domingo, 27 de mayo de 2018

¿Qué tan enfermo está AMLO?


En el 2003, Vicente Fox fue intervenido quirúrgicamente en el Hospital Militar para corregirle una hernia discal. Donde de inmediato fue valorado e intervenido por el doctor Héctor Peón. El ex presidente, comenzó a sentir en los últimos tres días un dolor intenso en la espalda y que se irradiaba a la cintura y a la pierna izquierda, impidiéndole caminar y estar sentado por tiempo prolongado. Cuando Fox comenzó con las molestias, fue a Médica Sur y el doctor le solicitó varios estudios y tratamientos con una pobre mejoría. Recientemente un medio publicó una fotografía aludiendo que un candidato estaba “muy enfermo”; lo que sí es real es que cualquiera de ellos no debería mentir sobre su estado de salud. ¿Quién mejor que un médico para analizarlo? Veamos.

De acuerdo a una hoja membretada del Hospital Médica Sur publicada en la página de López Obrador; el 7 de Diciembre del 2013, fue egresado posterior a 5 días de estancia, con diagnóstico de infarto agudo al miocardio, angioplastia y colocación de un STENT coronario sin presentar complicaciones. La hipertensión arterial es uno de los factores de riesgo más importantes para la enfermedad vascular cerebral (en especial hemorrágica), y lo es también de manera muy importante para la cardiopatía isquémica, sabemos que él toma “amlodipino”, un antihipertensivo común.Al igual que la obesidad y el tabaquismo, es una de las grandes pandemias del siglo XX. La hipertensión arterial ha aumentado producto del aumento en el consumo de sal, la obesidad, el sedentarismo y las dietas bajas en frutas y verduras.La llamada dieta mediterránea rica en frutas, vegetales y pescado parece ser una buena intervención contra la enfermedad coronaria. Esto se debe a su composición con aceites poli y mono insaturados, bajo consumo de grasas saturadas y rica en omega 3. Esto también sucede con la dieta esquimal basada en el consumo de sardina, salmón y trucha. Posteriormente el citado artículo menciona a un neurocirujano que trata a López Obrador con medicamentos que no especifica por un “grave procedimiento en la columna vertebral” (¿?) Probablemente una situación muy similar a la que tuvo el ex presidente Vicente Fox por una hernia discal, en donde tanto el padecimiento como su medicación y rehabilitación, son bastante complejos. Lo cierto es que no tienen nada de gravedad, salvo el monitoreo de su corazón y chequeo médico; a decir por la sonrisa de AMLO en la fotografía con el doctor Dolorit.

El presidencialismo poderoso, perfecto y sobre todo sano, puede o no ser una realidad; lo cierto es que son humanos y como todos con el derecho a enfermarse o contar con un padecimiento ya sea leve a grave. Díaz Ordaz sufrió al final de su mandato un desprendimiento de retina del ojo derecho; Zedillo fue intervenido de una cirugía de rodilla por una lesión jugando tenis; Vicente Fox en el 2013 intervenido por una cirugía de columna por una hernia discal donde posterior mente declaro que de haber sabido que no cesarían sus dolores, no se habría realizado la misma, lo cierto es que fue necesaria y si ayudo en alguna medida. Felipe Calderón tuvo una fractura de humero a consecuencia de un accidente en bicicleta; y Enrique Peña fue sometido a una cirugía programada por un nódulo tiroideo. Lo que encontramos en común en todos ellos expresidentes y el hoy candidato y muy probablemente futuro presidente, es que con la salud no se juega, es el tesoro más preciado y por supuesto, que debemos de cuidar para no padecer alguna enfermedad o consecuencia de algún mal hábito. Lo cierto es que el hoy candidato puede seguir con su vida a un ritmo moderado y realizar su chequeo médico y llevar como todos, hábitos saludables.

Dr. César Álvarez Pacheco
@cesar_alvarezp
Huatabampo, Sonora.

domingo, 20 de mayo de 2018

Salud Mental


Históricamente, la salud mental no ha sido prioritaria para los sistemas de salud; sigue estando ausente en las Metas de Desarrollo del Milenio y los gobiernos continúan asignándole un presupuesto bajo y otorgándole poca atención. Otras razones que han dificultado la integración son: servicios enfocados a la atención de síntomas somáticos, con consultas breves que dificultan la detección y tratamiento de trastornos mentales; trabajo colaborativo deficiente entre el personal de primer nivel y segundo nivel, entre otros. El eje de la atención de la salud mental en México sigue siendo el tercer nivel, específicamente los hospitales psiquiátricos.

