domingo, 26 de septiembre de 2021

El uso adecuado de los medicamentos.

 


La falta de medicamentos es un punto álgido en cualquier sistema de salud, la falta de insumos es otro tema interesante pero hoy nos enfocaremos al primero. ¿Ha tenido usted problemas para cambiar su receta? Seguramente si es derechohabiente de algún sistema de salud público, lo ha padecido en varias ocasiones, pero esto no es exclusivo de las unidades públicas, ya que en las privadas también es un punto importante.

La falta de medicamento en las farmacias es un verdadero problema pero ¿Qué lo ocasiona? Los factores son múltiples, desde el robo hormiga (si, robo hormiga) hasta problemas con licitaciones de grandes lotes a farmacéuticas diversas, pero un punto que el personal médico puede controlar y evitar daños colaterales como este es el uso racional de los medicamentos, es decir: optimizar el recurso. El uso racional de medicamentos significa obtener el mejor efecto con el menor número posible de fármacos, durante el período más corto posible y a un costo razonable. Sin embargo, la prescripción irracional, que puede manifestarse en tratamientos ineficaces o innecesarios, suele ser frecuente. Existen diversos factores bien conocidos que contribuyen a la práctica irracional o inadecuada de medicamentos, entre los cuales se encuentran: las dudas en el diagnóstico, la falta de educación continuada, la incapacidad del profesional para interpretar la literatura no considerando las evidencias científicas y limitándose a su experiencia profesional; así como otras de carácter ejecutiva como las consultas muy numerosas y la práctica de la medicina de complacencia o consultas de “pasillo”. La prescripción irracional de medicamentos está presente en decisiones o situaciones, tales como: indicación de dosis o tiempos de tratamiento subóptimos, uso de múltiples fármacos simultáneamente (polifarmacia), prescripción de medicamentos demasiado caros, abuso de la vía parenteral en situaciones en las que la vía constituye una mejor opción, entre otras. Esta disminuye la efectividad de los medicamentos y aumenta la probabilidad de que los usuarios se expongan a situaciones indeseadas, secundarias a efectos adversos producidos directamente por los medicamentos o por sus interacciones, resultando en fenómenos como la automedicación o la falta de adherencia al tratamiento y que obviamente genera otro problema mayor. La redacción correcta de la receta médica es un paso importante en el proceso de la prescripción y siempre es imprescindible asegurarse de que el paciente ha entendido el tratamiento, siendo uno de los factores para garantizar su cumplimiento, incluyendo las medidas no farmacológicas. ¿Quién entiende la letra del médico? En ocasiones ni el mismo médico. De igual forma, es necesario que el prescriptor conozca que existen poblaciones especiales para las cuales la prescripción debe ser muy cuidadosa, como son los niños, los ancianos, las embarazadas; así como el uso de medicamentos durante la lactancia. Estos casos tienen una situación más restringida en el uso de los medicamentos en cuanto a dosis, horarios y cantidades de los mismos. Por otra parte, los médicos deben tener en cuenta que la literatura de referencia pierde actualidad debido a que los conocimientos sobre medicamentos cambian constantemente, por lo que se recomienda consultar distintos tipos de fuentes de información, comparar sus ventajas y desventajas, y seleccionar las que consideren más convenientes para cada paciente y sobre todo actualizarse.

En relación a esto, existen varias opciones de tratamiento personalizado como consejo e información al paciente, tratamiento no farmacológico, tratamiento farmacológico y remisión, así como la combinación de las anteriores opciones. La terapéutica razonada o guía de la buena prescripción es un método que permite crear las habilidades para realizar una buena prescripción. Dentro de los pasos de la terapéutica razonada se encuentran: la definición del problema, la especificación del objetivo que se persigue con el tratamiento, la realización de un inventario de medicamentos potencialmente efectivos seleccionando un grupo farmacológico y posteriormente el o los fármacos para un caso concreto, comprobando la efectividad y seguridad del tratamiento personalizado impuesto, y seguidamente dar inicio al tratamiento, dando instrucciones y haciendo advertencias con la consecuente supervisión del mismo y su suspensión si fuera necesario. Los malos hábitos de prescripción suelen manifestarse con relativa frecuencia, siendo el origen de tratamientos inefectivos e inseguros. Los cambios en los protocolos de tratamiento; así como la persistencia de los factores que influyen en ella, son elementos que constituyen un reto para los profesionales de la salud y que atentan contra una atención médica de calidad.

 

Dr. César Álvarez Pacheco

cesar_ap@hotmail.com

@cesar_alvarezp

Huatabampo, Sonora.

