El tiempo de espera de los pacientes
para recibir atención médica en un hospital es un indicador de la opinión de
los usuarios sobre los mismos. Forma parte de la dimensión interpersonal de la
calidad, complemento de la técnica médica. Y es que cuando el tiempo de espera
es excesivo no solo en un hospital sino en cualquier unidad que preste atención
médica, significa que algo no anda bien en la estructura o la dinámica de
atención.
Establecer el número de atenciones
(consultas) por día y por semana implica conocer, por un lado la disponibilidad
de recursos humanos y físicos y, por otro, la demanda de turnos por parte de la
población. Estos datos resultarán de la interacción con el área administrativa
pertinente que, año a año, irá poniendo al día las estadísticas según cada
especialidad o área. La construcción de un sistema de turnos debe ser eficiente
y flexible pero también debe funcionar en beneficio tanto de pacientes como de
los profesionales de la salud y del personal no médico. La decisión acerca de
cuánto tiempo el profesional de la salud estará cara a cara con el paciente
resulta vital no sólo para programar la agenda de turnos sino también para
garantizar la calidad de atención médica. Un turno demasiado corto ha sido descrito,
entre otras cosas, como uno de los factores que impide la realización de una
buena promoción de la salud. La importancia de la promoción de la salud ha sido
enfatizada a nivel internacional desde la OMS y esto incluye todos los aspectos
relacionados con aquellas actividades que buscan mejorar el nivel de salud de
los individuos y de la comunidad. Discutir estilos de vida y solicitar estudios
complementarios es lo que más hace un clínico en sus consultas de rutina,
fundamentalmente en consultas de primera vez. Existen grandes diferencias según
los países acerca de cuál es la duración óptima para cumplir con estos
objetivos, pero el tiempo ya dentro en la consulta médica es otro tema con
muchas aristas. Las instituciones de salud definen el tiempo de espera para
recibir atención como aquel que transcurre desde la hora de la cita programada
o de la solicitud de atención por el usuario, hasta que es atendido por el
médico del servicio. Dado que la atención médica en el segundo y tercer nivel
siempre es mediante cita, los tiempos de espera por lo general deberán ser
mínimos y acercarse al estándar de 10 minutos. No puede encontrarse lo mismo en
las unidades de primer nivel de atención, donde sólo entre 30 y 35 % de los
pacientes es citado y tiene la posibilidad de esperar menos de 30 minutos; el
restante 65 % solicita atención el mismo día de la consulta y es muy difícil
que se le atienda dentro del tiempo estándar. Por su parte, la atención
primaria de la salud es el primer nivel de atención profesional en la mayoría
de los países. Es el nivel donde las personas presentan sus problemas de salud
y donde la mayoría de las necesidades en salud encuentran la cura o la
prevención. La coordinación del acceso y utilización de estos servicios es uno de
los pilares que contribuye a mantener el estado de salud de la población. Medir
el tiempo de espera en un hospital es de suma importancia no solo para evaluar
la satisfacción del usuario, sino para establecer planes y estrategias. Un
tiempo de espera prolongado genera sobrecarga de los servicios necesarios para
atender a los pacientes, para el uso de sanitarios, así como para la limpieza y
mantenimiento de las salas de espera. Los servicios de limpieza en un área
hospitalaria son continuos y es más sencillo cuando no existe sobre carga de
pacientes, así pues como los servicios de mantenimiento como pintura o
reparación de equipo médico diverso, es más complicado cuando existe una sobre
carga de trabajo.
El tiempo de espera representa un
problema en todas las instituciones de salud. En los últimos cinco años ha
cobrado importancia como indicador de calidad en las estrategias para mejorar
organizacionalmente la prestación de la atención médica. Si bien es cierto que
está relacionado con la accesibilidad organizacional, como se ha abordado en
estudios previos, y que puede identificarse como un indicador de resultado, en
la sucesión del proceso contribuye a la satisfacción del usuario, a la del
prestador y a la de la propia institución de servicios de atención. Usted;
¿Cuánto es lo máximo que ha tardado esperando una consulta?
Dr. César Álvarez
Pacheco
cesar_ap@hotmail.com
@cesar_alvarezp
Huatabampo,
Sonora.
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