El golpe de calor es
considerado una urgencia médica, el pronóstico dependerá en gran medida del
tiempo en que se realice el diagnóstico y se instale el tratamiento. La
gravedad de los síntomas puede variar desde un cuadro leve de dolor de cabeza y
malestar general hasta casos severos que pueden llevar al estado de coma y la
muerte. Es natural que las enfermedades ocasionadas por la exposición al calor
solar, ocurran con más frecuencia en regiones calurosas, como la nuestra;
también es lógico pensar que en estos lugares, los niños recién nacidos, los
lactantes y escolares sean los más vulnerables por la inmadurez de sus
mecanismos termorreguladores y por la extensión de su superficie corporal,
aunque también se debe a que en edades tempranas, los niños generan mayor calor
metabólico que los adultos.
El ser humano es capaz
de mantener su temperatura corporal entre estrechos márgenes a pesar de
variaciones ambientales, mediante un sistema de termorregulación que controla
diversos mecanismos capaces de producir o disipar calor; ocasionalmente el
funcionamiento de estos mecanismos puede no ser correcto o los cambios externos
ser lo suficientemente importantes como para sobrepasarlos. El ejercicio
excesivo, por mencionar un ejemplo, en ambiente cálido causa severas
alteraciones; El cuadro clínico puede iniciarse de forma brusca con
convulsiones, estupor o coma, acompañado de debilidad muscular. Ocasionalmente es
precedido de dolor de cabeza, vértigo, mareo, molestias abdominales, nausea y
cuadro confusional. La temperatura corporal mayor de 41ºC, piel seca y
caliente, taquicardia; en los casos fatales es frecuente el estado de shock y
de continuar la evolución desencadena en
falla multiorgánica de características mortales. Recientemente un
estudio realizado por investigadores españoles, en el que participan varios
autores, menciona que las olas de
calor aumentan el riesgo de violencia machista un 40 por ciento. El trabajo, firmado por
expertas en violencia de género, por especialistas en Epidemiología y por
psicólogos de Policía y Guardia Civil, señala que tras alcanzarse una
temperatura de 34 grados en Madrid se generó un día después un aumento en las
denuncias policiales. Tres días después, el riesgo de feminicidio creció un 40 por ciento. Y, cinco días
después, las llamadas al 016 se
incrementan un 1,43 por ciento, por cada grado que aumentó la
temperatura. El estudio, publicado en la revista científica Science
of the Total Environment, ha analizado los meses de mayo a septiembre en el
periodo 2008-2016 en la Comunidad
de Madrid (estudio observacional, descriptivo, probablemente con un OR).
En ese tiempo se registraron 23 asesinatos de mujeres a manos de sus parejas o
ex parejas, 38,000 denuncias policiales por violencia de género y 61,000
llamadas al teléfono 016 de atención a víctimas de malos tratos.
Además del mencionado
estudio, en otro publicado el mes de junio 2018 en: Annals of
Epidemiology bajo el título “Violencia machista en Madrid: un análisis
temporal”, los mismos investigadores concluyen que las denuncias por violencia de género se
incrementan también durante las vacaciones de Navidad y en fines de semana,
mientras que las llamadas al 016 disminuyen en las vacaciones de Semana Santa y
en los días festivos y aumentan los lunes. Cabe señalar que los estudios son
publicaciones en revistas científicas de diverso grado de impacto, pero veraces
y estadísticamente significativo por lo que su asociación y/o correlación es de
tomar en cuenta. Por otra parte no está muy alejada de nuestra realidad ya que
nuestra región cálida y extremista, nos lleva a pensar que esto es muy similar
en nuestra localidad y existe evidencia ya de que la hay y literalmente un
“golpe” de calor ocasionado por las inclemencias del clima, así que ¡ojo! A los
futuros legisladores para una adecuada planeación y prevención de violencia.
Dr. César Álvarez Pacheco
@cesar_alvarezp
Huatabampo, Sonora.
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