En México, el sistema de salud
está formado por instituciones públicas y privadas. En el sector público se
encuentran las instituciones que atienden tanto a la población derechohabiente
de seguridad social como a la no derechohabiente. En el sector privado se
concentran instituciones y numerosas unidades de atención constituidas con
capital propio que brindan servicios directamente en sus instalaciones a
población que puede pagar por ello.
Las unidades de consulta ambulatoria privada se pueden clasificar
en: consultorios médicos independientes
y consultorios médicos adyacentes a farmacias privadas. Estos últimos
comenzaron a funcionar hace dos décadas, principalmente vinculados a cadenas de
farmacias orientadas a la venta de medicamentos genéricos. A partir de la
regulación de venta de antibióticos en 2010, otras cadenas de farmacias
incursionaron en el mismo modelo, incorporando, en algunos casos, la venta de
medicamentos de marca propia. Esta vinculación entre farmacias y
consultorios ocurre en un contexto en el que prevalece el elevado gasto de
bolsillo en atención médica y medicamentos y en el que existe un
importante mercado farmacéutico pero, al mismo tiempo, poca certeza en materia
de política y regulación farmacéutica. Dado que la vinculación entre las
prácticas de prescripción médica y venta de medicamentos podría derivar en una
prescripción injustificada de medicamentos, algunos países han conducido
esfuerzos para separar ambas prácticas. En México, la regulación de los consultorios
privados señala que los establecimientos de atención médica deben contar con un
responsable acreditado con título y con el equipo e instrumental señalados en
las normas técnicas para obtener la licencia sanitaria. Las farmacias no
pueden estar comunicadas con consultorios médicos por medio de ventanas,
puertas o pasillos. Recientemente
pudimos observar que El IMSS, el ISSSTE y el Instituto de Salud para el
Bienestar han sido desplazados casi en su totalidad. Los enfermos prefieren ir
a los Consultorios Anexos a Farmacias o pagar una consulta médica privada que
estar formados, esperando horas, para ser atendidos sólo 10 minutos o tardar
meses a que los vea un especialista. Ésta es parte de la realidad que nos
muestran los resultados de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2021 que
presentaron Eduardo Lazcano,
director del Instituto Nacional de Salud Pública, y un grupo de investigadores
de esta institución. Conforme a la Encuesta, de las
personas que están afiliadas al IMSS o ISSSTE, el 39 y 49%, respectivamente,
prefieren atenderse en los servicios privados. Los consultorios al lado de las
farmacias o los pequeños consultorios de las colonias forman, desde hace años,
el “tercer brazo” de la atención médica de muchos mexicanos que buscan una
atención rápida y oportuna. No existe una regulación en este otro sistema de
salud como en el sector gubernamental, as regulaciones a los mismos son pobres
es decir, en este otro sistema no se regula la prescripción de antibióticos que
es muy importante, sobre todo si se sale de las guías o las normas para su
prescripción, lo peor del caso es que el paciente muchas veces solicita este
tipo de medicamentos y si en el sector gubernamental no e los otorgan, acuden a
los consultorios para que se los prescriban sin ninguna objeción. Obviamente
desconociendo el riesgo que esto conlleva. Esto solo con los antibióticos.
Ahora súmele la prescripción de hidroxicloroquina e ivermectina para tratar el
covid19, y que decir de los medicamentos controlados. Una cajita de pandora.
La situación se vio remarcada durante la pandemia. La mayor la
mortalidad registrada por covid-19 se registró en municipios de pobreza
extrema, en donde la gente trabaja de manera informal y en donde casi un 70% de
esta población acudió a los consultorios de las farmacias y de las colonias. En
las zonas más pobres también fue donde aumentó su gasto de bolsillo en atención
médica, a pesar de contar con un sistema de salud público. Pero con todo esto, la gente cuando tiene un problema severo de
salud prefiere ir a las instituciones públicas que a las privadas por mayor
confianza, más que por el costo de la atención. Irónico. Lo cierto que la
reciente Ensanut 2021 muestra este otro sistema de salud paralelo sin
regulaciones y que se debe pasar mínimo del 3 al 6% del PIB para la atención a
la salud, aunque en otro sistema “paralelo”, se tengan otros datos.
Dr.
César Álvarez Pacheco
cesar_ap@hotmail.com
@cesar_alvarezp
Huatabampo,
Sonora.
No hay comentarios:
Publicar un comentario