domingo, 30 de mayo de 2021

El autocuidado en tiempo de pandemia.

 


La enfermedad por Coronavirus 2019, ahora conocida como COVID-19, provocaba un espectro de manifestaciones respiratorias agudas que en algunos pacientes evolucionaba a insuficiencia respiratoria y muerte. Su propagación fuera de ese país fue inminente a pesar de los esfuerzos de mitigación por las autoridades diversas, por lo que el 11 de marzo de 2020 fue declarada pandemia por la Organización Mundial de la Salud.

México ocupa el tercer lugar en número de muertes, sólo superado por Estados Unidos de Norteamérica y Brasil, con 546,880 y 303,462 muertes, respectivamente. La pandemia por COVID-19 trajo consigo la implementación de múltiples restricciones sociales con la finalidad de disminuir la transmisión. Dentro de las medidas se estableció el aislamiento de casos sospechosos y sus contactos, cierre de escuelas, trabajo desde casa, campañas de distanciamiento social, uso rutinario de mascarillas, lavado de manos y limpieza de superficies. En México, se suspendieron las clases en todos los niveles educativos dependientes de la Secretaría de Educación Pública a partir del 23 de marzo de 2020 hasta la fecha, lo que afectó a un estimado de 33 millones de niños y adolescentes; medidas que también fueron implementadas por 194 países dentro de los primeras tres semanas de la declaración de pandemia por la OMS. A pesar del sombrío panorama, se han observado beneficios indirectos en la salud pública, debido en parte a que las medidas de distanciamiento social, las campañas nacionales “Quédate en casa” y “Susana distancia”, además del lavado de manos, implementadas por autoridades sanitarias con el objetivo de disminuir la transmisión del SARS-CoV-2, probablemente también tuvieron repercusión en otras enfermedades infecciosas, lo cual se pone de manifiesto en los reportes del Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica, mostrando reducción de más de 50% en la incidencia de algunas enfermedades infectocontagiosas, es decir, no todo fue tan malo. Cabe destacar que la tendencia a la disminución no sólo afectó las enfermedades respiratorias, sino que también se documentó una reducción importante del número de casos en enfermedades gastrointestinales de origen infeccioso, de las cuales una medida fundamental para su prevención es el lavado de manos, implementado de manera sistemática con el uso de soluciones alcoholadas, práctica que se ve reflejada en una disminución de 52% de infecciones gastrointestinales en 2020 comparada con 2019. El reporte de infecciones por rotavirus presentó una disminución de 73% en el 2020, destacando también hepatitis A con una reducción de 61%. El autocuidado se considera un elemento coherente en el tratamiento preventivo contra la COVID-19. Esta perspectiva ayuda a la persona a tomar conciencia de su propia condición, mediante la mejora de su información  de salud con el COVID-19, constituye uno de los eventos sanitarios de relevante importancia, necesaria entonces, la fundamentación desde la perspectiva teórica y práctica en investigaciones, que constituyan futuro instrumento de trabajo para la asistencia médica en la Atención Primaria de Salud.

Dentro de las poblaciones de riesgo ante esta pandemia están los adultos mayores de 60 años, que por su propia edad, por lo general presentan otras enfermedades crónicas no transmisibles por lo que su sistema inmune puede estar debilitado y por ende más susceptibles a contraer COVID–19. Es de vital importancia incorporar la información necesaria, de la forma más sencilla pero actualizada, para lograr un incremento en el conocimiento de esta población que les pueda ayudar a enfrentar, desde su entorno más cercano, esta peligrosa enfermedad. El autocuidado es inherente al ser humano e indispensable para la vida, resulta del crecimiento de la persona en el diario vivir, en cada experiencia como cuidador de sí mismo y de quienes hacen parte de su entorno. Debido a su gran potencial para influir de manera positiva sobre la forma de vivir de las personas, el autocuidado se constituye en una estrategia importante para la protección de la salud y la prevención de la enfermedad. Si seguimos con las mismas medidas, otras enfermedades también disminuirán lo que sería positivo para el sistema sanitario y para la población.

