La situación provocada
por la pandemia demanda abordar problemas nuevos que emergen en el escenario
psicosocial laboral. Los riesgos biológicos y las condiciones de bioseguridad
en el trabajo no son temas novedosos, pero, sin dudas, adquieren una relevante
importancia en las circunstancias actuales.
Como ha reconocido la
Organización Internacional del Trabajo, por situaciones similares anteriores,
los lugares de trabajo son claves para prevenir y controlar la transmisión. Las
medidas adecuadas de seguridad y salud en el trabajo pueden ayudar a contener
la propagación de la enfermedad y, por tanto, proteger a los trabajadores y a
la sociedad en general. Vivimos Actualmente una quinta ola de contagios, y
vemos cómo han evolucionado las medidas actuales. La disminución en las
restricciones, no es una invitación a continuar sin medidas preventivas, como
por ejemplo el uso de cubre bocas en espacios cerrados. En las condiciones de
la etapa post COVID, o de retorno a lo que se ha denominado una “nueva
normalidad”, para trasmitir el regreso a una cotidianidad que apremia por ser
rescatada, impera la necesidad de incorporar las medidas de bioseguridad de
modo muy específico y permanente en todos los contextos laborales, vigilar el
comportamiento cotidiano propio y del equipo de trabajo, reconociendo la
vulnerabilidad por el peligro biológico latente y la protección como el único
modo seguro de comportarse ante el mismo. En ese tenor, es un imperativo
promover una cultura de bioseguridad en el centro de trabajo, incorporando las
normas inherentes como parte del rol que se desempeña, para prevenir posibles
brotes. Al respecto, se reconoce que el final de la pandemia, con menor número
de fallecidos, solo será posible si la prevención de riesgos laborales funciona,
lo cual no es una exageración si se comprende lo que representa en número la
población laboralmente activa en un país y su potencial vulnerabilidad. Por
otra parte, se plantea, que la prevención de riesgos laborales no se limita a
la gestión de los equipos de protección individual y agregamos, el cumplimiento
de los protocolos de bioseguridad, sino que también, y tan importante, incluye
la monitorización de los efectos de los riesgos psicosociales laborales frutos
del impacto de los cambios que han sucedido sobre la salud mental y física,
como diversas son las situaciones actuales a las que debe responder la
población trabajadora, por lo que se debe contextualizar en momento y lugar,
con flexibilidad, creatividad y básicamente con competencias para la gestión de
estos riesgos. No son iguales las exigencias para el personal que brinda un
servicio que para el que está en una línea de producción, en zonas urbanas o
rurales; para los que trabajan en espacios confinados, en oficinas o en
espacios abiertos, los que su trabajo implica cercanía física, comunicación
verbal cara a cara, etc. También se distinguen por otras condiciones más
generales como modalidad de empleo, de contrato, de desarrollo socioeconómico y
tecnológico, etc. No obstante, existen aspectos generales que pueden detectarse
y hacia donde se deben dirigir acciones que, en sentido general, se encaminan a
promover y mantener un ambiente de trabajo seguro con una cultura de protección
de la salud y… del bienestar.
Se han revisado las
publicaciones de las experiencias que se han obtenido de su curso en otros
países. Inicialmente estas provienen de China, -puesto que ellos iniciaron con
la pandemia- ante el impacto emocional en el personal de la salud que trabajó
directamente con enfermos, y también aparecen los relacionados a los efectos
del confinamiento en casa y orientaciones a los diversos grupos poblacionales
para mitigar el daño. Se han observado, además, las medidas adoptadas por el
país en esta área, así como entrevistas abiertas no estructuradas y
observaciones participantes realizadas en nuestro contexto. La situación
provocada por la pandemia ha impactado en todos los ámbitos de la vida y
deviene también en un problema para la salud ocupacional. La psicología de la
salud laboral como disciplina participa para atenuar las consecuencias
psicosociales de la situación generada producto de las altas demandas
psicológicas a que se expone el personal que trabaja de modo presencial, en las
condiciones de riesgo biológico producto de la pandemia. La pandemia nos ha
dejado muchas enseñanzas que aún se encuentran en estudio, pero también nos ha
dejado otro tipo de daño colateral que no debe dejarse pasar. Veremos en un
futuro inmediato.
Dr. César Álvarez Pacheco
cesar_ap@hotmail.com
@cesar_alvarezp
Huatabampo, Sonora.
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