El
regreso de las niñas, niños y adolescentes a las escuelas es inminente para el
lunes 30 de agosto. No hay revés. Y se dará en plena tercera ola de casos
covid-19 y en medio de un escenario que divide y polariza opiniones entre quienes
apoyan y combaten dicho regreso.
En los
últimos días, el tema del regreso a clases presenciales en las escuelas de
nuestro país ha tomado un auge importante. Desde luego, como es natural, hay
posturas encontradas, es decir, entre la preocupación de los padres en enviar a
sus hijos a clases presenciales y los maestros que también temen por su salud a
pesar de estar ya vacunados, por otro lado regresar escuelas abandonadas, descuidadas sin
ventilación adecuada y muchas ya con maleza
debido a las lluvias con otro fantasma al acecho: El Dengue. A los acumulados problemas se
agregan nuevos desafíos. Cada plantel tendrá la oportunidad de convertirse en
un espacio de construcción de entendimiento y nuevas reglas frente a una
inevitable realidad sanitaria que nos ha trastocado. Otro problema es la
incertidumbre, porque desde la SEP hay grandes dudas sobre qué pasará con los
estudiantes que decidan no asistir; sobre las carencias para tomar clases en
planteles sin agua, sin ventilación adecuada; y las herramientas con las que se
dotará a los maestros para garantizar que puedan impartir clases, claro, me
refiero a las escuelas públicas. Porque la mayoría de escuelas privadas cuenta
con un plan de regreso a clases presenciales y en línea, con filtros de purificación
de aire en los salones, ventilación natural cruzada, filtros sanitarios, y
grupos burbuja de maestros y alumnos para minimizar los riesgos. Hasta el
momento, nada de eso se ve en las escuelas públicas y estamos a dos semanas de
iniciar el ciclo escolar 2021-2022. Pero ¿Es seguro el regreso a clases? En
julio de 2020, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF),
publicó un documento titulado “Notas de orientación sobre la reapertura
de las escuelas en el contexto de COVID-19 para los administradores y
directores escolares en América Latina y el Caribe” cuyo propósito,
como parece obvio, fue el de aportar un marco de referencia para la reapertura
de las escuelas con la finalidad de apoyar a los gobiernos en el
fortalecimiento de la educación a distancia y en el proceso de reapertura de
éstas, intentando con ello, acelerar las reformas de todo el sistema para
ampliar el alcance y mejorar la calidad de los servicios educativos,
garantizando la seguridad, el bienestar y protección, el estado de salud y
nutrición de todos los miembros de la comunidad educativa (UNICEF, 2020). Para
ello, esta misma organización brindó algunas orientaciones clave para antes y después del proceso de
reapertura de las escuelas consistentes en: planificación, coordinación,
comunicación y monitoreo, políticas, procedimientos y financiamiento, operaciones
escolares seguras, continuidad del servicio de alimentación y nutrición escolar
de forma segura, cómo llegar a todos los niños, niñas y adolescentes con un
enfoque en los más vulnerables, protección y bienestar.
Algunas acciones clave que en este
mismo documento se recomiendan cuando las escuelas se abran, sugieren: procesos
de entrada (protocolos), práctica de agua, saneamiento e higiene (lavado de
manos, etiqueta respiratoria, higiene menstrual, entre otros), suministros
básicos de desinfección y limpieza, orientaciones sobre distancia física (en
las aulas, en el patio de la escuela, comedores, camarines, baños, en el
transporte escolar), continuidad de servicio de alimentación y nutrición
escolar/comedores escolares de forma segura, continuidad del aprendizaje para
todos, apoyo psicosocial y bienestar, manejo y derivación de casos sospechosos
de COVID-19, orientaciones para prevenir la discriminación y el estigma,
orientaciones de información y comunicación. Para enero de 2021 en conferencia
de prensa, el aún Secretario de Educación, Esteban Moctezuma, dio a conocer el
protocolo para el regreso a clases en semáforo en verde: establecimiento de
comités participativos de salud escolar para fortalecer la relación escuela-centro
de salud local, disponer de señalizaciones, garantizar acceso a agua y jabón, cuidado
de maestras y maestros en grupos de riesgo teniendo prioridad en campaña de
vacunación, uso general de cubrebocas, sana distancia en entradas y salidas,
regreso escalonado, el lunes regresa la mitad de los alumnos y el martes otra, asignación
de lugares fijos y la asistencia será por apellidos, los alumnos podrán aprender
presencial o a distancia, maximizar uso de espacios abiertos, suspender todo
tipo de ceremonias, sistema de detección temprana de cualquier caso, con un
enfermo de Covid-19 se cierra la escuela, apoyo socioemocional para docentes y
estudiantes, regreso voluntario a clases presenciales. Veamos, pues.
Dr. César Álvarez Pacheco
cesar_ap@hotmail.com
@cesar_alvarezp
Huatabampo, Sonora.
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