Dr. César Álvarez Pacheco

cesar_ap@hotmail.com

@cesar_alvarezp

Huatabampo, Sonora.

 

domingo, 23 de mayo de 2021

La desconversión hospitalaria.

 


Desde hace unas semanas, la secretaría de Salud integró un equipo de trabajo intersectorial con la finalidad de identificar y poner en proceso un programa de normalización de los servicios de salud para enfermedades que no son Covid, es decir, para iniciar con la “desconversiónhospitalaria y restablecer servicios para otras afecciones crónicas que fueron aplazados debido a la pandemia. 

Durante una emergencia sanitaria los equipos médicos y otros miembros del sistema de salud se ven expuestos a una mayor demanda física y emocional, debido a factores como el incremento en las horas laborales, el trabajo continuo con pacientes en situaciones críticas, eventos potencialmente traumáticos, la ansiedad vinculada con adquirir la enfermedad o transmitirla a sus familias, entre otras. Este incremento en el estrés y adversidades en el ámbito laboral puede conducir a que el personal presente desgaste, fatiga, y hasta problemas en la salud. Es por esto que para lograr una adecuada gestión de la crisis, una de las prioridades debe ser el cuidado integral de la salud, de ahí que los hospitales, en febrero del año pasado, se convirtieran para una optimización y mejora en la atención de pacientes con covid19. La reconversión hospitalaria se enfocó en la preparación para la recepción y atención de pacientes con síntomas respiratorios, así como evitar magnificar la propagación de la enfermedad entre los pacientes que aún requieren de atención médica hospitalaria por otras condiciones. Las consultas por diferentes motivos fueron suspendidas y/o aplazadas, los estudios convencionales fueron suspendidos y la atención se centró en problemas respiratorios. Hubo necesidad de contratación de personal extra ya que la plantilla actual no fue suficiente, además de que mucho personal fue enviado a su domicilio por padecer comorbilidades como hipertensión, diabetes y obesidad. Por lo que, el Comité decidió con antelación las actividades, a efecto de lograr la reconversión de manera inmediata o escalonada. Incluso en Ciudad Obregón se tuvo la necesidad de construir en tiempo record, un establecimiento para la atención de pacientes con problema respiratorio debido a la saturación en su capacidad instalada. Hoy los hospitales asignados para la atención exclusiva de covid-19 comienzan a desconvertirse en los próximos días y vuelven a atender al resto de las enfermedades que se quedaron olvidadas, por la llegada de la pandemia el pasado febrero. Se trata de más de 610 hospitales, a nivel nacional, con 11 mil 634 camas que fueron designadas para la atención de covid-19, de acuerdo a la Secretaría de Salud. Bajo este esquema, se prevé que 18 mil trabajadores del sector salud, entre ellos, médicos generales, especialistas, enfermeras, radiólogos y personal de laboratorio, que fueron contratados para enfrentar la pandemia, sean reubicados para junio, a otras áreas y hospitales que se requiera fortalecer. El misterio con este personal contratado vía estatal y federal es si se les renovarán contratos, ya que lo mismo dijeron con el personal del Seguro Popular y la mayoría fue despedido, esperemos no sea el caso, por el bien del sistema sanitario del país en donde la mayoría de las plantillas en los hospitales son incompletas. Poco a poco, las áreas de consulta externa de los hospitales e Institutos Nacionales de la SSA federal y estatal, así como el IMSS, ISSSTE, Pemex, Sedena y Marina, comienzan a activarse y atender a los enfermos que dejaron de tener sus citas médicas por ¡más de un año!, y que también se quedaron sin la realización de estudios de laboratorio convencionales. Se estima que, por la pandemia, las consultas por cualquier enfermedad cayeron 52% entre 2019 y 2020, es decir, 45 millones de consultas médicas menos. Tan sólo las consultas de cáncer de la mujer cayeron 57% en comparación con 2018, incluyendo las detecciones, este es un problema que veremos a posteriori con el desarrollo de tan dramática enfermedad.