El rol de la atención primaria es aún pequeño: en 2008, solamente 30% de los centros de salud del país tenían algún protocolo de evaluación o tratamiento para trastornos como depresión o consumo de drogas y un porcentaje similar realizaba al mes por lo menos unenvío a un especialista. La Ciudad de México, es de las pocas entidades que cuentan con una Ley específica de Salud Mental. Los Servicios de Salud Pública (centros de salud), dirigidos a la población no asegurada y de escasos recursos económicos, cuentan con un Programa de Salud Mental basado en un modelo escalonado de atención que abarca desde la promoción de la salud hasta el seguimiento de los pacientes. A pesar de los esfuerzos de quienes prestan estos servicios, la ausencia de una política integrada y definida así como de un presupuesto insuficiente, han impedido que el programa obtenga los resultados esperados. Se han analizado algunas barreras asociadas con la atención de salud mental en los servicios primarios. Los servicios de salud son influenciados por las políticas públicas  y por las normas estipuladas en coordinaciones federales o locales, así como por las características del lugar donde se otorga la atención, los conocimientos y actitudes del personal y de los usuarios, así como de los recursos financieros con los que se cuenta. Se considera que la atención de la salud mental va más allá de la interacción entre servicios, prestadores y usuarios; por ello, se propone un modelo de análisis, construido a partir de la información recolectada, donde se redimensiona como un proceso integral explicado desde la interacción de seis niveles de influencia: situaciones económicas, políticas y sociales del país que impactan en las características de los sistemas de atención, políticas públicas que definen y regulan la forma en que debe otorgarse la atención; direcciones y coordinaciones encargadas de la puesta en práctica de las políticas; características y recursos de los centros; los usuarios y la comunidad en los centros de salud, y los conocimientos y actitudes del personal. Del mismo modo, sería necesario repensar el modelo biomédico que guía la práctica, la organización y administración de los servicios. Bajo este modelo resulta complicado pensar en acciones de detección y tratamiento que vayan más allá del signo y el síntoma y que contemplen otros elementos relacionados con salud mental, como las dimensiones económicas y sociales.

También habría que pensar en acciones que permitan ampliar y articular la participación de los miembros de comunidad y de los pacientes sobre cómo cuidar su salud mental y cuándo demandar servicios. La Organización Panamericana de la Salud también recomienda la participación de pacientes y familiares en la planeación e implementación de políticas, monitoreo y provisión de servicios. Para futuros proyectos sería recomendable incluir entrevistas con autoridades y otras personas responsables con la finalidad de establecer planeaciones, registros y controles en torno a este tema que cada vez cuenta con mayor auge y genera costos al sector salud.

Dr. César Álvarez Pacheco
@cesar_alvarezp
Huatabampo, Sonora.


domingo, 13 de mayo de 2018

La enfermedad de Belinda


La litiasis urinaria es un problema de salud pública que nunca se ha resuelto y cuya incidencia no ha decaído con el tiempo; antes bien, se ha incrementado, sobre todo en mujeres, y sin duda el cambio climático favorecerá su crecimiento. En los años 80 la introducción de la litotripsia (tratamiento sin cirugía, novedoso en su tiempo) y la cirugía revolucionó el tratamiento de la litiasis renal pero no su incidencia; de hecho, la calidad de vida de muchos de estos enfermos, información anecdótica recabada en consultas y conversaciones, reveló la insatisfacción por el statu quo y especialmente por la falta de medidas preventivas efectivas en el control de esta enfermedad.

En los últimos años se ha acumulado evidencia de que la nefrolitiasis se asocia con otros padecimientos, tales como: hipertensión arterial, diabetes mellitus tipo 2, obesidad y dislipidemia, todos ellos factores de riesgo de daño cardiovascular. Es más, la litiasis renal se asocia con un mayor riesgo de enfermedad crónica del riñón e insuficiencia renal, dos factores adicionales más. Se ha encontrado que los formadores activos de cálculos renales tienen un mayor riesgo de daño cardiovascular. En una gran población en Alberta, Canadá, se encontró que aun un episodio de cálculos se asociaba a un mayor riesgo de enfermedad cardiaca, que incluía infarto cardiaco, muerte por enfermedad coronaria (angina), así como más accidentes vasculares cerebrales. Por lo tanto, como médicos y en presencia de un episodio de litiasis o “piedras” en los riñones, debemos tener en cuenta el riesgo al que estos enfermos están sujetos por sus factores de riesgo asociados.Habitualmente, la mayoría de los pacientes que consultan por un primer episodio de dolor, lo primero que preguntan a su médico tratante es si este suceso se repetirá en el futuro y qué pueden o deben hacer para evitarlo, ya es muy intenso. Con confianza podemos aconsejarles, basados en los resultados de estudios previos, que la tasa de recurrencia será en los próximos años de 11% durante los primeros dos años, 20% a los cinco años y 31% a los 10 años. Tales números pueden motivar a estos enfermos a modificar su dieta (reducir la sal, las proteínas animales y mantener la ingestión normalde calcio) e incrementar su consumo de agua a dos litros o más al día. Dieta e ingesta de líquidos han demostrado ser efectivas para reducir la recurrencia de cálculos en estudios controlados. Es importante abundar que en pacientes con altas tasas de recurrencia es crítico contar con un estudio médico completo y considerar el empleo de fármaco-terapia con el fin de controlar la recurrencia. Los fármacos que actualmente se utilizan en el tratamiento de la litiasis, tienen más de 30 años de antigüedad. Por ejemplo, no hay tratamientos diferentes para el manejo de las piedras de calcio tal como y no hay tratamientos novedososa la gran incidencia y prevalencia de nefrolitiasis.

