El pasado mes de Mayo
el presidente acudió a Cuba, donde uno de los temas a tratar fue: la
contratación de médicos cubanos. Pero; ¿Era realmente necesario? ¿Por qué
mejor, no comprar medicamentos? ¿Por qué no reorganizar la distribución de
insumos en Hospitales? ¿Por qué con un sueldo más alto que a nuestros médicos
mexicanos? A muchos nos dejaron muchas dudas.
Serán alrededor de 500 médico procedentes
de Cuba con especialidades básicas: Ginecología, Pediatría, Medicina Interna y
Cirugía. Y empezaron a llegar este mes a Nayarit, Tlaxcala y Colima, a
hospitales ya en transición con el nuevo esquema de IMSS Bienestar. Una de las
justificaciones que nos dieron para la contratación de médicos extranjeros fue
que “no teníamos los médicos que necesitábamos en el país”, pero existen más de
20 mil médicos que son rechazados anualmente para realzar una especialidad
mediante el ENARM. La oferta son menos de 20 mil plazas. Otro dato es que
universidades que forman médicos como la UNAM, acepta 1 de cada 11 alumnos, por
falta de presupuesto. La migración a nuestro país de especialistas de otros
países ha sido, en muchas ocasiones, una de las grandes riquezas de México. Sin
embargo en ese caso no hay certezas sobre las capacidades profesionales de los
médicos cubanos y, en cambio, tenemos miles de médicos mexicanos en busca de
empleo en las instituciones de salud. Hace dos años el gobierno mexicano trajo
a 585 médicos cubanos para colaborar en la atención en la pandemia. Por tres meses
de trabajo el Instituto de Salud para el Bienestar; INSABI, le pagó al gobierno
de Cuba casi 136 millones de pesos. Es decir, los servicios de cada uno de esos
médicos costaron 77 mil 500 pesos mensuales. Aquellos médicos no recibieron ese
dinero. El gobierno cubano se queda con entre el 75% y el 90% de tales
remuneraciones. Esta vez, Cuba envió a México mil 479 médicos. Esos $77 mil 500
contrastan obviamente con los insuficientes ingresos de nuestros médicos. En
marzo de 2020 el salario promedio de los médicos en México era de 16 mil 146
pesos mensuales, de acuerdo con un estudio del Instituto Belisario Domínguez,
del Senado. Durante la pandemia, fueron médicos y personal de salud mexicanos
los que enfrentaron al covid-19. Fueron hospedados en el mítico edificio de
“Los Pinos” y a decir de otros colegas, solo estaban ahí de “observadores” ya
que ninguno sabía cómo intubar a un paciente y mucho menos darles tratamiento
especializado para segundo o tercer nivel de atención médica. Por otro lado, no
menos importante, ha sido muy polémico que los médicos cubanos no pueden
ejercer en México sin acreditar su capacidad en el ejercicio de la medicina, y
eso no se logra con un acuerdo entre gobiernos. Cualquier profesionista que
quiera ejercer en un país ajeno al suyo necesita cumplir varios requisitos como
son: tener título, apostillarlo y sacar su equivalencia (acreditando las
materias que le falten) en el país donde quiera desempeñarse.
Lo cierto es que los médicos procedentes de
Cuba ya están en nuestro país, pero no ejerciendo, sino de observadores casi
como cursando un “posgrado”. Algunos de ellos tienen años sin ejercer y que se
dedicaban únicamente a la docencia. Otros como los quirúrgicos
(Ginecobstetricia y Cirugía) no pueden operar y que no cuentan con el permiso
aún, aparte de que sus técnicas quirúrgicas en su mayoría ya son descontinuadas
y no son las óptimas. Los médicos con especialidad de Medicina Interna no
realizan valoraciones pre quirúrgicas debido a que en su país las realiza
únicamente el cardiólogo. En nuestro país el 100% de los médicos con
especialidad en medicina interna tienen la capacidad de realizarlas y es en
gran parte su trabajo sobre todo en instituciones al menos con las básicas (ASA
y Goldman) por lo que los médicos cubanos no pueden “desahogar” este tipo de
pendientes a nivel institucional. Surgen más dudas en relación a la
contratación de médicos cubanos y no, no están dando resultados como algunos
medios han publicado seguramente con otras intenciones.
Dr. César Álvarez Pacheco
cesar_ap@hotmail.com
@cesar_alvarezp
Huatabampo, Sonora.
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