La indigencia es un tema poco estudiado
y muy señalado. Sin embargo, el impacto social y psicológico de personas que
vagabundean por las calles, no deja de ser un fenómeno que plantea una
condición de vida carente de todo que lleva a innumerables cuestionamientos
acerca de las diversas circunstancias que pudieron desencadenar esta forma de
vida. ¿Por qué hay tantas personas en esta condición?
El abandono social es una realidad y su
consecuencia es la ausencia del reconocimiento que todos los seres humanos
necesitan para desarrollarse satisfactoriamente. Por su parte el
aislamiento y la soledad en el anciano sigue siendo cada vez más frecuente en
una sociedad inmersa en una creciente competitividad y deshumanización. Se ha
observado que aproximadamente 20 por ciento de la población experimenta la
soledad y el abandono social, en un entorno de estrés y violencia, lo que ha
ocasionado importantes cambios sociales y culturales que han venido a
neutralizar los valores tradicionales que protegían a la familia y en especial
a los adultos mayores. La Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948),
determina que todo individuo tiene derecho a la vida, la libertad y la
seguridad de su persona (art. 3); a la seguridad social, a la realización de
todos los derechos económicos, sociales y culturales, esenciales para el
desarrollo de su personalidad (art. 22); tiene la oportunidad de participar en
actividades culturales en su comunidad y compartir los beneficios de las artes
y las ciencias, así como a contar, en relación al tema con un seguro para la
vejez (art. 27). Destaca que todas las personas tienen derecho a un nivel de
vida adecuado a su salud y bienestar, lo que incluye alimentación, vestido,
vivienda, y atención médica, así como cualquier tipo de servicios sociales
proporcionados por el Estado estipulado en su artículo 25. ¿Entonces? A lo
largo del tiempo se han construido distintas percepciones y representaciones de
una persona en situación de indigencia; a lo largo y ancho de las fronteras,
estas construcciones sobre los indigentes se realizan con base en el
conocimiento del propio entorno, aunque las causas son comunes en dicha
situación: adicción a sustancias, alcohol; despojo de bienes por parte de
terceros, enfermedad, renuncia total al cuidado de las personas abandonadas,
violencia y maltrato al interior del hogar; son las principales coincidencias
que presenta la indigencia en el mundo. ¿Qué hay detrás? Es la primera pregunta
que deben hacerse antes de resolver un problema social que ha venido creciendo
los últimos años en Sonora. ¿Enfermedad? La depresión, depresión mayor,
trastorno distímico, trastorno de la personalidad, esquizofrenia, Trastorno
bipolar, demencia; son algunas causas que podrían estar desencadenando algunos
casos en particular. ¿Abuso de sustancias? Alcoholismo y metanfetaminas las más
frecuentes, no es noticia el aumento al abuso de cristal en la sociedad que ha
permeado en todos los estratos sociales, desde el jornalero en el campo para
aguantar las cargas pesadas, hasta el “junior” que maneja un carro último
modelo combinado claro, con alcohol. Todo ello lleva a un efecto y obviamente a
una consecuencia. Estos son solo ejemplos de lo que puede estar pasando con
este tipo de personas en el estado en donde ya las personas en situación de
calle se ha convertido en un problema de salud pública. Desde Hermosillo,
pasando por Cajeme, Navojoa y Huatabampo es común ver personas recostadas en
hospitales, espacios públicos como plazas o parques, o simplemente deambulando
por las calles con la mirada perdida, hablando solos o con actitud paranoide.
¿Por qué han ido creciendo?
La indigencia es un fenómeno que existe
y se encuentra presente en las calles, es una realidad a la vista de todos, y
que al parecer no es responsabilidad de nadie, más que del propio individuo que
por circunstancias de la propia forma de vivir están en esa condición. El
principio para reconocer esta situación como un problema social, es, creemos,
comenzar por observarlos, en principio hacerlos visibles, conocer quiénes y
cuántos son, representaría un buen inicio. Posteriormente desarrollar políticas
públicas para su atención. ¿Será?
Dr.
César Álvarez Pacheco
cesar_ap@hotmail.com
@cesar_alvarezp
Huatabampo,
Sonora
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