En su conferencia de prensa, el Sub secretario López  Gatell, había informado previamente, que aún no tienen listo este programa que denominarán “Plan de continuidad de operaciones de atención clínica”, que buscaría la manera de facilitar los servicios a los pacientes que vieron postergado el servicio, mencionó que poco a poco se tendría una normalización de servicios de salud. Poco a poco vemos la afluencia hospitalaria que nuevamente acuden por sus medicamentos y a una atención que fue postergada debido a una inusual pandemia, esperemos los cuidados lleguen para quedarse como lavado de manos, uso de cubrebocas en espacios cerrados y sobre todo tener conciencia de que si no se tienen síntomas, se puede contagiar a alguien más. Así que a cuidarse.

Dr. César Álvarez Pacheco

cesar_ap@hotmail.com

@cesar_alvarezp

Huatabampo, Sonora.

 

 

domingo, 16 de mayo de 2021

El Home office

 


La modalidad de trabajo en casa o el homeoffice, actualmente se define como la actividad laboral que se desarrolla total o parcialmente fuera de las instalaciones de la empresa y con el uso de tecnologías de la información y de la comunicación, se convirtió en una modalidad por primera vez en la década de 1970. Es una opción que incluye una extensa variedad de posibilidades y que recientemente ha cobrado especial relevancia debido a la pandemia por la enfermedad del COVID-19, pero también incluye riesgos para la salud del trabajador entre las cuales destacan el aislamiento personal y social, fatiga, condiciones medioambientales y ergonómicas.

Etimológicamente, la palabra ergonomía viene de la palabra griega “ergon” qué significa trabajo y de “nomos” ley. La Asociación Internacional de Ergonomía define la ergonomía como la disciplina científica relacionada con la comprensión de las interacciones entre los seres humanos y los elementos de un sistema, además de ser la profesión que aplica teoría, datos y métodos de diseño para optimizar el bienestar humano. Son varios los objetivos de la ergonomía en los cuales se pueden mencionar: reducción del ausentismo, reducción de esfuerzos innecesarios generadores de fatiga, al igual que el mejoramiento de la productividad, las condiciones y la calidad de vida en el trabajo. Hay muchas razones por las cuales las personas aspiran trabajar desde casa al menos algunos días por semana.  Pero esta vez no es cuestión de elección; para muchos trabajadores el coronavirus impuso el home office, de forma obligatoria. De alguna manera se ha puesto en práctica un experimento de escala mundial, el mayor beneficio es la forma en la que este promueve el aislamiento social y el control del virus. Pero no es un experimento como todos hubiéramos deseado diseñar, la dificultad se basa en las condiciones en que se encuentra cada trabajador. Sumado a esto, las personas deben garantizar la suficiente cobertura de Internet para llevar a cabo sus labores, habilitar espacios de la casa para ubicar su computadora, materiales y de ser posible adquirir equipos y mobiliario. Esto ha sido una opción novedosa para las grandes y pequeñas empresas sin embargo con el pasar del tiempo se ha visto un aumento del número de consultas médicas e incapacidades por enfermedades relacionadas directamente por el home office. Actualmente se cuenta con una guía realizada por diferentes instituciones públicas ante el COVID-19, esta se realizó debido a la gran cantidad de personas que se vieron obligadas a trabajar desde sus casas de una forma abrupta, lo que generó que la mayoría no tuviera un lugar adecuado y con todas las medidas necesarias para realizar un trabajo eficaz. Al implementar esta modalidad de forma abrupta se han evidenciado múltiples repercusiones tales como, la alteración del ciclo del sueño, aumento de peso, trastornos digestivos, dolores musculares, alteraciones en la circulación, entre otras. Se han presentado consecuencias en el área psicosocial, ya que, a pesar de que el home office provee una mayor flexibilidad de horario también hace que resulte difícil limitarlo a las horas laborales estipuladas, causando efectos negativos en la salud mental. También se puede ver alterado el balance entre la vida personal y la profesional, no existiendo fronteras entre estos dos ámbitos causando repercusiones intrafamiliares. Principalmente se ha visto un incremento en patologías relacionadas a mala ergonomía como lo son ojo seco, salud visual, lumbalgia y síndrome de burnout (agotamiento y apatía).

