30 mil millones anuales. Este recurso ya no se obtuvo con la desaparición del Seguro Popular. Los recursos dirigidos a ese fondo de salud también han servido para construir infraestructura, en las entidades federativas con mayor marginación social, para complementar recursos destinados al abasto y la distribución de medicamentos y demás insumos. ¿Qué pasará con los pacientes que padecen esta cruel enfermedad? Lo cierto es que llevan meses manifestándose por falta de medicamentos, esperemos que prevalezca la razón y rectifiquen en cuanto al gasto en salud.

Dr. César Álvarez Pacheco

cesar_ap@hotmail.com

@cesar_alvarezp

Huatabampo, Sonora.

 

 

 

 

 

domingo, 25 de octubre de 2020

Cáncer de mama y los “otros datos”.


 

El Seguro Popular se financió con recursos que el gobierno federal aportaba según el número de beneficiarios por estado; ahora se deja a discreción del ejecutivo la cantidad de dinero destinada a cada estado, lo que facilita se apoye a los gobiernos de su facción y se castigue a los de oposición. Opacidad propiciará corrupción, es apalabra que tango le gusta. Se eliminó también el Fondo de Protección para Gastos Catastróficos que funcionaba como presupuesto para financiar las enfermedades de alto costo y más complejas como el cáncer, hepatitis, cuidados intensivos neonatales, etc., y que permitía exentar del pago a los beneficiarios, particularmente los más pobres. Se eliminó todo con la pretensión de que ahora todo será gratuito para todos, y hasta hoy lo único que ha provocado es más desbalances, desabastos, desprotección, y un dolor en las familias de pacientes que han interrumpido sus tratamientos o fallecido por falta de alguno de ellos.

 

El Seguro Popular surgió con una visión de salud pública de encuentro entre individuo y sociedad, técnica y política, pensamiento y acción. Los sistemas de salud son el principal punto de contacto ciudadano con los beneficios de la ciencia: la población no es solo beneficiaria es también consumidora, financiadora y coproductora de los sistemas de salud que tienen tres objetivos: elevar el nivel de la salud, del trato digno, y mejorar la distribución con equidad. Exigen rectoría estratégica, contribución solidaria, compra efectiva, prestación con calidad, generación de recursos equilibrada, entre otros. El Seguro Popular implicaba la coordinación entre las distintas autoridades de salud, federales y locales, con demostrados resultados exitosos, según CONEVAL: pasamos en 2008 de 42.8 millones de mexicanos carentes de acceso a servicios de salud, a 19.1 millones en 2016; el porcentaje de hogares en pobreza extrema sin financiamiento de enfermedades crónicas graves disminuyó del 5.2 % en 2004, al 2% en 2016. Faltaba mucho por hacer o mejorar, pero el Seguro Popular iba en la dirección correcta. La política es el arte del bien común posible (y de evitar males) a partir de lo real, del aquí y ahora incrementalismo, realismo crítico. Pero hoy “se tienen otros datos” (¿?) Si desde el proceso de desaparición del Seguro Popular y su transformación en el Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) las mujeres con esta enfermedad ya venían arrastrando problemas, con la llegada del covid-19 su situación empeoró. El pasado 19 de octubre se celebró el Día Internacional de la Lucha contra el Cáncer y, aunque hay muchos programas para prevenir esta enfermedad, aún hay grandes brechas en la atención de las mujeres que tienen este padecimiento. Por eso la atención a tiempo resulta clave. El cáncer de mama es el tumor maligno más frecuente entre las mujeres en el mundo. En México representa la primera causa de muerte por cáncer en las mujeres. Más de cinco mil fallecen a causa de esta enfermedad. Pese a esta evidencia, de acuerdo con un avance de la encuesta que publica la revista The Lancet, se reporta, por ejemplo, que de 142 mujeres, ubicadas en cinco estados, el 58% de quienes se atienden en una institución pública de nuestro país, no ha recibido atención ni tratamiento durante la pandemia. De las mujeres encuestadas, el 60% afirma que la desaparición del Seguro Popular y la entrada del Insabi ha sido clave en la interrupción de su tratamiento, y 67%, que ha tenido que comprar el medicamento por su cuenta. Mientras que el 33% dijo que no pueden adquirir su medicamento debido a la falta de recursos económicos. Y es que 8 de cada diez mujeres que padecen cáncer de mama en México ha visto interrumpido su tratamiento en el último año debido a la desaparición del Seguro Popular, al desabasto de medicamentos oncológicos y a los estragos de la pandemia.

 

Desde 2004, la Comisión Nacional de Protección Social en Salud, mejor conocida como Seguro Popular, cubría el tratamiento y atención del cáncer de mama y atendía a más 9 mil 500 mujeres con cáncer de mama en todo el país, a través del Fondo de Protección Contra Gastos Catastróficos, mismo que cubría los servicios de salud de alto costo como este tipo de padecimiento. Actualmente la cifra de decesos por cáncer de mama es de 15 por día, conforme a datos de la Secretaría de Salud y la cifra que proyecta para 2021 es poco alentadora, pues se estima llegue a un promedio 20 muertes diarias, lo que constituiría una cifra histórica en el país. Con la llegada de Insabi, también llegaron, la falta de reglas de operación, la falta de acceso a medicamentos, largos procesos y tiempos de espera en hospitales, falta de atención y saturación de los servicios y el desconocimiento de su operación como tal. Del mismo modo, el 72% de personas no ha presentado quejas porque no saben cómo hacerlas y solo el 28% de las pacientes las han presentado a través de oficios, directamente con las autoridades, en redes sociales o han promovido amparos. Ojalá se corrija el rumbo.

