![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiBSMzM2CBXtG0kwnNHDieP_eZIKTOcpo9grLbW8b4eNqgDk5McOgq1jlVUiDASGM0ufP2nrYf-CB415i3a3rYBHtkThI7gIvN-pca2oIH3gnFjG0p-4XmLJmg2fX5DuUjILCN1oa3Hv3o/s320/v1.png)
La Organización Mundial de
la Salud (OMS) en su Reporte Mundial Sobre la Violencia y la Salud del año
2002, señala que la violencia como parte de la existencia humana, genera para
los individuos, las familias, las comunidades y los países, graves
consecuencias, tanto a corto como a largo plazo provocando efectos
perjudiciales en los servicios de atención de salud. Su impacto se ha visto
reflejado en el más de un millón de personas que cada año pierden la vida a
causa de ella y muchas más que sufren daños no fatales, como resultado de la
autolesión, violencia intersocial y colectiva, en edades comprendidas entre los
15 y 44 años, ocasionando pérdidas de billones de dólares anuales y cifras
mayores en horas laborables, intervenciones legales y otras actividades en
torno a ellas. Considerando a la violencia como el uso actual de fuerza o poder
sobre otra persona, sobre sí mismo o sobre un grupo o comunidad, dando como
resultado un daño, muerte o de privación; se han considerado cuatro categorías
estadísticamente hablando: el suicidio (E950-E959) definido como los daños
fatales infligidos asimismo, especificados como intencionales; la segunda categoría
son los homicidios (E960-E9) como daños fatales infligidos por otra persona con
intento de daño o muerte, por algún medio, aunque se incluye en esta categoría
las muertes no intencionales relacionadas a armas de fuego (E922). La tercera
categoría son las muertes relacionadas a la guerra (E990-E999) Por fortuna en
nuestro país no se registra pero Estados Unidos lo hace diariamente. La cuarta
categoría incluye a aquéllas producidas en intervenciones legales. Así se concluye
que las muertes por violencia representan el 3.7% de todas las muertes
ocurridas en el mundo; siendo el suicidio la causa más frecuente, sobre todo en
aquellos países con economía socialista, seguida del homicidio, que fue más
alto en Latinoamérica y África Sub-Sahara, por lo que es necesario establecer
sistemas de vigilancia para la prevención de muertes prematuras e innecesarias.
Bailey James, en EU en
1997, determinó los factores de riesgo para las muertes por violencia de las
mujeres en el hogar, identificando la asociación entre la violencia doméstica y
la presencia de armas en el hogar en los homicidios y suicidios; encontrando
esta relación en el 46% de los homicidios y 42% de los suicidios; la presencia
de enfermedad mental era un factor de riesgo importante en estos últimos. A la
fecha, estados como Texas, desestimó el estudio permitiendo armas de fuego aún
con trastornos mentales ya diagnosticados. Aviña Valencia, en México en 2000;
presenta un estudio descriptivo y transversal de la mortalidad por accidentes,
homicidios y suicidios en México siendo la cuarta causa de muerte
constituyéndose en uno de los principales problemas de Salud Pública por
resolver. Es difícil aún su prevención ya que no hay programas preventivos que
orienten a un diagnostico oportuno y preciso de depresión y sus variantes para
que no culminen en el suicidio, faltan programas preventivos y de detección ya
que el sistema se ha concentrado en aquellos que mas costo muestran en los
presupuestos: las crónico degenerativas (Diabetes e hipertensión). La violencia
requiere la participación de todos los estamentos sanitarios de nuestros países
a fin de valorar el real impacto social y económico que genera así como su
repercusión de esta en actividades de salud por lo que es necesario desarrollar
programas de vigilancia epidemiológica que midan su magnitud y permitan
prevenirla.
Dr. César
Álvarez Pacheco
@cesar_alvarezp
Huatabampo,
Sonora.
No hay comentarios:
Publicar un comentario