Aunque diciembre ofrece distracciones
que disimulan la realidad del frío, enero llega sin festividades y se
manifiesta como un recordatorio abrupto de la realidad postcelebración. De
acuerdo con el Servicio Nacional de Salud del Reino Unido, enero es la época en
que muchas personas informan padecer el trastorno afectivo estacional, también
conocido como “depresión invernal”.
Este tipo de depresión afecta a las
personas durante la estación fría, manifestándose con síntomas como el “bajón”,
irritabilidad, pérdida de interés en actividades cotidianas, antojos de
carbohidratos y aumento de peso, letargo y desesperación. La falta de
exposición solar en otoño e invierno puede afectar los niveles de melatonina y
serotonina, contribuyendo a estos síntomas. El aislamiento social, el estrés,
el uso de sustancias, los signos de tristeza, la desesperanza y los
antecedentes de trauma deben investigarse más cuidadosamente en el consultorio
dada la incidencia de este tipo de afecciones. Los diagnósticos son muy
importantes y los casos de depresión y trastornos del estado de ánimo son los
más comunes. El suicidio es un problema de salud pública mundial. Cada año,
alrededor de 720.000 personas se quitan la vida en todo el mundo, según datos
de la Organización Mundial de la Salud. La tasa de suicidio en el continente
americano aumentó 17 % entre 2000 y 2019. Para sobrellevar el trastorno sin
medicamentos, se sugiere tomar el sol siempre que sea posible, mantener
espacios luminosos, hacer ejercicio regularmente, comer de manera saludable y
hablar con amigos para contrarrestar la tendencia a la reclusión. Parecería
extraño tocar el tema en esta época sin embargo la contra parte de las
festividades es precisamente que las personas se sientan de esta manera debido
a un duelo inconcluso o los lleven a extrañar seres queridos y que detonen en
enfermedades como los trastornos depresivos. En un artículo publicado
recientemente en British Medical Journal,
reveló que el riesgo de que una persona atente contra su propia vida es mayor
los lunes y el 1 de enero. Generalmente para algunas personas cuando pasa el
Año Nuevo o el fin de semana y la persona se da cuenta de que no pudo afrontar
sus tareas, esto le genera frustración y culpa. Es la teoría de las promesas
incumplidas, esta teoría, afirma que la esperanza de un nuevo comienzo puede
hacer que algunas personas ignoren temporalmente las ideas suicidas. Sin
embargo, cuando un ciclo termina y, al mirar atrás, estas personas observan que
sus deseos no se hicieron realidad, el sentimiento de desesperanza puede hacer
que sean más propensos a atentar contra su propia vida. Un estudio
internacional analizó 1,7 millones de casos de suicidio ocurridos en 26 países
entre los años 1971 y 2019 para investigar si la prevalencia del suicidio
estaba asociada con fechas específicas. Por otro lado, en todo el mundo, los
fines de semana y otros días festivos nacionales, especialmente la Navidad,
parecen crear una especie de efecto protector contra el suicidio, es decir, los
extremos prácticamente en comparación con el año nuevo. Hay otros motivos que
pueden explicar por qué los hombres son más susceptibles al suicidio en las
fechas estudiadas por los expertos, en comparación con las mujeres. Según el
grupo detrás de la investigación, en general, los hombres pueden ser más
vulnerables al aislamiento, el estrés y la falta de capital social. Las mujeres
generalmente cuentan con una red de apoyo más amplia y diversa, que las protege
del suicidio.
Con las vacaciones acercándose, el
estudio podría servir como advertencia a la comunidad médica. Esta tendencia
refleja, sin embargo, un patrón global, impulsado por datos de países como
Corea del Sur, Japón, Sudáfrica y Estonia, que tuvieron las tasas de suicidio
más altas en el periodo analizado. En México, destacado entre los países con
las tasas más bajas, junto con Brasil, Filipinas y Paraguay, la tendencia es
que las muertes por suicidio aumenten incluso en Navidad o los fines de semana.
El consumo de alcohol y otras drogas los fines de semana y días festivos puede
favorecer mucho este problema, principalmente porque el alcohol es un depresor
del sistema nervioso central y un des inhibidor potente. Es importante
identificar este tipo de casos y si usted detecta algo inusual, por favor;
busque ayuda.
Dr.
César Álvarez Pacheco
cesar_ap@hotmail.com
@cesar_alvarezp
Huatabampo,
Sonora
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