Dr. César Álvarez Pacheco

cesar_ap@hotmail.com

@cesar_alvarezp

Huatabampo, Sonora.

 

 

 


martes, 20 de octubre de 2020

La intervención de la Senadora.

 


El proceso de enfrentamiento a la pandemia ocasionada por la enfermedad COVID-19, provoca la discusión no solo de las políticas y sistemas de salud en varios países sino, además se origina el cuestionamiento acerca los modelos de desarrollo, de las maneras de promover la investigación, la innovación y el conocimiento en sentido general. Hace algunos días, cuando el Dr. López-Gatell compareció ante el Senado, Lilly Téllez nos dio una gran muestra de cómo ser una combativa oposición.

 

En las sociedades actuales la necesidad de protección resulta insatisfecha. Simplemente los satisfactores no son suficientes y se viven situaciones de pobreza de salud generalizada. Pobreza que muestra muchas carencias, pero que también moviliza a suplirlas con formas muy creativas en los diversos contextos. Reflexionar sobre lo que pasa hoy es un modo también, de contribuir a suplantar las privaciones, cuestionarse prácticas sociales, formas de organización, modelos políticos y valores que inciden en la expresión de las necesidades humanas. Por ejemplo: ¿Cómo explicamos, los estadios de beisbol abiertos, antros, etc.; mientras las escuelas se encuentran cerradas? ¿Cómo explicamos, la necesidad de un sistema de salud de primer mundo, cuando los recortes cada vez son mayores? Si en una sociedad ante una contingencia, las pérdidas de los seres humanos resultan significativas, es menester cuestionarse el hecho de reconocer o no el carácter de desarrollada que posea la sociedad, aquella que pierde su mayor riqueza. Ello conlleva al debate acerca del desarrollo social como proceso humano donde lo esencial no sea el modo de producción que crea la mayor riqueza sino el modo de producción que crea mejores ciudadanos. Es preciso reactivar la cuestión acerca de que el objetivo de la producción debe ser las personas y no la riqueza económica. Por lo anterior podemos entender, el por que al subsecretario de Salud, López-Gatell, la oposición lo ha embestido en múltiples ocasiones dados los pobres resultados en el sistema de salud mexicano (¿Por qué al sub y no al Secretario?, vaya usted a saber) Durante su comparecencia de este martes en el Senado de la República, panistas, priístas y perredistas encararon dado el número de fallecimientos que han ocurrido en México a causa de la pandemia de COVID-19. Senadores de oposición de partidos como el PAN, y Movimiento Ciudadano cuestionaron a López-Gatell sobre temas como un posible rediseño del Sistema de Salud y el uso del cubrebocas. El Subsecretario se ha caracterizado por hacer comentarios tan polémicos como que el cubre bocas no es importante (Marzo 2020) y posteriormente declara la importancia del mismo y su utilidad. Por su parte, quien se llevó las palmas fue la ex legisladora invitada por MORENA y ahora en la bancada del PAN, Lilly Téllez quien nombró al Subsecretario de Salud, “pequeño virrey del país de las camas vacías y de los muertos en casa” por su “fallida estrategia” contra la pandemia. Durante su intervención, Téllez entregó un bastón mientras afirmaba que “con su lealtad a ciegas al presidente, usted sólo ha dado palos de ciego”. Lilly Téllez aseguró que su discurso fue aplaudido porque la asistió la razón, y reiteró que México tiene la tasa de letalidad más alta de los países con registros elevados de Covid-19. Posterior a ello, se retiró de la tribuna. Lilly Téllez formó parte del grupo de senadores de oposición de la Comisión de Salud de ese órgano legislativo quienes, con pancartas alusivas al nuevo etiquetado, señalamientos e incluso enfrentamientos verbales con otros legisladores terminaron por orillar la suspensión de la comparecencia del coordinador y vocero del gobierno del presidente López Obrador en el manejo de la pandemia de covid-19.

 

La intervención de la Senadora por Sonora no tiene desperdicio, muestra datos duros y un enérgico llamado a recuperar la salud del pueblo de México, eso precisamente comenta Victor Trujillo al señalar que “al poder se le revisa, no se le aplaude”. Cosa que no hemos visto con los otros dos senador@s por Sonora y que han estado complascientes al gobierno en turno. Es difícil asimilar las noticias que refieren en diversos estados del país; insuficientes camas, equipos de respiración artificial, capacidades en hospitales, accesorios y personal para la atención. En particular es evidente el hecho de que se demanda no solo de una red de servicios médicos especializados y de calidad, para quienes puedan costearlo, sino que también se necesitan sistemas de protección con cobertura universal, atención primaria de salud y educación para la promoción de salud al alcance de todos, que decir de los medicamentos para el cáncer. Bien por intervenciones como la de la Senadora Tellez, que exige un enfoque integrador de los diversos saberes científicos, de las políticas públicas y de la toma de decisiones para contribuir al bienestar individual y colectivo.

