Se estima que la
población mundial se duplicó en el siglo XX y de mantenerse este aumento para
el año 2050 se podría superar los nueve billones de personas en el mundo; por
otra parte algunos estudios arrojan que aproximadamente un 45% de los embarazos
en Estados Unidos no son planeados, lo cual genera un impacto social y
económico importante.
Existe una gran
variedad de métodos anticonceptivos para mujeres con tasas de fracaso bajas, no
así para hombres. El concepto de anticoncepción masculina tiene sus inicios en
el siglo XVIII, con el uso del condón como método de barrera. Posteriormente se
empezó a implementar la vasectomía a finales del siglo XIX, como método
quirúrgico anticonceptivo en criminales, ambos métodos se siguen utilizando
hasta la actualidad; sin embargo, para el condón se han demostrado tasas fallo
que oscilan entre un 13-18% en el primer año de uso, y la vasectomía presenta
el inconveniente que no es fácilmente reversible. Las investigaciones y el
lanzamiento al mercado de anticonceptivos masculinos se ha quedado rezagada en
los últimos años, ya que los hombres aún en la actualidad carecen de
herramientas de planificación tanto hormonal como no hormonal que sean seguras,
eficaces y reversibles. Los condones han sido utilizados por mucho tiempo como
método de anticoncepción; sin embargo también tienen un rol fundamental en la
prevención de enfermedades de transmisión sexual, siendo este el único método
de anticoncepción que brinda protección contra dichas enfermedades. La
principal desventaja es que poseen una baja eficacia anticonceptiva. La tasa de
fracaso de los condones masculinos es del 13%. Estos porcentajes son
atribuibles a uso inadecuado, inconsistente o ruptura. Se han registrado
personas que presentan reacciones alérgicas al látex y sufren de irritación en
la piel. A consecuencia de lo anterior, se han desarrollado condones de
poliuretano; no obstante estos son menos efectivos que aquellos confeccionados
con látex porque tienen un ajuste más holgado y se deslizan con mayor facilidad.
La vasectomía por su parte es un procedimiento quirúrgico ambulatorio, en el
cual se interrumpen y ocluyen los conductos deferentes para impedir el paso de
la esperma durante la eyaculación, Se lleva a cabo mediante incisiones
escrotales pequeñas y bajo anestesia local. El tiempo de recuperación es corto
y los pacientes pueden retornar a sus actividades diarias en pocos días. Dicho
procedimiento es considerado seguro, efectivo y más económico en comparación
con la esterilización quirúrgica femenina; además la tasa de complicaciones
asociadas es menor. La Asociación Americana de Urología establece que la tasa
de fracaso posterior a la vasectomía es de 0.05%. Debido a que existen reportes
que asocian la vasectomía con el cáncer de próstata, se han realizado múltiples
investigaciones que refutan lo anterior. En una revisión y publicado por la
Revista de la Asociación Médica Americana (JAMA según sus siglas en inglés), no
se evidenció relación entre la vasectomía y el cáncer de próstata de alto grado
o en etapa avanzada. La vasectomía se recomienda sólo en aquellos hombres que
no deseen concebir en el futuro. Por consiguiente, la vasectomía no se debe
recomendar como método de anticoncepción totalmente reversible. Actualmente,
solo el condón masculino y la vasectomía son las opciones anticonceptivas en el
mercado para los hombres, Los demás métodos aún se encuentran en estudios
preliminares.
La anticoncepción
masculina tiene el potencial de generar un impacto en el aumento poblacional
desmedido y los embarazos no planificados debido a que existen nuevas opciones
de anticoncepción que permiten que los hombres puedan desempeñar un rol activo
en la planificación familiar. Los métodos anticonceptivos masculinos hormonales
han comprobado ser efectivos, seguros a corto plazo y reversibles; no obstante
es necesario realizar estudios, sobre su uso en poblaciones más heterogéneas
para determinar su seguridad a largo plazo y que de esta forma obtengan la
aprobación reglamentaria necesaria para su comercialización. A su vez, las
herramientas anticonceptivas no hormonales evidencian un futuro prometedor en
sus estudios; pese a esto, se requieren más análisis para iniciar las pruebas
en humanos. En la actualidad, la aceptación de métodos anticonceptivos
masculinos novedosos, reversibles y seguros tiene la capacidad de revolucionar
la planificación familiar en el mundo; a pesar de esto, se deben superar
desafíos que requieren de esfuerzos económicos mediante el apoyo financiero de
entes públicos o privados, puesto que se trata de un tema de salud pública.
Dr. César Álvarez Pacheco
cesar_ap@hotmail.com
@cesar_alvarezp
Huatabampo, Sonora.
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