La enfermedad renal crónica es la
resultante de diversas enfermedades crónico degenerativas, entre las que
destacan la diabetes mellitus y la hipertensión arterial, fenómeno que ocurre
de manera similar en todo el mundo y que, lamentablemente, conduce hacia un
desenlace fatal si no es tratada.
Juan Pueblo es un adulto mayor de 62
años, el habita en la zona rural del estado y se desempeñaba en el trabajo de
campo, al igual que sus vecinos en la comunidad. Un día Juan Pueblo acudió a su
centro de salud local donde le comentaba a su médico que se había sentido más
cansado de lo normal, tenía dolores de cabeza frecuentes y notaba que sus
piernas se le hinchaban, fue cuestionado por su dieta a lo que respondió que él
come lo usual, “lo que hay y cuando hay”; en el desayuno es: tortillas con
ocasionalmente carne, ingiere a medio día refresco de cola para soportar el
calor del día y para “agarrar fuerzas” en su difícil tarea, de vez en cuando
acude al abarrotes por algún pan dulce para rematar, pero aclara que no es de
todos los días, y una que otra cerveza los fines de semana desde su juventud.
El médico le comentó, posterior a realizarle estudios que padecía de enfermedad
renal crónica, tenía una diabetes mellitus subclínica, es decir que nunca se la
habían diagnosticado y había estado de alguna manera “compensado” sin embargo
sus riñones sufrieron la consecuencia de la enfermedad y que debía acudir con
un especialista en el hospital más cercano. Juan Pueblo estaba angustiado, pues
él nunca se había sentido mal, y decidió tratarse en su domicilio con remedios
caseros, nunca ajustó su dieta y a los pocos meses acudió de nuevo a su médico,
quien le comentó que era urgente que lo revisaran en un hospital por lo que
decidieron enviarlo por medio de la cruz roja que estuvo disponible horas más
tarde. Al llegar al hospital, de la zona urbana le comentaron que era candidato
a dializarse, cosa que impresionó mucho a Juan Pueblo y sus familiares, ya que
alguna vez recordaron a un vecino que traía un catéter cerca del cuello y se
iba a dializar a un hospital muy grande y poco después falleció. Él no sabía
que su vecino era trabajador formal y derecho habiente del IMSS, su vecino
recibió un trasplante renal y años después hemodiálisis que le realizaban en su
unidad de derecho habiencia. Juan Pueblo asociaba ese término con una fatalidad
que él no comprendía del todo. Le comentaron que era similar a la de su vecino
pero como en su unidad no contaban con esos aparatos, tenían que colocarle un
catéter en el abdomen para realizarle diálisis peritoneal, y que sería en otra
unidad más lejana a la de su domicilio, y el traslado sería por su cuenta ya
que tampoco contaban con el beneficio de traslado; así pues se le otorgó una
lista que incluía el propio catéter, entre otras cosas que él tenía que costear
ya que su unidad no contaba con dichos insumos desde hace algunos meses ya que
son muy escasos y mucha la demanda de los mismos. Juan Pueblo, angustiado,
decidió que era muy complicado lo que le pedían, además que en su comunidad no
había acceso a los insumos que le habían solicitado, su salario apenas le
alcanzaba para poder comprar alimentos para él y su esposa que vivían solos en
su domicilio y pasados los meses comenzó a sentir que su paso era más lento, se
sentía más cansado de lo habitual y sus parpados se hinchaban además de sus
piernas. Fue trasladado una tarde al hospital donde falleció en la sala de
urgencias por complicaciones propias de la enfermedad.
Las cifras de morbilidad y mortalidad
son alarmantes; en México, esta es una de las principales causas de atención en
hospitalización y en los servicios de urgencias. Está considerada una
enfermedad catastrófica debido al número creciente de casos, por los altos
costos de inversión, recursos de infraestructura y humanos limitados, la
detección tardía y altas tasas de morbilidad y mortalidad en programas de
sustitución. El IMSS es la institución de salud que brinda la mayor cobertura
de atención en México y específicamente a pacientes con diálisis. México no
cuenta con un registro nacional de datos de pacientes renales que permita
conocer con exactitud los datos epidemiológicos de estos pacientes. El
incremento del número de pacientes en programas sustitutivos sigue una cuesta
lenta y progresiva, lo cual es preocupante ya que en poco tiempo no habrá
recursos financieros suficientes para sustentar estas terapias. No existe hasta
el momento una política pública que atienda este problema y la planeación a
mediano y corto plazo, poco ayuda. Mientras el afectado seguirá siendo: Juan
Pueblo.
Dr.
César Álvarez Pacheco
cesar_ap@hotmail.com
@cesar_alvarezp
Huatabampo,
Sonora
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