 

domingo, 19 de septiembre de 2021

El uso de la bata blanca.

 


Las infecciones asociadas a la atención de la salud, se definen como la transmisión de agentes infecciosos (bacterias, hongos, virus o parásitos) entre los pacientes y el profesional de la salud que les proporciona atención en un entorno clínico. Se ocasionan debido al contacto directo, es decir, de persona a persona, o indirecto, mediante objetos contaminados llamados fómites. ¿Le ha pasado?

La transmisión requiere de: fuente de infección: un portador, un convaleciente o un paciente en etapa prodrómica; vehículo: por el que los agentes infecciosos se trasmiten (sangre, secreciones, saliva, instrumentos y vestimenta contaminados con ellos); y vía de transmisión: inhalación y/o inoculación. En lo que respecta al vehículo, u objeto de transmisión distintos estudios han evaluado incluso la vestimenta como la característica bata blanca con la finalidad de determinar cuáles puntos presentan un mayor nivel de colonización de bacterias, así como identificar los patógenos que los colonizan. Entre los colonizantes o bichos que viven en ella, destacan una variedad de bacterias. Lo anterior plantea la posibilidad del papel que desempeña la bata blanca en las enfermedades. Incluso algunos hospitales privados optan por prohibirla al igual que las corbatas. En el año 2007 el Departamento de Salubridad del Reino Unido estableció su política de Bare Below the Elbow, la cual implica el uso de mangas cortas, no utilizar relojes de pulsera, corbatas ni joyería, cuando se explora a los pacientes como medida para reducir las infecciones cruzadas, aunadas al lavado de manos extendido hasta los codos. Así, la política de dicho programa pareciera ir en contra del uso de la bata de manga larga y del simbolismo que ella representa. La política británica en mención permite un mejor lavado de manos y un menor contacto de las prendas con el paciente, sin embargo, no hay una política que establezca la frecuencia con la que se debe de cambiar la bata de manga corta o una vestimenta similar, y se ha demostrado que los médicos usan la misma prenda, sin lavarse, durante largos periodos. La bata es una prenda personal que usualmente se utiliza en el medio de trabajo ya sea en medio hospitalario o en un centro de salud, incluso el reglamento de las unidades públicas lo hacen obligatorio por protección propia del personal de salud. De acuerdo con la NOM-045-SSA2-2005, las enfermedades transmitidas por estos vehículos, representan un problema de gran importancia clínica y epidemiológica debido a que condicionan mayores tasas de morbilidad y mortalidad, y un incremento de costos por el aumento de días hospitalarios. Una intervención sencilla, como la selección de vestimentas o prendas que reduzcan la transmisión de microorganismos, tendría un efecto directo en la salud hospitalaria. Y es que no exista n reglamento al respecto sino que en ocasiones se es un tanto laxo en cuanto a la vestimenta. Entrar a una unidad hospitalaria es como entrar a la iglesia, es decir, se tiene que entrar con ropa apropiada ya que el reglamento así lo establece tanto para los pacientes como para el personal de salud. Es difícil que en nuestro medio nos encontremos con el uso de corbatas dada la característica del clima, ya que es difícil incluso en invierno, se dice que en Sonora solo hay dos estaciones: La de calor, y la del ferrocarril. Dado lo anterior existen estudios diversos donde ya se evalúa la prohibición de corbatas en unidades o la comparación de corbata larga versus la corbata de moño, en donde esta última se asocia a una menor transmisión de enfermedades por vehículo. ¿Será el fin de los médicos con corbata?

 

La vestimenta del personal de salud específicamente del médico siempre se ha caracterizado por el uso de la bata blanca, ésta siempre ha sido el símbolo de salud y bienestar, de ahí su aspecto blanco, que transmite tranquilidad y pulcritud, pero hoy sabemos que o siempre es así, ya que en ocasiones también puede ocasionar lo contrario. Dentro de las pocas encuestas que existen al respecto en una universidad de medicina los estudiantes lavan su bata posterior a 5 incluso 6 días, esto es menor ya con el uso de la misma respecto  un médico en sus labores ya que la vida de un estudiante o médico en formación es habitualmente difícil con sus tiempos y aunque no es justificable, es importante mencionarlo. ¿Llegara la política púbica británica en cuanto a la vestimenta a nuestro país? Veremos.

Dr. César Álvarez Pacheco

cesar_ap@hotmail.com

@cesar_alvarezp

Huatabampo, Sonora.

 

domingo, 12 de septiembre de 2021

Los retos en salud.

