domingo, 3 de julio de 2022

El otro extremo del estetoscopio.

 


La historia del hombre siempre ha estado acompañada de la comunicación, que ha sido esencial para su desarrollo. De este proceso, la comunicación verbal es la que tiene mayor importancia: impacta prácticamente todas las actividades del hombre. O ¿no?

En el tema que nos ocupa, comunicación en medicina, enfatizamos la comunicación médico-paciente, médico-médico y médico-equipo de salud. También en nuestra profesión, la comunicación verbal ha sido fundamental y debe reconocerse a este proceso como uno de los grandes retos y competencias que se deben dominar en la medicina moderna. Un alto porcentaje de las quejas médicas no corresponden al comportamiento profesional, sino a defectos en la comunicación en el transcurso de la atención médica: casi siempre se deben a una comunicación inadecuada en la relación médico-paciente, que con frecuencia deja al paciente insatisfecho y posiblemente, también vulnerable, por lo que el tema debe considerarse como de la mayor relevancia y trascendencia. Así mismo, la comunicación deficiente entre el personal de salud puede conducir a errores graves que comprometan la seguridad del paciente. Lo anterior es de tal importancia que en los estándares de certificación hospitalaria del Consejo de Salubridad General, la Meta Internacional para la Seguridad del Paciente número 2 se refiere a “mejorar la comunicación efectiva”, incluyendo la verbal, telefónica y electrónica. En el siglo pasado, diferentes investigadores se interesaron en estudiar los diferentes modelos de comunicación; por ejemplo, el modelo de Wilbur Schramm, en donde los autores hablan del circuito de la comunicación e introducen el fenómeno de feedback (retroalimentación). Consideran que el proceso de comunicación permite establecer relaciones entre personas que tienen en común una fuente, un mensaje y un destino. Más tarde salió el modelo de Charles Osgood, reconocido comentarista de radio norteamericano de los años 40; por su profesión, consideraba muy importante la comunicación de masas, en donde resaltaban los términos de codificar y descodificar. Algo así como un Pedro Pacheco, en Huatabampo; o un Jesús Balmaceda en Cd. Obregón. Si lo llevamos a la comunicación con los pacientes o el equipo de salud, se cumple con este proceso, por lo que podemos esperar respuestas variables que deberán ser tomadas en cuenta, pues cada paciente o persona interpreta a su manera la información recibida. Otra teoría de la comunicación es desarrollada por Riley & Riley, quienes promueven no la comunicación pasiva, sino la interacción entre el emisor y el receptor; aportan el concepto de grupo primario, que abarca una estructura social más amplia. Esto influye en la interpretación del mensaje que se les da a los pacientes. Lo anterior es historia; la comunicación moderna es directa entre personas o indirecta por el uso de la tecnología electrónica, telefonía, fax, correo electrónico y redes sociales. Los teléfonos inteligentes, llamados también smartphones, tienen una participación fundamental, ya que permiten a los usuarios acceder a información y comunicación móviles.

Hoy los pacientes tienen la posibilidad de recibir mensajes de sus médicos, pero debemos asegurarnos de que no vayan a malinterpretar el mensaje recibido; lo anterior puede suceder por comentarios de familiares o terceras personas. También la información obtenida con el uso del internet puede ser mal comprendida, y será necesario, en ocasiones, apoyar a los enfermos para aclarar la información obtenida. Es pertinente tener presentes algunas recomendaciones para disminuir el número de variables involucradas en estos procesos, por lo que es recomendable: disminuir la dificultad de los mensajes transmitidos utilizando mensajes simplificados y cortos, dar información ordenada y agrupada, dar instrucciones concretas y específicas, y no en términos abstractos y generales. El médico no puede pasar por alto que hoy la comunicación tiene muchas variables y variantes, y que cada vez es más aceptado por los pacientes el uso de los medios electrónicos en los diferentes dispositivos, por lo que el médico deberá estar familiarizado con dichas innovaciones en las que se utilizan diversos instrumentos y dispositivos que, si se emplean adecuadamente, facilitan la comunicación con el paciente; sin embargo, se debe asegurar no perder el sentido humano, como puede ser la despersonalización en la relación médico-paciente. “Las preguntas, las conexiones y los puntos en común son herramientas vitales para ayudar a su paciente para sentirse como una persona completa, y ayudarlos a recordar que usted también lo es”. -Marcus Engel, El otro extremo del estetoscopio.

Dr. César Álvarez Pacheco

cesar_ap@hotmail.com

@cesar_alvarezp

Huatabampo, Sonora.

 

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