Usualmente cuando buscamos un lugar para
realizar actividad física al aire libre siempre pensamos en algún parque o
centros deportivos que son comunes en nuestro estado. Personas con algún balón,
una raqueta, y gente trotando y hasta con perros acompañándolos. Hasta aquí
nada raro hay de eso, pero ¿Qué pasa cuando los caninos andan sueltos y son de
alguna raza potencialmente agresiva? Digo, es común que haya niños en estos
lugares ¿no?
Las mordeduras de animales representan
un gran problema de salud en México, pues cursan con una alta morbilidad y, en casos
aislados, con mortalidad. Existe una alta incidencia en el país, alrededor de
110 por cada 100 mil habitantes. Los estados más afectados son Durango,
Hidalgo, Puebla, Ciudad de México, Estado de México y San Luis Potosí. El año
pasado, la Dirección General de Epidemiología registró que el Estado de México
y la Ciudad de México fueron los estados con más casos por mordeduras de perro,
alcanzando 17,172 y 14,441 casos, respectivamente. ¿Poooor? ¿Andan sueltos? ¿No
los cuidan? ¿Son irresponsabilidades de los dueños? En Estados Unidos, las
mordeduras de perro representan 1% de las visitas de trauma en los Servicios de
Urgencias; de éstas, 50% de las mordeduras de perros y gatos requiere atención
médica y 2% requiere hospitalización. Las mordeduras por perros constituyen de
60 a 80% y la de los gatos causa de 20 a 30%. Las localizaciones más frecuentes
son en mano, brazos, piernas y cara. El mayor porcentaje por mordeduras lo
constituyen niños, de los cuales 25% son menores de seis años y 34% tiene entre
seis y 17 años. Hasta aquí son datos que en lo personal me llaman mucho la
atención, sobre todo si es un problema de salud pública. La infección es más
probable cuando las heridas son profundas o si se aloja un cuerpo extraño.
Asimismo, las mordeduras de gato tienen una mayor incidencia de infección en
comparación con otros mamíferos, presentándose en 30 a 50%. La complicación más
frecuente es la infección de la herida. En promedio, heridas provocadas por
perros y gatos contienen entre dos a cinco especies diferentes de bacterias. El
número de especies de patógenos va a depender del tipo de lesión que se
presente; Se deberá obtener información detallada sobre el incidente, tal como
tiempo, lugar y circunstancia, especie del animal y estado de salud actual de
éste. ¡Ojo! No estamos hablando de Rabia específicamente sino de la agresión
por animales o mordedura de los mismos que incluso la que está en boga por
estos lares es la de tiburón, por los casos registrados, sin embargo nos
enfocaremos a los de perros y gatos ya que son los animales domésticos más
comunes, aunque nos hemos encontrado algunos exóticos como macacos, felinos más
grandes o mapaches. Es importante cuestionar al paciente sobre alergias,
inmunizaciones, presencia de implantes (válvulas cardiacas, prótesis
articulares), tratamientos previos y condiciones crónicas, como
inmunodeficiencias. Se recomienda el uso analgésico para realizar una adecuada
exploración de la lesión y manejo del dolor posterior al tratamiento. La sutura
de la herida es un tema en discusión debido al riesgo de infección. Aunque
todavía no existe un consenso, en general, el manejo temprano de las heridas
parece estar correlacionado con rangos menores de infección y con mejores
resultados estéticos. Tradicionalmente, se sugiere manejar las heridas con
cierre secundario para disminuir el riesgo de infección, pero actualmente
existen series en las que se observa que el cierre primario no necesariamente
aumenta su incidencia. Las heridas en cara deben suturarse pronto por las
infrecuentes complicaciones infecciosas; además, se ha tenido un buen resultado
estético, gracias al excelente riego sanguíneo de la cara y cuero cabelludo.
Se administrará obligadamente toxoide
tetánico a pacientes con esquema completo que no hayan recibido una dosis entre
cinco y 10 años; en caso de no haber recibido ninguna dosis en más de 10 años,
la vacuna deberá aplicarse nuevamente. Las mordeduras por animales continúan
teniendo una alta causa de morbilidad en pacientes de todas las edades,
presentándose como una de las 10 primeras causas de lesiones no fatales en
niños de cinco a nueve años. El tratamiento de la mordedura por perro consiste
en el manejo de la herida y tratamiento antibiótico. ¿Es un problema de salud
pública? ¿Qué hacer? Ojo aquí con os que diseñan estrategias.
Dr.
César Álvarez Pacheco
cesar_ap@hotmail.com
@cesar_alvarezp
Huatabampo,
Sonora
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