 


Actualmente la población en Sonora, enfrenta serios retos en salud pública. Uno de los retos más importantes es la transición demográfica y epidemiológica de la población, que implica la creciente tendencia hacia población más envejecida que demanda principalmente atención a enfermedades crónicas no transmisibles como la diabetes, hipertensión arterial, dislipidemias, por mencionar algunas, las cuales implican una elevada carga económica para los propios sistemas de salud y para los pacientes; mientras que la prevención y la atención a enfermedades transmisibles (infecciosas) conocidas y emergentes permanecen también como un reto importante que no debe descuidarse, estos retos son pocos de los muchos a los que se enfrentan las nuevas autoridades en nuestro estado.

Como respuesta social organizada a las demandas de salud de la población están los sistemas de salud, que la Organización Mundial de la Salud define como “todas las actividades cuyo objetivo principal es promover, restaurar o mantener la salud”. Los sistemas de salud son estructuras dinámicas en continua operación, desarrollo y evolución que, de acuerdo con la OMS, se organizan en cuatro funciones básicas: rectoría (concepto relacionado con gobernanza), financiamiento, generación de recursos y provisión de servicios de salud. Esas cuatro funciones se articulan e interrelacionan para cumplir con tres objetivos fundamentales: mantener o mejorar las condiciones de salud de la población, garantizar una óptima capacidad de respuesta (“trato adecuado”) y asegurar la protección financiera a las personas. Ante los retos mencionados anteriormente y como un determinante social de la salud, los sistemas de salud requieren un continuo fortalecimiento y optimización en sus procesos, con miras a mejorar su desempeño y eficiencia, de modo que se garantice la salud de la población de una manera equitativa, pero además eficiente, es decir, con el óptimo uso de recursos financieros, materiales y humanos, asegurando la cobertura universal, que se ha definido como la situación en que “todas las personas reciben los servicios sanitarios de calidad que necesitan sin que ello les suponga dificultades económicas”. En este contexto, es necesario comprender las actividades que desempeñan los sistemas de salud, así como sus cualidades esenciales con fines de analizar su desempeño e identificar oportunidades para su mejora. Es Decir, no son las mismas necesidades en el sur como Huatabampo y Etchojoa, como con Nogales o Agua Prieta, por mencionar algunos ejemplos. Las nuevas autoridades deberán estar conscientes de las necesidades más urgentes sectorizar servicios y priorizar situaciones. Un diagnóstico situacional completo para partir de ahí. De acuerdo diversos autores de mejoras en sistemas de salud, la modulación del sistema de salud implica “establecer, implantar y monitorear las reglas del juego para el sistema de salud, así como imprimir en el mismo una dirección estratégica”. Además, sugieren que la modulación debe estar orientada a asegurar la transparencia en las relaciones o transacciones que se tienen entre los actores de los sistemas de salud, por lo que debe estar a cargo de instancias de carácter público e imparcial. Estos autores identificaron cinco subfunciones básicas de la modulación: desarrollo del sistema, coordinación, diseño financiero, regulación y protección al consumidor.

El financiamiento es una de las funciones esenciales de los sistemas de salud. Esta función básica se refiere a los mecanismos que debe llevar a cabo un sistema de salud para poder financiar el logro de sus demás funciones, como las administrativas, las gerenciales o de rectoría, la provisión de servicios de salud y la generación de recursos, para así poder lograr las metas y objetivos. En el financiamiento de los sistemas de salud existen tres pasos importantes: la recaudación de fondos, la mancomunación y la contratación o compra de servicios. Estos mecanismos son necesarios para lograr el financiamiento de servicios personales y no personales de salud, y así conseguir la cobertura del pago de sueldos del personal que labora en el sistema, el mantenimiento de las instalaciones e infraestructura, el pago por servicios, la compra de materiales o insumos necesarios para la atención a la salud (por ejemplo, medicamentos y dispositivos médicos), el pago por otros servicios como subrogaciones, el desarrollo y la capacitación de recursos humanos, etcétera. Existen diferentes formas de recaudación de fondos por medio de los sistemas de salud y estas dependen de su estructura o modelo de funcionamiento. Las nuevas autoridades deben saber cómo lograr un sistema de salud de calidad y exitoso, innovar ya que no hay rectoría en cuanto a INSABI y sobre todo ser muy sensibles en la población que solicita los servicios.

Dr. César Álvarez Pacheco

cesar_ap@hotmail.com

@cesar_alvarezp

Huatabampo, Sonora.

 

domingo, 5 de septiembre de 2021

Automedicación en tiempos de pandemia.

