Las vacunas son productos biológicos
utilizados para conseguir una inmunización activa artificial. Actualmente hay
vacunas cada vez más potentes, eficaces y seguras. Actualmente se está
ampliando la lista de enfermedades prevenibles con vacunas, que, junto a la
mayor población susceptible de ser vacunada, hace previsible que aumenten los
productos vacunales en este siglo. Pero ¿caducan?
En torno a las vacunas confluyen
múltiples intereses: sociales, tecnológicos, económicos, supersticiosos, y
ahora hasta políticos. Una vacuna es una suspensión de microorganismos vivos
atenuados, inactivos, de una de sus partes o de un producto derivado de ellos
que se administra para producir una infección similar a la infección natural
pero sin peligro para el que la recibe, con el objetivo de producir una
respuesta inmunitaria que le proteja frente a contactos con el germen del que
se le ha vacunado. Si la protección se extiende a personas no vacunadas se
habla de inmunidad de grupo o inmunidad de
rebaño, un término que escuchamos con frecuencia durante el periodo de
pandemia. Ahora bien, ¿De qué están hechas las vacunas? Las vacunas se componen
primero del antígeno inmunizante (la protección); una solución destilada con
proteína (generalmente de huevo); preservantes, estabilizantes y antibióticos
que impiden el crecimiento bacteriano. Estas últimas han sido catalogadas como
las culpables de reacciones tóxicas como: el timerosal (mercuriales) que es un
antiséptico y antifungico; las vacunas infantiles están libres de esta
sustancia. Otro componente es la gelatina, que es probablemente la culpable de
la mayor cantidad de reacciones alérgicas. Y por último el adyuvante, que es
cualquier sustancia que incorporada a una vacuna acelera, prolonga o potencia
la respuesta inmunológica frente a la misma. Las vacunas actuales, por motivos
de seguridad, están altamente purificadas, lo que las hace menos inmunógenas.
Los adyuvantes solventan este déficit además de permitir usarlas en personas
con inmunidad disminuida, necesitando mucha menos cantidad de antígeno por
vacuna y menor número de dosis, un efecto denominado: depot. Recientemente En el marco de la campaña nacional de vacunación contra COVID-19, se
hizo un llamado a la ciudadanía a fijarse bien e incluso pedir al personal de
salud mostrar la fecha de caducidad y lotes de las vacunas Abdala que se prevén
aplicar, porque están “caducadas”, advirtieron que la Secretaría de Salud federal
emitió un oficio, en el cuál, “extendió” de manera artificial la vida útil de
algunos lotes de esos antídotos, que caducaban en agosto de este 2023, es
decir, desde hace dos meses. Esto ha causado revuelo e incertidumbre en la
población. Lo primero que tenemos que saber es que las vacunas no tienen una fecha de “caducidad” como tal porque
no entran en proceso de descomposición como sucede con los alimentos. Sí tienen un periodo de vida útil durante el
cual mantienen su efectividad. Es decir, sirven para lo que fueron
creadas. A este periodo se le llama “tiempo de anaquel de la vacuna” o “vida
media biológica del antígeno”. En realidad, no se echa a perder nada, no caduca
ningún ingrediente; simplemente, disminuye la eficacia de la vacuna cuando
rebasa el tiempo de anaquel, que normalmente se calcula tomando en cuenta el
tiempo mínimo necesario que se requiere para que la eficacia de la vacuna
disminuya al menos al 50%. Este periodo tiene que ver con la estabilidad
de los ingredientes. En este caso, del antígeno (el elemento que causa la
respuesta inmune), y de la matriz, que es lo que lo contiene. Entonces, si
se recibe una vacuna que ya concluyó con su periodo de vida útil, lo único que
pasa es que no se brindará la protección que debería. Eso pasa con
cualquier vacuna y no solo con la de COVID.
En México, la Norma Oficial Mexicana
NOM-036-SSA2-2012 de Prevención y control de enfermedades. Aplicación de
vacunas, toxoides, fabotérapicos (sueros) e inmunoglobulinas en el humano,
establece que una vez concluida la vigencia de uso de todos los productos biológicos
deben darse de baja, inactivarse y desecharse. Este instrumento es aplicable a
todas las vacunas sin distinción y no solo las utilizadas contra covid-19. ¿Se
están brincando la Norma Oficial por medio de oficio? Con razón quieren
desaparecerlas, así se evitarían el oficio y la inconformidad.
Dr.
César Álvarez Pacheco
cesar_ap@hotmail.com
@cesar_alvarezp
Huatabampo,
Sonora
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