La promoción de salud
puede interpretarse como un nuevo camino, una estrategia, una filosofía o
simplemente una forma diferente de pensar y actuar para alcanzar la salud de
los pueblos. Para algunos, es un nuevo enfoque, cualitativamente superior al
tradicional de la salud pública, es incluso un nuevo paradigma. Para OMS/OPS es
indistintamente “una estrategia” o una “función esencial” de la salud pública.
No obstante y a pesar de las diferentes acepciones asumidas, existe consenso en
que involucra a gobiernos, organizaciones sociales e individuos, en la
construcción social de la salud.
En la medida en que se
han sucedido diferentes conferencias mundiales sobre promoción de salud, el
tema ha adquirido un espacio cada vez mayor en el ámbito de la salud. Aunque
para algunos puede ser aún una interrogante, un nuevo término, o un slogan,
muchos reconocen esta actividad como una vía para alcanzar niveles de salud
deseables. El concepto de promoción de salud irrumpió con fuerza desde la
segunda mitad del pasado siglo en el ámbito académico, en la investigación, los
servicios de salud, en diversos sectores sociales, así como en las agendas de
gobiernos. Pero, a pesar de ese progreso, muchos profesionales y ejecutores,
aun hoy, no comprenden en toda su magnitud su esencia, y desconocen sus
principios, metodologías y herramientas. Si se considera que la comunicación es
una herramienta importante para los cambios de comportamiento y estos, a su
vez, una estrategia para la promoción de salud, deben desterrarse entonces los
enfoques reduccionistas, que la conciben como una actividad puntual que reduce
a repartir panfletos o hacer spots televisivos. Los problemas de salud
acumulados por la población mundial son cada vez más numerosos y diversos, pero
algo está claro: hasta el momento, la mejor alternativa para solucionarlos es
justamente la promoción y la educación para la salud. Con frecuencia cada vez
mayor se reconoce que la promoción es un elemento indispensable para el
mejoramiento de la salud. Se trata de un proceso de capacitación de la gente
para ejercer un mayor control sobre la salud y aumentarla. Por medio de
inversiones y de acciones, la promoción de la salud obra sobre los factores
determinantes de la salud y genera beneficios sustanciales a la población,
reduce la inequidad, promueve el respeto de los derechos humanos y acumula
capital social. La meta final es prolongar la expectativa de salud y reducir
las diferencias en ese sentido entre países y grupos. La promoción de la salud constituye un proceso
político y social global que abarca no solamente las acciones dirigidas
directamente a fortalecer las habilidades y capacidades de los individuos, sino
también las dirigidas a modificar las condiciones sociales, ambientales y económicas,
con el fin de mitigar su impacto en la salud pública e individual. Es el
proceso que permite a las personas incrementar su control sobre los
determinantes de la salud y en consecuencia, mejorarla.
Las investigaciones y
los estudios de casos realizados en el mundo prueban que la promoción de salud
es efectiva. Las estrategias de promoción de salud pueden crear y modificar los
estilos de vida y las condiciones sociales, económicas y ambientales
determinantes de la salud. La promoción es un enfoque práctico para lograr
mayor equidad y resultados en la gestión salud. La participación es
indispensable para hacer sostenible el esfuerzo desplegado la población debe
ser el centro de la actividad de promoción y de los procesos de toma de
decisiones. El aprendizaje sobre la salud fomenta la participación el acceso a
la educación y a la información es esencial para lograr la participación
efectiva y la movilización de los individuos y las comunidades. Estas
estrategias son elementos básicos de la promoción de salud. Por tanto, en
primer lugar, se necesita de un sector salud que comprenda su importancia, la
promueva y empodere en todos sus niveles con personal capacitado capaz de
multiplicar los recursos humanos y la actividad en todos los sectores. Otro
dilema actual es la inconsistencia en la evaluación, que no permite medir la
contribución de la promoción de salud en la modificación de los indicadores de
salud. Es hora de revisar entonces ciertos aspectos y responder a ciertas
interrogantes, como son: ¿se prioriza el trabajo de la promoción de salud?, ¿constituye
objeto de preocupación y ocupación de forma sistemática de los equipos de
dirección?, ¿saben realmente nuestros profesionales desarrollar la promoción de
salud? Veremos en este nuevo plan de salud.
Dr. César
Álvarez Pacheco
@cesar_alvarezp
Huatabampo,
Sonora.
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