Algunos factores de riesgo relacionados al dolor lumbar son la obesidad, la edad, el género femenino, sedentarismo, ansiedad y depresión. Sus causas pueden ser no mecánicas o mecánicas, dentro de estas están las relacionadas al ambiente laboral que generalmente son producidas por labores pesados, movimientos repetitivos o que involucren largas horas en una misma posición. El Tecnoestrés, es un estado psicológico negativo que se relaciona con la utilización de las tecnologías de la información y la comunicación, viene condicionado por un desajuste entre las demandas y los recursos brindados, lo que provoca un alto nivel de activación psicofisiológica, malestar y el desarrollo de actitudes negativas hacia la tecnología. Existen distintos tipos de tecnoestrés, como: Tecnoansiedades el tipo más habitual, la persona que lo padece suele experimentar niveles altos de activación, produciendo tensión y malestar; Tecnofobias, la ansiedad ante la presencia de tecnología provocando pensamientos hostiles y agresivos hacia ésta; Tecnofatiga se manifiesta como fatiga, cansancio mental y agotamiento cognitivo; Tecnoadicción es el deseo incontrolable de estar conectado a todas horas. La realidad actual de esta modalidad de trabajo hace que sea necesario cumplir con recomendaciones e implementar un protocolo adaptado hacia las necesidades de cada uno de sus trabajadores y así, al mismo tiempo evitar las repercusiones mencionadas.

Dr. César Álvarez Pacheco

cesar_ap@hotmail.com

@cesar_alvarezp

Huatabampo, Sonora.

 

domingo, 9 de mayo de 2021

¡Ojo con las embarazadas!

 


El impacto de la pandemia sobre la salud en el embarazo es aún desconocido. La evidencia sugiere que las infecciones respiratorias incrementan el riesgo de hospitalización y muerte durante el embarazo, y eso definitivamente inquieta a cualquiera. Específicamente, la infección por coronavirus durante el embarazo se ha asociado con mayor riesgo de mortalidad materna, aborto espontáneo, parto pretérmino y retraso del crecimiento intrauterino. Pero no habría porque preocuparnos ¿o sí?