 


La automedicación o medicación sin consejo médico es un problema muy grave que afecta a la población y provoca problemas diversos, como la disminución de la efectividad de los antibióticos, a partir de la generación de bacterias resistentes, la aparición de efectos secundarios de fármacos que no están indicados para la enfermedad o, incluso, el daño directo por el consumo de productos que son nocivos para la salud.

La automedicación ocasionada por la crisis del COVID-19 se ha vuelto un problema de gran relevancia sanitaria. En esta época existe una enorme incertidumbre y un gran temor en relación con el origen, el tratamiento y los métodos preventivos contra el COVID-19. Es comprensible dado que es una enfermedad relativamente nueva. La evidencia médica necesaria aún no se encuentra disponible, lo que provoca que el COVID-19 sea especialmente vulnerable a la proliferación de falsa información, desinformación y desconfianza médica, incluidas las llamadas “creencias conspirativas”. Esta información puede ser nociva y tiene la capacidad de diseminarse rápidamente en las redes sociales y en otros medios de comunicación, ya que a diferencia de la información científica con evidencia es más sencilla de entender y apela a los sentimientos en lugar de a la razón, a la vez que brinda esperanza o desconfianza donde no existe. Esta diseminación de la información nociva se comporta como una epidemia en sí, por lo que la Organización Mundial de la Salud  la llama “infodemia” y ocasiona un gran impacto en la forma de pensar y de actuar de la población, lo cual repercute también, en gran medida, en la automedicación en estos tiempos de pandemia. Esta infodemia es impulsada por personas sin conocimientos médicos, y a veces sin mala intención, solo por ignorancia; pero esta infodemia es también impulsada por médicos y por los medios de comunicación, los cuales promueven indiscriminadamente el uso profiláctico o preventivo de diferentes fármacos, tales como anticoagulantes, antinflamatorios, antiparasitarios y antibióticos, sin tomar en cuenta las posibles consecuencias que este uso sin control podría ocasionar a corto y a mediano plazo. En marzo del año 2020 el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, impulsado por los comentarios de los resultados prematuros de un estudio francés no aleatorizado, calificó de muy potentes la hidroxicloroquina y la cloroquina para el tratamiento del COVID-19. Otro mandatario, el presidente de Brasil Jair Bolsonaro, comenzó a difundir en las redes sociales información falsa sobre la hidroxicloroquina y que esta era un tratamiento efectivo para el COVID-19. Entre las recomendaciones SIN evidencia científica que se realizaron por los medios de comunicación se encuentra el uso de la prednisona y de la warfarina como posible tratamiento, la ivermectina y la hidroxicloroquina como prevención, y el dióxido de cloro como tratamiento (incluso recomendado por un médico), entre otros muchos casos que se observan día a día. Múltiples estudios no encuentran beneficios y se reportan eventos adversos, como el caso de la hidroxicloroquina, donde su uso profiláctico no demostró un beneficio significativo posterior a la exposición para COVID-19. El 15 de junio del año 2020, la FDA revocó la autorización de uso de emergencia que tenían la cloroquina y la hidroxicloroquina para tratar pacientes con COVID-19, y se determinó que dichos fármacos probablemente no eran efectivos, además de que los beneficios conocidos y potenciales de ambos ya no superarían los riesgos conocidos y potenciales.

Ya pueden observarse los efectos de esta ola de mala información en los hospitales. Estudios reportan un incremento en los casos producidos por el uso inadecuado de limpiadores y desinfectantes, y se reportan prácticas de alto riesgo, como el uso de mezclas de compuestos, el lavado de alimentos con sustancias tóxicas, el uso de limpiadores o desinfectantes directamente en la piel, la aplicación de desinfectantes en spray, la inhalación intencional de vapores de limpiadores o desinfectantes, la ingestión de cloro diluido, el agua con jabón u otras soluciones. La propagación de información errónea por periodistas, políticos, e incluso médicos, sobre fármacos y otras sustancias que hasta la fecha no han demostrado efectividad no solo afecta la forma de pensar y causa confusión en la población, sino que lleva a muchas personas a realizar actividades que ponen en riesgo su salud y su integridad física, como la automedicación. El problema de la automedicación ya existía desde antes de que ocurriera la pandemia, pero ahora este problema se ha acentuado, ya que las personas quieren creer en algún medicamento milagroso. Esta predisposición de la población a aceptar un nuevo fármaco que les alivie el problema hace que en estos tiempos cualquier información relacionada con fármacos para el COVID-19 sea delicada.

Dr. César Álvarez Pacheco

cesar_ap@hotmail.com

@cesar_alvarezp

Huatabampo, Sonora.