domingo, 25 de diciembre de 2016

Legalización, el primer paso.

Dado que tradicionalmente las curanderas eran llamadas “Marías” o “Juanas”, con el transcurso del tiempo la conjunción de los términos resultó en la mixtura lingüística: mariguana (fonéticamente también expresada como marihuana), palabra comúnmente usada en español, mientras que en inglés y ciertos idiomas romances el término se adhiere a la etimología original: marijuana. A través de la historia, el consumo habitual de la mariguana pasó de ser un acto ritual medicinal a tener un uso recreativo y psicológicamente estimulante, siendo considerado durante el siglo XIX y los años tempranos del XX “como una mala costumbre” de los grupos sociales “peligrosos”: léperos, prisioneros y soldados. Durante la Revolución Mexicana de 1910, el con- sumo de mariguana fue común tanto por las fuerzas rebeldes como por las federales (popularmente se le reconocía como “mota” o “yerba”), así como por los soldados del Gobierno durante la llamada Guerra Cristera entre 1928 y 1929. Posteriormente, sus efectos fueron pregonados en México por la intelectualidad bohemia, artistas y escritores desde 1920, dando origen a la “cultura de las azoteas” en la Ciudad de México, donde “se fumaba, disertaba y creaba” hasta la actualidad.

A través de su cultivo, el cuál es ilegal en México sobre todo en cantidades industriales, la exportación ilícita a los Estados Unidos (EUA), donde existe una gran demanda en la mayoría de los estados, ha sido motivo de preocupación transnacional, constituyéndose en elemento de las actividades del denominado narcotráfico. Esfuerzos políticos y constitucionales más recientes, como la propuesta sobre el derecho a la producción y consumo de cannabis con fines personales de carácter lúdico promovida por la Sociedad Mexicana de Autoconsumo Responsable y Tolerante (SMART), que fue presentada para debate en la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación en noviembre de 2015, ha provocado un gran interés en el tema y polémica a nivel nacional. La legalización de la mariguana para uso recreativo se sustenta en la premisa sobre la necesidad de descriminalizar un hábito que, teóricamente, es menos peligroso y menos tóxico a largo plazo que el tabaquismo y alcoholismo, y por supuesto menor al de otras drogas ilícitas, narcóticos y estupefacientes. Otros grupos promueven la aprobación de formulaciones de cannabinoides (productos derivados de la mariguana) para uso medicinal, incluyendo el cannabidiol (CBD). La mayoría de estos productos son propuestos con bases primordialmente anecdóticas, más que evidenciables. Para evaluar adecuada y racionalmente esta preocupación de salud pública, la Comisión Federal para la Protección Contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS) de la Secretaría de Salud, órgano con la responsabilidad de aprobación y monitoreo de medicamentos de acuerdo con su estructuración estatuaria actual, requeriría de estudios controlados que mostraran datos convincentes y aceptables de eficacia y seguridad aplicados a cualquier cannabinoide propuesto como medicamento.

Existen muy pocos cannabinoides que han prevalecido al desafío de ensayos controlados. La nabilona es el único cannabinoide sintético hasta ahora aprobado en México. Se utiliza como tratamiento de segunda línea para la náusea y vómito refractario causados por quimioterapia para cáncer, y como adyuvante en el manejo de dolor crónico. (Artículo 226 de la Ley General de Salud, México). Proponentes de la legalización para usos lúdico y medicinal exhiben como ejemplo el hecho de su legitimización en Canadá, Argentina, Colombia, Chile, Uruguay, algunos países de Europa y 20 de los 50 estados de la Unión Americana, cuatro de los mismos con legalización absoluta para uso recreacional y cultivo libre (Alaska, Colorado, Oregón y Washington). Este fenómeno de aceptación global y de diseminación del uso de cannabis conlleva, sin embargo, la aparición de ciertas circunstancias clínicas de consideración y que deben evaluarse y estudiarse adecuadamente para la protección de la comunidad. En el caso de México, contra todos los pronósticos, la mayoría de los senadores decidió aprobar un dictamen que permite que las personas que cuenten con el aval de un médico, puedan consumir mariguana para aliviar sus padecimientos o mejorar su condición.




Dr. César Álvarez Pacheco
@cesar_alvarezp
Huatabampo, Sonora.


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