domingo, 22 de octubre de 2023

Experimentando con los Hospitales de Alta Especialidad.

 


Las instituciones públicas de salud que dan atención en Hospitales denominados de  Alta Especialidad, se otorga en el tercer nivel de atención, ya que concentra la tecnología y el equipo de mayor costo, y pacientes cuyos problemas de salud requieren de este tipo de insumos. ¿Qué quiere decir esto? Requieren de un recurso económico mucho mayor, a un hospital convencional de segundo nivel.

 

El tercer nivel de atención, con algunos matices, es considerado por las distintas instituciones, en el que tiene la mayor capacidad resolutiva por los recursos tecnológicos y médicos, y cuya función asistencial se concentra en los problemas de mayor complejidad. El concepto de la atención médica de alta especialidad se entiende como la forma de realizar la práctica médica de una especialidad, en un determinado lugar, en donde la infraestructura es planificada y las condiciones para su ejercicio se caracterizan por contar con tecnología de punta, idónea, así como por la suficiencia y oportunidad de los insumos, no solo para la atención desde el punto de vista clínico y quirúrgico, sino también para la investigación, la formación y la actualización de recursos humanos competentes. Orientada hacia la atención de daños a pacientes cuyo perfil se caracteriza por la alta complejidad para el diagnóstico y el tratamiento, con costo elevado (para la institución y no para el paciente que por su derecho habiencia, está cubierto). A partir del viernes pasado, el presidente emitió un decreto que ordena transferir al IMSS-Bienestar seis hospitales federales de alta especialidad que pertenecían a la Secretaría de Salud. Se trata de los hospitales regionales de alta especialidad del Bajío, el de Oaxaca, Yucatán, Ciudad Victoria e Ixtapaluca, así como del Centro Regional de Alta Especialidad de Chiapas. Esas unidades médicas serán administradas por el nuevo organismo de salud, según establece el Decreto por el que se desincorporan por fusión el Centro y los Hospitales Regionales de Alta Especialidad que se indican con el IMSS-Bienestar. Lo anterior significa que los recursos humanos, presupuestarios, financieros y materiales de los hospitales de especialidad también serán gestionados y transferidos al IMSS-Bienestar. De los seis hospitales que se fusionarán con el nuevo organismo sanitario, tres fueron construidos bajo el esquema de asociación pública-privada durante sexenios pasados. Este modelo implica diseñar, construir, operar y mantener los hospitales con dinero privado a cambio de que el gobierno federal pague un monto anual por un tiempo determinado para cubrir el costo. De esta manera, la operación de las unidades médicas, creadas como organismo descentralizado de la Administración Pública Federal, queda a cargo del gobierno y puede disponer de ellas, siempre y cuando cumpla los contratos celebrados con los privados. Uno de estos hospitales es el Regional de Alta Especialidad del Bajío, ubicado en León, Guanajuato. El contrato de esta unidad médica de 247 camas se asignó en 2005 y establece que el gobierno pagará por su mantenimiento y operación un monto anual de 354 millones de pesos durante 25 años. A la fecha, quedan siete años vigentes de ese acuerdo. También se decreta el traspaso del Hospital Regional de Alta Especialidad de Ciudad Victoria “Bicentenario 2010”, por el que el gobierno federal paga anualmente 531 millones de pesos desde 2007 y restan nueve años para concluir el contrato firmado por 25 años. El otro hospital es el Regional de Alta Especialidad de Ixtapaluca, con un costo al año de 622 millones de pesos. El contrato inició en 2009 y duraría 25 años.

 

Antes de publicar el decreto, el presidente López Obrador informó que su gobierno busca adquirir estos hospitales o renegociar los contratos. El cambio, estos hospitales mantendrán su personalidad jurídica y el IMSS-Bienestar debe encargarse de todas las acciones que se encuentren en proceso, incluidas las obligaciones derivadas de juicios y procedimientos administrativos y de instrumentos contractuales iniciados. Este decreto abre la puerta a que el IMSS-Bienestar también gestione los servicios de salud de alta especialidad para la población sin seguridad social. Hasta ahora, el organismo sanitario contaba únicamente con clínicas y hospitales de segundo nivel, es decir, proveía atención médica básica y de especialidad que no fuera de alta complejidad. Ahora vamos a ver si funcionará con recursos propios ya que están siendo prácticamente “expropiados” experimentando una vez más con la salud de los mexicanos.

Dr. César Álvarez Pacheco

cesar_ap@hotmail.com

@cesar_alvarezp

Huatabampo, Sonora

 

 

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