La salud pública es muy compleja y la atención que proporcionaba
Seguro Popular, si bien no era perfecta, tenía controles y evaluaciones. La
medicina moderna es muy cara, por lo que señalar que es totalmente gratuita
sería demagógico. Ante la actual incertidumbre en la salud pública, surgió un
rebelde, el gobernador de Aguascalientes, Martín Orozco, afirmó que “defenderá
a morir al Seguro Popular”, y que no firmaría la carta de intención que apoya
su derogación y fomenta la centralización del sector Salud. Pero, ¿Se puede?
El pasado Octubre al aprobarse la creación del Insabi,
los gobernadores callaron y no existía alguien fuera de los ex secretarios de
salud que advirtieran lo que estaba por venir en el sistema de salud. Hoy debido
a la incertidumbre por la falta de reglas de operación del Instituto de Salud
para el Bienestar, en donde por cierto se menciona podrían publicarse hasta
¡junio! diversos estados operarán los servicios de salud con base en los
criterios del Seguro Popular. Los mandatarios de Aguascalientes, Martín Orozco;
de Guanajuato, Diego Sinhue; de Tamaulipas, Francisco García Cabeza de Vaca; de
Querétaro, Francisco Domínguez Servién; de Baja California Sur, Carlos Mendoza
Davis, todos de Acción Nacional, y de Jalisco, Enrique Alfaro, de Movimiento
Ciudadano, no han firmado todavía el convenio, ni lo harán según mencionan. Los
gobernadores tienen hasta Abril, según la ley para llegar a un acuerdo y
hacerlo, pero ¿se puede operar sin Insabi? ¡Claro! Bien lo explica el
exsecretario de salud Julio Frenk y colaboradores en el ensayo “Instituto de
Salud para el Bienestar: Vino viejo en botella rota”, recién publicado en la
revista Nexos, donde hace ver que la decisión de volver a centralizar viola el
Pacto Federal; se tomó sin haber consultado a las entidades federativas y sin
evaluar de manera objetiva y transparente su viabilidad y sus posibles consecuencias,
por lo que generaría graves problemas operativos. Y miren quien lo está
resintiendo. Sin embargo en el caso de Guanajuato, la apuesta no es mantener el
Seguro Popular sino su propio sistema de atención al cual han denominado
“Impulso a tu salud” en el que se invierten más de 5 mil millones de pesos al
año superior al monto que se recibía por el gobierno federal, teniendo como
base el programa insignia del Ejecutivo estatal denominado Impulso Social. Esto
ha llevado al estado de Guanajuato a no tener desabasto en medicamentos,
atención de calidad y sobre todo ¡sin adeudos! ¿Cómo lograrlo? Con cabildeos,
acuerdos y negociaciones para buscar que el beneficio social llegue a la mayor
parte de la población.
Los estados que deseen operar sin Insabi, deberán
establecer sus propios lineamientos y acuerdos para operar con las reglas de
operación de un programa que ya no existe, el Seguro Popular. Lo primero sería
modificar en los congresos locales su ley de salud y hacendaria, para evitar
riesgos en el financiamiento y viabilidad como los que hoy tiene Insabi.
Posteriormente fusionar las dependencias de los Regímenes estatales de
protección social en salud, que era donde operaba y se registraba toda la
información de Seguro popular incluida la de los usuarios, con los Servicios de
Salud estatales de salud. Definir lo operativo, administrativo y financiero. Asegurar
su cobertura para primer y segundo nivel de atención y establecer claramente la
cobertura en unidades de tercer nivel de atención por regiones tomando en
cuenta las enfermedades registradas en su Sistema Único de Información para la
Vigilancia Epidemiológica (SUIVE),
es decir, una cobertura personalizada para cada estado. Posteriormente
establecer y firmar los convenios de colaboración con las diversas instituciones
de salud. Exigir a los diputados federales que se comprometan a bajar la mayor
cantidad de presupuesto posible ya que el ejecutivo dice que aunque la
incorporación al Insabi es “voluntario y no es obligatorio”, el estado seguirá
enviando recursos que “por ley le corresponden” (sic). Está por verse en
cuántas entidades sí se aplicará y en cuantas el Insabi simplemente no operará.
Esto dificultará aún más la implementación de por sí compleja del nuevo
organismo que prestará servicios de salud a la población sin seguridad social
con la infraestructura y los recursos humanos de los servicios estatales de
salud. Es importante recordar que el Insabi no es autónomo, se deberá coordinar
con la Secretaría de Salud, la cual es responsable de informar, coordinarse con
los estados y explicarles el funcionamiento, aunque en estos momentos ya se
tardó.
Dr. César Álvarez
Pacheco
@cesar_alvarezp
Huatabampo, Sonora.
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