En esta
época decembrina, todo es felicidad; reuniones, posadas, comidas con seres
queridos, las ansiadas vacaciones, regalos y uno que otro exceso de esos que se
acostumbran a pasar con alimentos calientes muy picosos o bien, otros más
extremistas que lo combaten con un poco de lo que tomaron un día anterior, pero
¿alguien se ha imaginado pasar estas fechas en un hospital? Yo tampoco lo había
pensado.
Los
hospitales son lugares a los que nadie desea acudir, salvo que sea muy
necesario y si es durante el menor tiempo posible pues mucho mejor. Pero no
todo es malo en un hospital, regularmente acudimos cuando un ser querido se encuentra
enfermo o alguna necesidad que nos hace acudir y pasar un tiempo que
definitivamente no teníamos contemplado. Y es que nadie tenemos contemplado
acudir a un hospital a deshoras, vaya, ni los que trabajamos ahí; sin embargo
nosotros entendemos que en ocasiones es necesario y ya estamos acostumbrados,
acudimos no solo a preservar la salud como bien lo dice la OMS a nivel mundial,
sino a otorgar esperanza y ánimos para hacer más llevadera la estancia en estos
lugares. No todo es malo en un hospital, recordemos que también hay momentos
gratos como cuando llega una vida y un ansiado momento que ha durado nueve
meses de espera; o cuando la persona libra una batalla con una de esas
enfermedades que lo atacaron durante mucho tiempo; o cuando sale un paciente ya
mejorado en comparación de cuando llegó. Muchas son las opciones para hacer
grato una estancia hospitalaria en estas fechas, sobre todo si se está
acompañado o si se va comer algo rico y no me refiero a lo tradicional; un
hospital no se caracteriza por tener la mejor de las comidas, salvo que sea un
hospital privado, esos privilegiados lugares en donde puedes comer lo que
puedas pagar. Un hospital público no es muy distinto, porque a pesar de ser
gratuito, se pueden disfrutar viandas que quizá no pensabas o los alimentos
preferidos de un paciente, desde burritos de algún guiso de su preferencia,
hasta la sana carne de pavo o pollo, rostizada sin mucha grasa acompañada de
vegetales y puré de papa, lo que algunos colegas llaman: “soft diet” y que es
regularmente indicada en la mayoría de los pacientes que se encuentran ahí. Quizá
no encontremos mariscos, pozole o menudo, pero si los tacos de su preferencia
que seguramente previa autorización médica va degustar o unos ricos tamales que
no deben faltar con el exquisito champurrado que usualmente tienen fuera del
hospital para endulzarles el alma. Las organizaciones no se quedan de brazos
cruzados y el personal que ahí labora menos, los que pasan ahí noche buena,
tanto pacientes como trabajadores de la salud, hacen de su estadía lo más grato
posible esperando no recibir por obvias razones una mala noticia como algún
accidente o algún evento adverso, y si es así, se recibe echándole todas las
ganas para que este no tenga mayores consecuencias ¿alguien se los agradece?
Sí, lo pacientes y la satisfacción de que hicieron lo mejor posible. Para el
paciente es muy angustiante la estadía en un hospital no solo en estas fechas
decembrinas sino cualquier día, pero lamentablemente algunos pasaremos algún
momento en uno de estos lugares ya sea público o privado, pero es más grato ver
familias reunidas alrededor de la esperanza de abandonar pronto el lugar y más
aún cuando el paciente se despide con una sonrisa agradeciendo el trabajo de
todo el personal del que recibió seguramente un gran trato.
No todos
imaginamos pasar estas fechas en un hospital, digo, nunca está en nuestros
planes, ni para los que trabajamos ahí. No todo es angustia en un hospital y
tanto para mis colegas como para las personas que tienen que acudir a uno de
estos lugares les deseo que su estancia sea de lo más plena y satisfactoria,
que su padecimiento no dañe o sea lo menos dañino posible, que su recuperación
sea plena y si es por otra razón como el de recibir un nuevo integrante de la
familia pues; ¡Felicidades! Y felices fiestas; porque no todo es malo en un
hospital.
Dr.
César Álvarez Pacheco
cesar_ap@hotmail.com
@cesar_alvarezp
Huatabampo,
Sonora
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