
Cuando los hijos llegan
a la adolescencia los problemas familiares pueden centrarse en la
diferenciación de roles y en asuntos relacionados con situaciones familiares.
Para los padres puede ser difícil desligarse de los hijos y establecer un nuevo
equilibrio en el sistema conyugal. Las dificultades en la relación
padres-hijos, pueden ocurrir principalmente alrededor de tres áreas: la
autoridad, la sexualidad y los valores. La interacción entre el adolescente y
sus padres frecuentemente se caracteriza por una pobre comunicación y una
expresión afectiva negativa, que resultan en un manejo inadecuado de los
recursos para el control de la conducta. Frecuentemente, los padres reaccionan
ante sus hijos de manera consistente con los estereotipos que los adolescentes
esperan; éstos van de ver al joven como un victimario (poderoso, violento,
rudo, sexualmente agresivo) o como una víctima (pasivo, impotente,
desprotegido, indefenso, incapaz). Los padres con dificultades para disminuir
gradualmente su “autoridad paternal” pueden contribuir a un problema de
adaptación en el adolescente. Desgraciadamente muchos padres se muestran
reticentes a dejar su rol protector y a permitir al adolescente adquirir
autonomía por medio de la libertad y la responsabilidad, lo cual se convierte
en un campo de conflicto, donde el adolescente se enfrenta de manera
desorganizada y en muchas ocasiones auto-destructiva a un autoritarismo sin
concesiones. La adolescencia es un periodo de exploración de la sexualidad
recientemente descubierta, por lo que son comunes los conflictos acerca de los
valores sexuales y su expresión. Existe una clara y franca dificultad de los
padres para discutir abierta y francamente las cuestiones sexuales, los padres
temen una confrontación negativa con sus hijos; como resultado, muchos
adolescentes desconocen las actitudes de sus padres hacia los asuntos sexuales.
La comunicación juega un papel primordial, y una buena relación entre padres e
hijos se ve relacionada por una acertada toma de decisiones en lo que respecta
a los tópicos sexuales. En este aspecto, la información no basta; es
indispensable la cercanía emocional y sobre todo la libertad para que se desarrolle
la confianza. La actividad sexual indiscriminada puede ser un indicador de un
pobre auto concepto y/o sentimientos de minusvalía. De la misma manera, las
conductas de actuación sexual (acting outs) pueden ser un elemento de venganza
contra los padres o de atraer y retener amigos. Por desgracia, los adolescentes
“creen”, por aspectos que se relacionan con su desarrollo cognoscitivo y
emocional, ser invulnerables y entonces su riesgo de enfermedad sexual (el SIDA
es la tercera causa de muerte en adolescentes) y de embarazo es muy elevado.
Dr. César Álvarez Pacheco
@cesar_alvarezp
Huatabampo, Sonora.
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