Las instituciones públicas de salud que
dan atención en Hospitales denominados de
Alta Especialidad, se otorga en el tercer nivel de atención, ya que
concentra la tecnología y el equipo de mayor costo, y pacientes cuyos problemas
de salud requieren de este tipo de insumos. ¿Qué quiere decir esto? Requieren
de un recurso económico mucho mayor, a un hospital convencional de segundo
nivel.
El tercer nivel de atención, con algunos
matices, es considerado por las distintas instituciones, en el que tiene la
mayor capacidad resolutiva por los recursos tecnológicos y médicos, y cuya
función asistencial se concentra en los problemas de mayor complejidad. El
concepto de la atención médica de alta especialidad se entiende como la forma
de realizar la práctica médica de una especialidad, en un determinado lugar, en
donde la infraestructura es planificada y las condiciones para su ejercicio se
caracterizan por contar con tecnología de punta, idónea, así como por la
suficiencia y oportunidad de los insumos, no solo para la atención desde el
punto de vista clínico y quirúrgico, sino también para la investigación, la
formación y la actualización de recursos humanos competentes. Orientada hacia
la atención de daños a pacientes cuyo perfil se caracteriza por la alta
complejidad para el diagnóstico y el tratamiento, con costo elevado (para la
institución y no para el paciente que por su derecho habiencia, está cubierto).
A partir del viernes pasado, el presidente emitió un decreto que ordena
transferir al IMSS-Bienestar seis hospitales federales de alta especialidad que
pertenecían a la Secretaría de Salud. Se trata de los hospitales regionales de
alta especialidad del Bajío, el de Oaxaca, Yucatán, Ciudad Victoria e Ixtapaluca,
así como del Centro Regional de Alta Especialidad de Chiapas. Esas unidades
médicas serán administradas por el nuevo organismo de salud, según establece el
Decreto por el que se desincorporan por fusión el Centro y los Hospitales
Regionales de Alta Especialidad que se indican con el IMSS-Bienestar. Lo
anterior significa que los recursos humanos, presupuestarios, financieros y
materiales de los hospitales de especialidad también serán gestionados y
transferidos al IMSS-Bienestar. De los seis hospitales que se fusionarán con el
nuevo organismo sanitario, tres fueron construidos bajo el esquema de asociación
pública-privada durante sexenios pasados. Este modelo implica diseñar,
construir, operar y mantener los hospitales con dinero privado a cambio de que
el gobierno federal pague un monto anual por un tiempo determinado para cubrir
el costo. De esta manera, la operación de las unidades médicas, creadas como
organismo descentralizado de la Administración Pública Federal, queda a cargo
del gobierno y puede disponer de ellas, siempre y cuando cumpla los contratos
celebrados con los privados. Uno de estos hospitales es el Regional de Alta
Especialidad del Bajío, ubicado en León, Guanajuato. El contrato de esta unidad
médica de 247 camas se asignó en 2005 y establece que el gobierno pagará por su
mantenimiento y operación un monto anual de 354 millones de pesos durante 25
años. A la fecha, quedan siete años vigentes de ese acuerdo. También se decreta
el traspaso del Hospital Regional de Alta Especialidad de Ciudad Victoria
“Bicentenario 2010”, por el que el gobierno federal paga anualmente 531
millones de pesos desde 2007 y restan nueve años para concluir el contrato
firmado por 25 años. El otro hospital es el Regional de Alta Especialidad de
Ixtapaluca, con un costo al año de 622 millones de pesos. El contrato inició en
2009 y duraría 25 años.
Antes de publicar el decreto, el
presidente López Obrador informó que su gobierno busca adquirir estos
hospitales o renegociar los contratos. El cambio, estos hospitales mantendrán
su personalidad jurídica y el IMSS-Bienestar debe encargarse de todas las
acciones que se encuentren en proceso, incluidas las obligaciones derivadas de
juicios y procedimientos administrativos y de instrumentos contractuales
iniciados. Este decreto abre la puerta a que el IMSS-Bienestar también gestione
los servicios de salud de alta especialidad para la población sin seguridad
social. Hasta ahora, el organismo sanitario contaba únicamente con clínicas y
hospitales de segundo nivel, es decir, proveía atención médica básica y de
especialidad que no fuera de alta complejidad. Ahora vamos a ver si funcionará
con recursos propios ya que están siendo prácticamente “expropiados”
experimentando una vez más con la salud de los mexicanos.
Dr.
César Álvarez Pacheco
cesar_ap@hotmail.com
@cesar_alvarezp
Huatabampo,
Sonora
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