México atraviesa por
una crisis del sector salud, tanto público como privado; en el sector público
el exceso de derechohabientes, la falta de infraestructura y personal, hace de
esta alternativa un problema que puede ser inconmensurable, en el cual si bien
algunos pacientes tienen la fortuna de ser atendidos en su momento, otros no,
lo cual crea una asimetría epidemiológicamente riesgosa. En el mismo sentido,
es imposible negar que cuando el delicado equilibrio entre la salud y la
enfermedad se pierde, el esfuerzo por recobrarlo implica un diagnóstico, que si
es errado puede tener consecuencias; por ello, es importante contemplar en este
binomio salud-enfermedad una terapéutica adecuada, partiendo de una perspectiva
farmacoterapéutica que sea acorde e individualizada al nivel socioeconómico,
pues la comercialización de la salud que existe en la actualidad no permite
brindar una atención de calidad a la población.
Pese a la crisis
financiera que atraviesa el país, muchas personas optan por la atención privada,
desafortunadamente la gran limitante en este sentido es el costo que implica
para la población en general. Analizando el precio de la atención médica en
México, se observa que el costo unitario para una consulta de atención familiar
es de alrededor de 631 pesos, en tanto que la consulta por otro especialista
puede llegar hasta los 1000 pesos, todo esto sin mencionar el costo del
tratamiento farmacológico que puede variar dependiendo del cuadro clínico. Para
contextualizar la problemática, se puede mencionar a manera de ejemplo a un
paciente con una patología diversa, en la que la piedra angular de la terapia
es un antibiótico, y requiere de una duración y mantenimiento del tratamiento
que oscila entre 5 y 10 días y cuyo costo puede variar de entre 400 a 1 000
pesos, sin considerar que en algunas ocasiones se requiere de otro fármaco
antiinflamatorio o coadyuvante para la recuperación, lo cual aumenta el costo
significativamente. Si en el ejemplo anterior se calcula la inversión más alta,
con la consulta de un especialista y el tratamiento con un antibiótico de la
gama alta en precio, entonces se tiene que la atención particular por una sola
patología bacteriana podría llegar hasta los 2 000 pesos, sin tomar en cuenta
que podrían ser necesarios estudios de laboratorio y de gabinete para la
confirmación del diagnóstico y que además varios miembros de la familia
pudieran estar cursando el mismo proceso mórbido. Por otra parte, desde un
enfoque económico-social, el panorama es igualmente preocupante, puesto que de
los 119 millones de mexicanos que habitan en México, solo 50.7 millones son
económicamente activos, esto es menos de la mitad de la población del país y de
estos 67% gana menos de cinco mil pesos al mes, solo 6% de los mexicanos gana
más de cinco salarios mínimos. Cabe preguntarse entonces ¿quién realmente puede
tener acceso a la salud en nuestro país?
Ante esta cuestión es
importante determinar qué se puede hacer al respecto, debido a la existencia de
variables que se podrían considerar y aplicar, las cuales estarían enfocadas al
médico que realiza su labor en el ámbito privado, pero que también deben ser
extensivas al personal de salud del sector público. De manera inicial,
cualquier facultativo que haga el ejercicio de prescribir debería tener en
mente y comprender que desde el momento que un paciente acude a consulta por
una patología, hasta el momento en el cual inicia el tratamiento médico
prescrito, existe una amplia gama de posibilidades, mismas que tienen como
desenlace la recuperación de la salud en el mejor de los casos, en otros es la
cronicidad con gastos permanentes y sostenidos, pero también puede existir el
riesgo de muerte, de tal manera, se debe tener un vínculo médico-paciente
efectivo, con una comunicación bidireccional que aborde todos los aspectos de
la terapia farmacológica indicada. Es de suma importancia considerar y reforzar
el conocimiento de los médicos en el área de la fármaco economía o evaluación
económica de los medicamentos, teniendo como base su uso racional.
Dr. César Álvarez Pacheco
@cesar_alvarezp
Huatabampo, Sonora.
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