Esta enfermedad no es sólo una alteración urinaria sino una enfermedad metabólica compleja, que nos lleva a sospechar complicaciones asociadas. Se deben resumir las conductas clínicas y terapéuticas que se deben seguir para el manejo del cólico renal por cálculos atrapados en el aparato urinario. No hay tratamientos nuevos, pero medidas tan simples como la restricción de sodio y de proteínas animales, aunado a una buena hidratación son altamente provechosos, en el manejo de las diversas formas de nefrolitiasis. Aun cuando contamos con algunos medicamentos nuevos, con los que ya teníamos, si son bien empleados son muy exitosos en un porcentaje elevado de los casos. Recientemente el caso Belinda y su internamiento por esta causa la llevo a suspender un concierto y diversas actividades; las recomendaciones de sus médicos y la que ella misma respondió en su cuenta de twitter es tomar mucha agua, tiene razón.

Dr. César Álvarez Pacheco
@cesar_alvarezp
Huatabampo, Sonora.

domingo, 6 de mayo de 2018

La salud ante desastres.


En las últimas tres décadas, México ha sido impactado por dos terremotos que han dejado distintas huellas en la sociedad. Este tipo de desastres nos hace pensar sobre cómo debemos actuar; si contamos con los recursos económicos, de estructura e infraestructura y sistemas de salud adecuados, entre otros aspectos. Por lo anterior, planear las acciones en casos de desastre es indispensable, sobre todo considerar cómo la demanda de servicios hospitalarios se puede relacionar con la capacidad de la institución.Se acerca verano, y con ello la llegada de huracanes, ¿Estará Sonora preparado para ello? ¿Lo estarán sus hospitales?

Los hospitales, en caso de desastres naturales, y en particular de sismos, deben estar integrados a un sistema general de prevención, vigilancia y respuesta efectiva para la población. En este contexto, la asociación entre hospitales debe ser obligada, ya que las catástrofes pueden ocurrir en las cercanías de algunas de ellas, limitando los servicios que pueden proveer. Un ejemplo de lo anterior fue lo que ocurrió en la Ciudad de México en el terremoto de 1985, cuando la cuarta parte de la capacidad hospitalaria se perdió por el colapso de los hospitales de tercer y segundo nivel. Otro ejemplo fue el ataque a las torres gemelas, donde la cercanía del hospital New York University-Downtown Hospital, sufrió fallas críticas de su infraestructura, lo que comprometió los recursos disponibles. Sin embargo, es relativamente raro que los hospitales no tengan acuerdos para recibir pacientes de otros durante una catástrofe. Los desastres, cuyo origen puede ser natural o antropogénico, conforman ciclos que se componen de tres etapas: antes, durante y después. Cada una brinda elementos y pautas para crear un plan de acción de los sistemas de salud, ya que de nada sirve contar con recursos y que el hospital permanezca de pie, si no existe un plan determinado que organice en acciones específicas a todos y cada uno de los integrantes del hospital. Los desastres son un problema social y de salud, por ello es importante identificar cuáles son las acciones que se pueden realizar en cada etapa para disminuir los riesgos. Dentro del ciclo de los desastres, la etapa anterior a éstos es la que permite realizar acciones para reducir la vulnerabilidad de las comunidades; por ejemplo, integrar un comité hospitalario para casos de desastre que se encargará de crear el plan de acción basado en el estudio de los posibles riegos en los que se puede ver involucrado el hospital o las zonas próximas a éste. El plan de acción debe ser difundido entre los distintos miembros del hospital;es recomendable realizar simulacros y entrenamientos de manera periódica. En esta etapa otro factor fundamental es la capacitación del personal que trabaja de forma definitiva, sin olvidar a aquéllos que se encuentran en formación: residentes, internos, personal de prácticas profesionales. Todo el personal debe tener los conocimientos, las destrezas y la preparación psicológica suficientes para superar el trance del desastre y poder cumplir con sus labores con eficacia. No es suficiente enseñar, es indispensable comprobar la suficiencia individual y grupal. Se debe fomentar también la creación de redes de comunicación y coordinación dentro y fuera del hospital. En lo que respecta a la infraestructura del hospital, debe contar con señalamientos y diagramas visibles, contemplando las vías de circulación y evacuación, áreas de seguridad y zonas de expansión de la capacidad hospitalaria.

La Organización Mundial de la Salud, mediante el Programa de Hospital Seguro, establece que los hospitales son seguros cuando los servicios de salud son accesibles y funcionan a su máxima capacidad inmediatamente después de la ocurrencia de un desastre. La diferencia en términos de costos entre un hospital seguro y uno que no lo es puede ser insignificante. Pero esta inversión mínima puede representar la diferencia entre la vida y la muerte, o entre el empobrecimiento de una comunidad y su desarrollo sostenible. Por ello, la sensibilización y el compromiso son elementos que deben estar presentes tanto en los encargados de formular las políticas y las instancias decisorias como en el público en general; ¿El hospital de su localidad estará preparado? Esperemos que sí.

Dr. César Álvarez Pacheco
@cesar_alvarezp
Huatabampo, Sonora.