La evidencia específica del impacto del COVID19 para la madre durante el embarazo es aún escasa. Revisiones sugieren que el padecimiento durante el embarazo es menos grave y menos letal en comparación con otras como tuberculosis, por ejemplo. Sin embargo, otros estudios sugieren un incremento en el riesgo de complicaciones por dicha enfermedad. El riesgo de infección y complicaciones para los bebes tampoco es claro. Se han reportado casos aislados que sugieren transmisión vertical de COVID19; y se limita al tercer trimestre del embarazo. Por otro lado, se conoce que las mujeres embarazadas experimentan cambios inmunológicos y fisiológicos que pueden hacerlas más susceptibles a las infecciones respiratorias virales, incluido el COVID19. Varios estudios han revelado que las mujeres embarazadas con diferentes enfermedades respiratorias virales tienen un alto riesgo de desarrollar complicaciones en su embarazo y resultados adversos perinatales en comparación con las mujeres no embarazadas, debido a los cambios en la respuesta inmune. También se conoce que las embarazadas pueden presentar riesgo de enfermedad grave, morbilidad o mortalidad en comparación con la población general, tal y como se observa en los casos de otras infecciones por coronavirus relacionadas, incluido el síndrome respiratorio agudo y otras infecciones respiratorias virales, como la gripe durante el embarazo. Por consiguiente, se considera que las embarazadas constituyen una población vulnerable con ciertas susceptibilidades y factores protectores para la evolución natural del COVID19. Por ello y ante los retos que para la salud pública supone la enfermedad y la atención a este grupo de pacientes, se sugiere especial atención a este grupo poblacional y considerar como embarazo de alto riesgo. El embarazo se considera un estado inmunológico único. Durante este periodo el sistema inmune materno enfrenta múltiples retos, entre ellos: establecer y mantener una tolerancia con el feto (es casi un cuerpo extraño dentro de la madre) y al mismo tiempo, preservar su habilidad para protegerse contra distintos agentes microbianos. El estado inmunológico de la madre sufre cambios adaptativos a través de este periodo, pasa de un estado de adaptación al inicio del embarazo para beneficiar la implantación a un estado antiinflamatorio para beneficiar el crecimiento fetal durante el segundo trimestre, y por último, un estado proinflamatorio en el momento que se prepara para la labor de parto. Debido a algunos cambios inducidos por la producción hormonal y otros cambios normales en el embarazo, el sistema respiratorio de la mujer tiende a encontrase inflamado, esto asociado a una expansión pulmonar restringida predispone a la gestante a ser susceptible a ciertos patógenos respiratorios. Aunque la evidencia actual es limitada en gran parte, debido a que es una enfermedad que recién se conoce sin embargo no es posible ignorar el riesgo potencial de esta enfermedad para la gestante y el feto, sobre todo a la luz de algunas publicaciones que describen una reacción inflamatoria generalizada.

A pesar de que existen pocos casos informados, las características clínicas notificadas en embrazadas con infección confirmada por COVID19 y en mujeres adultas no embarazadas de la población general son similares e indicativas de un curso clínico relativamente optimista. Un estudio realizado recientemente mostro que se presentaron con uno de los siguientes síntomas: fiebre, tos, colecistitis, dolor al tragar y diarrea. El tiempo entre el inicio de los síntomas y el parto se describe de 1 a 7 días, con un curso clínico de neumonía por el virus, similar al de pacientes no embarazadas. De las 18 embarazadas, 10 fueron internadas por cuadro de neumonía. Teniendo en cuenta los beneficios de la lactancia, la madre puede seguir amamantando a su bebé siempre y cuando tome todas las precauciones necesarias. A pesar de que existen pocas investigaciones publicadas en relación con COVID19 y el embarazo, actualmente no existen evidencias suficientes de que las embarazadas sean más susceptibles a la infección y que aquellas con la enfermedad sean más propensas a desarrollar neumonía grave. Tampoco hay demostraciones suficientes de transmisión vertical de madre a hijo. Estas pacientes deben ser atendidas por un equipo multidisciplinario, acorde con el protocolo establecido y ser prioridad en la atención, así que ¡ojo con las embarazadas!

Dr. César Álvarez Pacheco

cesar_ap@hotmail.com

@cesar_alvarezp

Huatabampo, Sonora.

 

domingo, 2 de mayo de 2021

El accidente de Luis Miguel.

 


La hipoacusia es la pérdida parcial de la capacidad auditiva; esta pérdida puede ser de más de 40 decibeles en adelante. Las personas con hipoacusia emplean auxiliares auditivos para recuperar limitadamente su capacidad receptora de ondas sonoras. Su umbral auditivo, por lo tanto, se determina según el estímulo menos intenso que el individuo es capaz de captar.

