La cirugía ha representado, a través de
la historia, la primera subdivisión de la medicina. Si bien no hace mucho había
cirujanos que realizaban procedimientos diversos como amigdalectomías,
cesáreas, entre otros procedimientos, hoy ya no se encuentran tan fácil. Hoy en
día son pocos los cirujanos que practican la cirugía “generalista” debido a las
subespecialidades con las que ya se cuentan enfocándose solo a ella y nada más.
¿Estarán en riesgo de extinción?
El torrencial desarrollo de la cirugía
general surge en la segunda mitad del siglo XIX como consecuencia de dos
grandes descubrimientos: La anestesia, en 1846, en Boston y la antisepsia en
1867 en Glasgow. Ambas aportaciones impulsaron el desarrollo de las operaciones
en las principales cavidades del cuerpo. En orden de frecuencia: el abdomen, el
cráneo y el tórax. Poco a poco, el cirujano fue ganando terreno, desarrollando
operaciones en un órgano tras otro, y en el transcurrir de menos de 100 años
quedaría cimentada la cirugía moderna. En el abdomen fue la palpación de masas
tumorales la que favoreció su evolución. De la extirpación de tumores del
ovario se pasó a extraer los cálculos de la vesícula biliar. Desde fines del
pasado siglo, los europeos, sobre todo los franceses, establecieron una
distinción entre dos clases de enfermedades: las de los órganos internos, que
se trataban mediante medicamentos y los males externos que cubrían lo que
propiamente resultaba del dominio quirúrgico. De ahí nace, precisamente, el
término “internista” que es aquel que se ocupa de la patología interna, en
tanto que la externa entró bajo la responsabilidad del cirujano. El cirujano de
principios de siglo operaba todo lo entonces operable. En Francia Nelaton lo
mismo que introdujo la extirpación de un tumor de ovario, mientras que
describía una nueva técnica para la cirugía plástica de los párpados y cirujanos
en México, entre amputaciones, operaban también cataratas. Todavía en los
cuarenta, el cirujano general hacía lo mismo cesáreas y operaciones de cráneo
que trataba fracturas y luxaciones. La subdivisión de la cirugía en diferentes
ramas supone progreso, es benéfica para el paciente, por más que requiere de
una sociedad que lo sustente, toda vez que implica mayores recursos económicos,
es decir, el acceso a la misma se vuelve más “cara”. Ahora es obligatorio
preguntarnos: ¿cómo se define, en nuestros días, lo que es la cirugía general?
El American Board de Cirugía interpreta el término cirugía general como una
especialidad que incluye nueve capítulos anatómicos: abdomen y su contenido;
glándula mamaria; piel y tejidos blandos; cabeza y cuello; sistema vascular;
órganos endocrinos; oncología quirúrgica; manejo comprehensivo del traumatismo
y el cuidado total del paciente en estado crítico. No obstante, las áreas
corporales que abarca el cirujano general están en función del hospital donde
trabaja, los internistas, el anestesiólogo, el tipo de enfermos que acuden a la
consulta, el grupo de cirujanos que laboran en la misma institución, sus especialidades,
y los recursos socioeconómicos de los pacientes.
Hoy, en México, en un hospital privado y
en la mayor parte de hospitales de especialidades institucionales, e igual
sucede en Estados Unidos o en Europa, la cirugía vascular es llevada por un cirujano
con dicha especialidad, una cesárea es llevada a cabo por un ginecólogo, una
fractura la ve exclusivamente el ortopedista, un tumor regularmente es revisado
por el cirujano oncólogo, una cirugía de nariz o amígdalas es valorada por un
Otorrino, que decir de la cirugía laparoscópica o incluso el que sabe operar
con ayuda muy sofisticada como el “Da Vinci” .Y así sucesivamente. Como dice
Copeland: La fragmentación de la cirugía es cara. Las transformaciones son
inevitables y estamos entrando poco a poco a una nueva era de la medicina: La
medicina fragmentada, que será más costosa, más lenta y menos eficiente. Al
tiempo.
Dr.
César Álvarez Pacheco
cesar_ap@hotmail.com
@cesar_alvarezp
Huatabampo,
Sonora
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