domingo, 11 de diciembre de 2016

Visión de género y la salud de la mujer.

La practica médica se modifica constantemente: se adapta a los cambios sociodemográficos y avances tecnológicos, pero sin perder su esencia, su propósito, y su misión, que es mejorar la salud de la sociedad. Las enfermedades son la consecuencia de una compleja red multifactorial en la cual intervienen componentes genéticos, ambientales, sociales, económicos, psicológicos, conductuales y culturales; sin embargo, el peso de los factores varía entre los individuos; así, de acuerdo con el género, existen padecimientos que tienen frecuencia y comportamientos diferentes. El hombre y la mujer, pese a la equidad, no tienen predisposición para las mismas enfermedades, estas son selectivas y de acuerdo al genero, se podría mencionar en el buen sentido de la palabra que no son iguales, pero si parecidos.

Hasta hace poco tiempo, el enfoque de género en las mujeres estuvo dirigido a varios padecimientos como osteoporosis, cáncer de mama, cáncer cervicouterino y salud reproductiva, pero desde finales del siglo pasado ha surgido una corriente (women’s health) cuyo propósito es abordar a las enfermedades tomando en cuenta precisamente a la variable de género femenino. La distinción entre género y sexo es una característica exclusiva de los seres humanos. El término “género” es un constructo social que, de acuerdo con el Instituto de Medicina de los EU, se refiere a las conductas, normas, comportamientos, costumbres, atributos y funciones que cada sociedad considera apropiados para hombres y mujeres. “Sexo”, en cambio, alude a la función reproductiva y a las características biológicas determinadas por los cromosomas y por las propias hormonas sexuales. Desde un punto de vista neuropsicológico, hay comportamientos diferentes y podría decirse que existe una asimetría funcional del cerebro. Las mujeres, por ejemplo, aventajan a los hombres en habilidades verbales, motricidad fina y velocidad perceptiva. También se han reconocido diferencias en otros sistemas biológicos, tales como variantes en la información celular, la expresión del mismo sistema inmunológico y determinadas funciones de celulas en diversos sistemas. Ciertos parámetros de laboratorio tienen puntos de corte diferentes para hombres y mujeres, y también hay divergencia en el metabolismo y la respuesta a ciertos medicamentos. Estudios clínicos y epidemiológicos han reconocido determinadas enfermedades predisponentemente de mujeres, algunos ejemplos son las enfermedades autoinmunes reumáticas, hepáticas y tiroideas; la fibromialgia, los trastornos del apetito como la bulimia y la anorexia nerviosa, los padecimientos psiquiátricos como la depresión y la ansiedad; la esclerosis múltiple, la litiasis vesicular, la osteoporosis; los trastornos funcionales como el síndrome de intestino irritable, la migraña, la disautonomía y la fatiga; el síndrome de fragilidad, las infecciones de las vías urinarias, la infección por el VIH, la obesidad, la cardiopatía isquémica, la diabetes mellitus y muchas otras.

La obesidad en las mujeres es el principal factor de riesgo modificable para el desarrollo de enfermedades crónicas no transmisibles (diabetes y enfermedades cardiovasculares), pero también la propia obesidad confiere riesgos a otras enfermedades como cáncer de endometrio, litiasis vesicular y enfermedad tromboembólica venosa. Por otra parte, las repercusiones sociales que tiene la obesidad son mayores en las mujeres que en el hombre. En los últimos años, en diversas partes del mundo, incluyendo a México, han surgido iniciativas y programas que pretenden mejorar la atención médica de las mujeres; aunque se han logrado algunos avances, aún hay mucho por hacer, y politicamente ya hay un gran avance, es momentno de crear condiciones (por mujeres) para una salud optima y de calidad enfocada al genero femenino. Algunas propuestas adicionales serían realizar mayores estudios con enfoque de género, dar un cumplimiento puntual a los programas, y que los médicos en la atención individual tomemos en cuenta las diferencias que existen entre hombres y mujeres.

Dr. César Álvarez Pacheco
@cesar_alvarezp
Huatabampo, Sonora.



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