domingo, 30 de octubre de 2016

El vagabundo mas rico de toda Europa.

¿Cuántas veces debe un hombre levantar la vista, antes de poder ver el cielo? Sí, ¿cuántos oídos debe tener un hombre, para poder escuchar a la gente que llora? Sí, ¿cuántas muertes serán necesarias, para comprender, que ya ha muerto demasiada gente?... a propósito de reflejar la realidad que cada dia nos muestra mas violencia de cualquier tipo y que lamentablemente es ya una enfermedad generadora de mas enfermos, por otra parte el poder de la poesía y su letra inspiradora, nos llevan a observar estos versos de Bob Dylan y voltear a ver el desolador entorno mexicano, donde Sonora no esta excenta. El Premio Nobel de Literatura, el número 109 que se entrega en la categoría (literatura), no es el único galardón que ha recibido Dylan; En mayo de 2012 el presidente de E.U., Barack Obama, le entregó la Medalla de la Libertad, considerado el mayor honor civil de ese país. Así se condecora a un poeta, que finalmente accedió a recibir el premio posterior a unas notas de desaire por parte del galardonado.

El 10 de diciembre de cada año se otorga el Premio Nobel a las personas más destacadas en la ciencia, en la literatura y en la paz. El Premio Nobel es el galardón más apreciado de todos los reconocimientos científicos en el mundo, el más reconocido entre el público en general y el más importante entre la comunidad científica internacional. Alfred Bernhard Nobel nació en Estocolmo, Suecia, el 21 de octubre de 1833; Cuando Alfred cumplió nueve años, en el año de 1842, ya hablaba ruso, francés, inglés y alemán, sabia de matemáticas, física, literatura y filosofía. El haber aprendido diversos idiomas, le sirvió como cimiento para “cosmopolitismo”, una de las características de Alfred. Durante su estancia en Francia, en 1850 se interesó con el “nuevo” explosivo piroglicerina (posteriormente llamado nitroglicerina) y comprendió que la sustancia era de delicado manejo y explotaba con facilidad, lo que le hacía su producción peligrosa y difícil de controlar. Hacia 1860, Alfredo mezcló la nitroglicerina con “arena negra” y al ver que la nitroglicerina era maleable, se hacía mucha menos peligrosa, sin perder sus características explosivas y la patentó con el nombre de dinamita. También patentó un detonador inventado por él, que a decir de expertos, fue más importante que el descubrimiento mismo de la dinamita. Alfred dijo que con su descubrimiento, la verdadera era de la nitroglicerina había comenzado; contaba entonces con 30 años de edad. Se dice que era de personalidad melancólica, sufría de persistentes migrañas y dolores reumáticos, así como de depresiones mentales constantes. Su relación familiar era cordial y siempre estuvo al cuidado de su madre y hermanos. A sus sobrinos les escribía constantemente y los invitaba a su villa en San Remo en Italia, para pasar sus vacaciones. Sin embargo, el multimillonario era un solitario, nunca tuvo familia y vivía solo, se le conocía como: “el vagabundo más rico de Europa”.

Uno de los premios más sonados fue el Premio en el año de 1923 otorgado al fisiólogo John Macleond (que compartió el premio con Frederick Grant Banting por el descubrimiento de la insulina) pues no participó directamente en los trabajos experimentales, siendo sólo el jefe del departamento. Un error también criticado fue el Premio otorgado al patólogo danés Johannes Andreas Grib Fibiger en 1926 por haber descrito el “parásito” (que llamó Spiroptera neoplásica) que causaba cáncer. El resultado estuvo mal interpretado y causo confusión en aquel entonces. En lo que respecta a México, solamente hay tres mexicanos que han sido condecorados con el Nobel; Octavio Paz en Literatura en 1990, Alfonso García Robles por la Paz en 1982, y Mario Molina en Química en 1995. Si además tomamos en consideración que el Dr. Molina ha realizado su trabajo científico principalmente en el MIT en Estados Unidos y al abogado Michoacano García Robles le han otorgado el Premio por su trabajo en fomento de la Paz, trabajando en las Naciones Unidas (aunque efectivamente comisionado por México ante la ONU), queda sólo Octavio Paz como único mexicano, radicado en México, en haber recibido tal distinción.

Dr. César Álvarez Pacheco
@cesar_alvarezp
Huatabampo, Sonora.







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