domingo, 24 de julio de 2016

Da Vinci, el anatomista.

La fascinación de Leonardo da Vinci en Anatomía Humana comenzó́ a los dieciocho años. Como genio, artista, arquitecto, músico, médico, ingeniero, diseñador e inventor, consiguió́ fusionar, las ciencias y las artes, y la Anatomía no está exenta de ello. Da Vinci fue el inventor de los cortes anatómicos y de la representación de la figura humana en diferentes planos. La raíz de sus trabajos anatómicos se sitúa en sus intereses artísticos por la exploración del cuerpo humano y su funcionamiento; tenía como objetivo perfeccionar la representación de la figura humana. Sus trabajos abarcaron diferentes campos, según su “tratado anatómico”, y se basaron, hasta 1507, en la observación de la superficie de los cuerpos, momento en que comenzó́ a practicar la disección.

Se interesó por las estructuras profundas y trató de comprender sus mecanismos funcionales a través del sustento de las disecciones, estudió la Osteología y la Miología, el sistema cardiovascular, los aparatos respiratorio y digestivo y los sistemas genitourinario y reproductor, de los que realizó los dibujos más asombrosos de su Corpus anatómico, los que corresponden a los órganos sexuales y reproductores y, además, se introdujo en la Embriología y dibujó el primer feto en útero, una de las primeras representaciones de un feto humano. Da Vinci estableció una singular relación entre la Anatomía y el arte y utilizó el dibujo como medio para alcanzar la estructura anatómica. Se dice que una de las razones por las que basaba sus investigaciones en el dibujo era precisamente su escaso dominio del latín; sin embargo, la verdadera causa originaria de su método respondía a cuestiones intrínsecas, a su visión del mundo como artista que basa su obra en la observación. Sus cualidades artísticas le permitían ilustrar todo lo que descubría su ojo disciplinado, debido a lo que se le considera el iniciador de la ilustración científica moderna, considerada vehículo pedagógico y medio de investigación. La necesidad de tener un conocimiento profundo de la mecánica del cuerpo humano se advierte en grandes obras de Leonardo da Vinci, por ejemplo “El hombre de Vitruvio, canon del cuerpo humano”. Este dibujo, realizado alrededor del año 1492, fue uno de los dibujos más famosos y donde mejor se expresa la naturaleza dual de Da Vinci, que expone las proporciones entre las diferentes partes del cuerpo en forma de fórmulas matemáticas. Por esta razón también se le ha llamado el Canon de las proporciones humanas. Realizó innumerables dibujos anatómicos que no tienen nada que envidiar a los realizados por expertos pintores o médicos anatomistas de este siglo XXI en los que muestra, con lujo de detalles, el tórax, y le da una ubicación y una proporcionalidad precisas con relación a los diferentes elementos vasculares.

Existen otras obras en las que se evidencia la actividad del cuerpo humano: en las figuras de San Jerónimo, en “La adoración de los Magos” y en la Madonna Benois de San Petersburgo. Obras relacionadas con el rostro humano lo constituyeron “La Virgen de las Rocas”, en la que el hombro contribuye al efecto de relieve de la pintura y confiere al cuerpo femenino un sentido dinámico de la forma y, en 1501, se encuentra un preludio en “La Virgen de los Husos”, en el que se muestra un torso de un modo que recuerda el retrato de Cecilia Gallerani. Entre 1495 y 1497 pinta “La última cena” en Santa María delle Grazie, en el cuadro se reúnen una gran variedad de tipos y gestos humanos; es la obra que lo convirtió en el primer maestro de Italia. Otra pintura famosa desde el momento de su creación lo fue “La Mona Lisa”, retrato que más literatura ha generado a lo largo de toda la historia del arte; ha dado origen a cuentos, novelas, poemas y hasta óperas. Los dibujos de Leonardo da Vinci representan, de forma perfecta y detallada, la anatomía del cuerpo humano; muchos son utilizados actualmente en ilustraciones científicas. Siempre prefirió la imagen acuciosa a la palabra escrita para exponer sus hallazgos. Sus cuadernos y apuntes, olvidados por sus contemporáneos, son objeto de análisis en la actualidad, cinco siglos después de su muerte.



Dr. César Álvarez Pacheco
@cesar_alvarezp
Huatabampo, Sonora.


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