 

Dr. César Álvarez Pacheco

cesar_ap@hotmail.com

@cesar_alvarezp

Huatabampo, Sonora.

 

 

 

 

domingo, 11 de octubre de 2020

El sarampión está de vuelta.


El sarampión regresó a nuestro país después de 20 años, los afectados no tenían antecedente de vacunación ese es su común denominador. ¿Por qué una enfermedad de fácil diagnóstico hoy en día continúa siendo un grave problema de salud pública? Siendo que la estrategia de solución es eficiente y de bajo costo para una enfermedad prevenible por vacunación, que puede desarrollar graves complicaciones de salud. Veamos.

 

A nivel mundial el sarampión está de vuelta, dado que existen grupos antivacunas que defienden su postura de no aplicarlas por mitos, creencias religiosas o incluso la falsa asociación con el autismo. Esto ha generado un resultado negativo en la población, y como consecuencia una disminución de las coberturas de vacunación. Considerando el escenario epidemiológico antes descrito y el riesgo de propagación del sarampión lo mejor es fortalecer las medidas de prevención sin dejar de largo la contención de los brotes de la enfermedad manteniendo una estricta vigilancia epidemiológica para la identificación de casos probables de manera oportuna que cumplan con definición operacional de probable caso sospechoso de Sarampión. La vacunación se entiende como un proceso indispensable para evitar el riesgo de reintroducción de enfermedades que han sido controladas y prácticamente erradicadas. Las enfermedades infecciosas son una amenaza constante para la salud pública y para los sistemas de salud, ya sea que algunas tengan comportamiento estacional, otras más sean endémicas o unas más reemergentes, en ocasiones pueden presentarse de formas graves que pueden provocar desde un brote en la comunidad, infecciones asociadas a la atención de salud, o hasta una pandemia. Por ello, los esfuerzos de la comunidad científica se centran en identificarlas oportunamente, diagnosticarlas, dar un tratamiento y, sobre todo, un aspecto fundamental: prevenirlas. Entre estas enfermedades ocasionadas por un agente infeccioso se encuentra el sarampión; la cual es una enfermedad altamente contagiosa que afecta de manera exclusiva al humano. Se transmite a través de las secreciones nasales o faríngeas, tos y estornudos de las personas infectadas a los susceptibles. El virus se encuentra en el aire, o bien en las superficies, donde puede seguir activo por hasta dos horas y puede ser transmitido por un individuo desde cuatro días antes y hasta por cuatro días después de aparecer manifestaciones en piel. La mayoría de los contagiados se recuperan sin complicaciones después de una semana de presentar los síntomas antes mencionados. En sus formas más graves se presenta en niños pequeños desnutridos, con deficiencia de la vitamina A y/o con un sistema inmunológico comprometido. Uno de cada diez niños presenta infección en el oído, uno de cada veinte podría desarrollar infecciones respiratorias severas como la neumonía, uno de cada mil niños puede presentar encefalitis y uno o dos de cada mil podrían fallecer por las complicaciones. En nuestro país, después de la reintroducción del sarampión, la transmisión se volvió comunitaria y en lo que va del año se han confirmado 181 casos de sarampión;12 se ha identificado que el 81% de los casos confirmados no contaban con un antecedente de vacunación comprobable por medio de un documento oficial, como la cartilla de vacunación o similar, por lo que las personas que no pueden comprobar su registro son catalogadas como no vacunadas.

 

El resurgimiento del sarampión se debe fundamentalmente al rechazo por parte de algunos grupos de población en Europa y los Estados Unidos, los cuales han adquirido fuerza a partir de la primavera del 2019. Entre las razones más frecuentes que expresan los padres para retrasar o rechazar la vacuna para sus hijos está la preocupación por la seguridad e inocuidad de las vacunas, ya que se ha diseminado la falsa asociación entre la vacuna y el autismo. Asimismo, algunos padres consideran que sus hijos reciben demasiadas vacunas a la vez, por lo que prefieren que adquieran la enfermedad de manera natural en vez de desarrollar inmunidad a través de la vacunación. Además, se ha generado una problemática derivada de que para ingresar a centros escolares y guarderías se requiere de una cartilla de vacunación obligatoria, por lo que, si los padres o tutores forman parte del denominado movimiento antivacunas, esta condición coloca en riesgo al resto de la comunidad, pudiendo ocasionar un importante problema de salud pública. La intervención parece simple, pues la vacunación es la herramienta perfecta, altamente efectiva y segura. No obstante, es tarea de todos trabajar constantemente para lograr la aceptación de la población y las coberturas necesarias para controlar nuevamente y, de esta manera, erradicar la enfermedad del escenario mundial.

Dr. César Álvarez Pacheco

cesar_ap@hotmail.com

@cesar_alvarezp

Huatabampo, Sonora.