La saturación y el
peregrinar en los hospitales, ha sido un problema que pareciera no preocupar a
la población que gusta de seguir actuando como si nada pasara. Sin embargo los
lugares con espacio para los enfermos de covid-19, y la angustiante búsqueda de
tanques de oxígeno, que están muy escasos, que cuestan horas de fila, de
riesgos de contagio y sumas importantes de dinero para cada familia, nos pintan
un escenario que puede marcar los primeros meses del año, como los meses más
letales de toda la pandemia.
Ninguna
pandemia a lo largo de la historia de la humanidad fue tan fulminante y de tal
magnitud. La rápida expansión de la enfermedad hizo que la Organización
Mundial de la Salud, el 30 de enero de 2020, la declarara una emergencia
sanitaria de preocupación internacional, basándose en el impacto que el virus
podría tener. Desde el 31 de diciembre de 2019 y hasta el 28 de abril de 2020,
se han notificado 2 982 688 casos de COVID-19 (de acuerdo con las definiciones
de casos aplicadas y las estrategias de prueba en los países afectados),
incluidas 210 193 muertes. El exsecretario de Salud, Chertorivski, ha sugerido compras
masivas de oxígeno para garantizar la disponibilidad de este insumo, que
seguirá siendo indispensable para muchos mexicanos en los próximos meses. Hemos
visto como ante la escases del mismo los precios se disparan 5 a 10 veces,
hemos visto que ante el déficit comercial, y la poca producción del oxígeno
medicinal, los hospitales comienzan a prescindir de este valioso insumo. En la larga
espera de que el plan de vacunación deje de ser solo un spot, la rapiña hace de
las suyas en el mercado negro del oxígeno, en el plan gubernamental de
vacunación con inocultables afanes proselitistas se deja ver la tardanza de la
Cofece para probar si Infra, CryoInfra y Praxair incurren en prácticas
monopólicas, empresas que en la pandemia, como lo señaló esta semana el
diputado Ramírez Cuéllar, han acumulado ganancias por más de mil 777 millones
de pesos con la venta de oxígeno al gobierno. El gobierno parece estar mas
preocupado por la propaganda electoral que por la salud del mexicano. Por un
lado se niega a suspender la llamada “mañanera”
debido a que la ley no se lo permite, pero ¿qué esperábamos con alguien
que ya mandó al diablo las instituciones? Por otro lado un burdo pleito contra
los órganos autónomos ha generado un encono que nada abona a la situación de
emergencia que vive el país. El verdadero problema no es ese sino la salud y la
inseguridad que vivimos actualmente y el circulo vicioso que esto genera. Lo
vimos la semana pasada con los “siervos de la nación” en donde los funcionaros
declaraban estar al pendiente en los hospitales y coordinar brigadas, pero lo
único que han estado haciendo es asegurar el control político y asegurar los programas
sociales. Pero ese es otro tema. La inseguridad que domina gran parte del país
alcanzo al sur del estado la semana pasada, ante la falta de oxígeno disponible
para pacientes que se recuperan en su domicilio, un grupo de hombres armados
asaltaron a punta de pistola al personal médico de un Hospital, llevándose
siete tanques de oxígeno medicinal que se utilizan para pacientes Covid-19.
Posteriormente autoridades así como la Guardia Nacional acudió a las
instalaciones del mismo para asegurar el nosocomio (ya pa`que, diríamos por
aca) curiosamente días después fueron encontrados ya vacíos en un camino de
terracería en las afueras de la ciudad. ¿Será el único caso? Lamentablemente
no.
¿Cómo
contradecir el discurso oficial de que hemos carecido de la garantía de
servicios de salud de calidad? Hoy estamos comprobando que ni el combate a la
corrupción en las compras del sector salud ni las buenas intensiones del Insabi
ni la eliminación de los fideicomisos ni el recorte presupuestal a los estados
ni la austeridad son garantía de un mejor gobierno. México esta sufriendo de la
asfixia por la falta de atención a la salud que se nos prometió y que se nos
comparó incluso con países nórdicos. Sufre por la falta de vacunas,
acaparadores y todavía donaciones que el ejecutivo hace a países “mas pobres”
descuidando incluso a personal de primera línea en su segunda dosis para lograr
una mejor inmunidad. El descuido a salud asfixia también a los pacientes
oncológicos que todavía sufren la falta de medicamentos y que no han recibido
respuesta. Hoy el sistema de salud requiere al igual que muchos, una bocanada
de oxígeno.
Dr.
César Álvarez Pacheco
@cesar_alvarezp
Huatabampo,
Sonora.
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