Durante el segundo episodio de la controversial serie de la vida de Luis Miguel, pudimos observar como el actor interpreta a un “paciente” con un daño auditivo considerable provocado por una falla en un auricular, lo real es que el daño ya estaba ahí, provocado por un trauma acústico crónico o bien por escuchar música en un volumen extremadamente alto. La referencia más antigua sobre el efecto del ruido en la audición, es una observación registrada en el siglo I por Plinio en su “Historia natural”, cuando menciona que la gente que vivía cerca de las cataratas del Nilo “quedaba sorda”. A finales del siglo XIX, con el advenimiento de la máquina de vapor y la iniciación de la era industrial, aparece el ruido como un importante problema de salud pública. En esta etapa comienza a documentarse la sordera de los trabajadores expuestos, como los forjadores y los soldadores. El ruido produce efectos negativos sobre el ser humano y su entorno. Actualmente se conoce que debido a los altos niveles de ruidos el 75 % de los habitantes en las ciudades industrializadas padecen algún tipo de deficiencia auditiva, sin embargo, no se toma conciencia de este problema. La hipoacusia inducida por ruido es un problema de salud que se incrementa, conjuntamente con el avance de la civilización. La exposición a ruidos de alta intensidad, origina trastornos como la incapacidad para la comunicación personal, reduce la calidad de vida del ser humano y su socialización, fenómeno este conocido como socioacusia. Las hipoacusias son un importante problema de salud en niños por las repercusiones que tienen sobre el desarrollo cognitivo, la atención, la memoria, la estructuración de la inteligencia y las habilidades sociales. En la edad adulta, el paciente con problemas de audición, puede sentirse rechazado socialmente. Se calcula que cerca del 10 % de la población adulta muestra algún grado de sordera, y un 33 % de personas mayores de 65 años, a nivel mundial, tienen hipoacusia de magnitud suficiente como para necesitar una prótesis auditiva. El primer síntoma del paciente expuesto a un ruido fuerte es la aparición de un zumbido, tal y como se muestra en la serie, el paciente escucha un zumbido en sus oídos incluso al estar durmiendo. El zumbido de frecuencia aguda es el signo inequívoco de que algunas células empezaron a dañarse. Como habitualmente este zumbido desaparece horas o días después, se le resta importancia y el paciente no consulta tempranamente. Sin embargo, es una señal de alerta. Cuando el paciente llega al consultorio con un zumbido permanente, el daño ya es irreversible. En esa etapa ya se está en presencia de un problema serio que limita la calidad de vida del paciente.

El impacto del ruido sobre la salud es una realidad evidente que ha rebasado el contexto industrial, para convertirse en un importante problema social. La sociedad moderna, sustentada en el empleo de la tecnología, fomenta el uso de maquinarias y dispositivos generadores de ruido; los niños y jóvenes están expuestos desde más temprano que nunca a su influencia. Se ha pronosticado que una cuarta parte de las personas de entre 20 y 69 años sufrían algún déficit auditivo inducido por ruido; por lo que se establece en la actualidad como una de las enfermedades irreversibles más frecuente entre los jóvenes. En el caso de los reproductores de música (celulares, MP3, etc.), la descarga de decibeles llega a los 130 dB, contra el tope de los 50 dB recomendados. Una hora de exposición a sonidos a alta intensidad (105 decibeles o más) al día, degenera progresivamente las células del oído por lo que se recomiendan no exponerse más de 60 minutos al día a cualquier fuente de sonido, sea teléfono o audífono, escuchar aparatos reproductores de sonido con una intensidad no mayor de 60% de su capacidad de salida y evitar los audífonos que se introducen en el oído. Son mejores los que recubren la oreja con una almohadilla, ya que aíslan el ruido externo y disminuyen la necesidad de aumentar el volumen para escuchar la música. Los niveles de presión sonora promedio de las discotecas superan, en todos los casos los 100 dB. Aproximadamente 60 % de las discotecas alcanzan el umbral de dolor llegando a 110 dB. Después de haber estado expuestos a altos niveles sonoros, el 45 % de los adolescentes presentan zumbidos. En la actualidad cada vez es más común que las personas presenten problemas de audición a una menor edad, debido a la mayor cantidad de sonidos fuertes y uso prolongado de audífonos a los que nos estamos exponiendo, superando los límites recomendables.

Dr. César Álvarez Pacheco

cesar_ap@hotmail.com

@cesar_alvarezp

Huatabampo, Sonora.