Durante las últimas
décadas se ha resaltado la importancia del apego a los tratamientos,
entendiendo esto como la conducta del paciente que coincide con la indicación
médica prescrita en relación con la forma y tiempos de administrar los
medicamentos, las dietas y los cambios en el estilo de vida. Este fenómeno de
falta de apego al tratamiento puede ocurrir en pacientes con padecimientos
agudos o crónicos, el problema es más evidente en los tratamientos a largo
plazo.
Existe mucha
experiencia en este tema en pacientes con tuberculosis, entre las causas del
mal apego destacan: desconocimiento de la enfermedad, mala relación con el
médico, tiempos de consulta muy pequeños, escolaridad baja, situación
económica, intolerancia al medicamento, uso de tratamientos alternativos,
etcétera. La falta de apego a los tratamientos repercute en el escaso o nulo
control de las enfermedades, lo que favorece la aparición de complicaciones,
así como en términos económicos; por ejemplo, se calcula que más de 10% de las
hospitalizaciones es por esta causa. Conocer el grado de apego al tratamiento
se ha convertido en una necesidad para los servicios de salud en México y en el
mundo. En la bibliografía mexicana existe mucha información en cuanto a
cumplimiento, apego y prescripción de medicamentos, lo que nos permite inferir
acerca de los algoritmos de tratamiento y políticas de salud. La aparición de
comorbilidades en pacientes con diabetes mellitus tipo 2 atendidos en un centro
de salud hace que disminuya el apego al tratamiento por diversas causas. El
cumplimiento de las indicaciones médicas es fundamental para la recuperación y
mantenimiento de la salud del paciente. Esto sucede de manera similar en la
población hipertensa y con dislipidemia, por mencionar un ejemplo. La falta de
apego a los tratamientos tiene un elevado costo social, económico y laboral,
porque se ha observado que los niveles más bajos de apego al tratamiento lo
muestran los pacientes con enfermedades crónicas que no generan un riesgo
potencial y no producen mayores síntomas; y de alguna manera, estos
padecimientos requieren mayores cambios en el estilo de vida (diabetes e
hipertensión). La mayor parte de las intervenciones que mejoran el apego al
tratamiento consiste en estimular al paciente a tomar parte activa en el
cuidado de su salud; si tomamos en cuenta que el factor económico es el
principal factor de desapego en nuestra población y al observar un mayor grado
de apego en los pacientes hipertensos, podríamos hacer recomendaciones para
incrementar el grado de apego: escuchar al paciente; que repita lo que tiene
que hacer, redactar indicaciones tan simple como sea posible, generar
instrucciones claras acerca del tratamiento exacto, preferentemente por
escrito, indicar regímenes que tomen en cuenta la rutina diaria del paciente,
insistir en la importancia del apego al tratamiento en cada visita, reconocer
en cada consulta los esfuerzos realizados por el paciente para cumplir con el
tratamiento e integrar a un familiar cercano al tratamiento.
Hay que recordar la
tarea fundamental del médico para contribuir al cambio de conductas del
paciente por medio de intervenciones simples en la atención primaria. La mayoría
de los usuarios no percibe al ejercicio físico como parte del control
terapéutico de su patología. No obstante, se identifica que la realización de
ejercicio o actividades físicas presentan beneficios a su salud, como lo es un
apropiado control de peso corporal.Gran parte de los pacientes identifica la
importancia que presenta la dieta como parte del cuidado en su calidad de vida,
sin embargo, no es percibida como uno de los componentes esenciales en el
tratamiento de su enfermedad. La dieta se considera como necesaria en la
mantención y por sobre todo, en la reducción del peso corporal y las
complicaciones; todo esto ocasionalmente se dice fácil pero llevarlo a cabo, es
bastante complejo ¿o no?
Dr. César Álvarez Pacheco
@cesar_alvarezp
Huatabampo, Sonora.
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