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En los últimos 10 años, en Estados Unidos y Canadá se han
elaborado nuevas guías para evitar jornadas de trabajo con las que se acumulen
100 a 120 horas semanales, aún frecuentes para los residentes de ambos países.
En México, la Ley Federal del Trabajo en su artículo 123 establece jornadas
laborales de ocho horas, con la finalidad de garantizar la integridad física y
mental del trabajador y mejorar su desempeño. El exceso de actividades durante
la jornada diaria y las guardias clínicas son factores que no favorecen la
actividad cognitiva indispensable para el aprendizaje. La literatura sobre la
deprivación del sueño en investigaciones de campo sustenta que esta tiene un
impacto negativo en el desempeño de los médicos internos y residentes con
incrementos en los errores clínicos y aumento en los efectos adversos
secundarios a intervenciones en los pacientes cuando son atendidos por miembros
de un personal médico fatigado. La falta de sueño produce efectos sobre la
práctica de tareas muy similares a los de la intoxicación alcohólica: 24 horas
continuadas de vigilia equivale a una concentración sanguínea de alcohol de 0.1
%, que provoca descenso en la capacidad de atención visual, en la velocidad de
reacción y en la memoria visual y el pensamiento creativo. Las jornadas
extenuantes provocan privación de sueño, que deteriora el rendimiento laboral,
provocan trastornos del carácter e incrementan las probabilidades de error. Los
problemas por rotación de turnos o jornadas de trabajo prolongadas son trastornos
del sueño, estrés, ansiedad, depresión y síndrome de desgaste profesional o burnout. Convertirse en médico
especialista es un proceso complejo que requiere arduo trabajo.
Como
“esclavitud moderna” calificó la senadora Silvia Garza, a las guardias y
jornadas de trabajo que cumplen los médicos estudiantes durante sus estancias
en las residencias, servicio social e internado de posgrado en el Sistema de
Salud Mexicano. La Senadora planteó modificar los artículos 87 y 95 de la Ley
General de Salud y reformar el 353-E de la Ley Federal del Trabajo, para
garantizar “jornadas médicas dignas” en el proceso de formación de los
profesionales de la salud, con lo cual sus turnos laborales no deberán exceder
de ocho horas en la mañana y siete por la noche. Aunque claro que la Senadora
desconoce el proceso de formación de un médico especialista, y no es que esté a
favor de un médico cansado, es que el médico “becario” es la mano de obra
barata en un Hospital y realiza trabajos y jornadas extenuantes que sin ellos,
no se tendría el personal suficiente para completar una plantilla laboral. Es
un tema y una investigación que va mas allá de una modificación en un horario
aparentemente, habría que revisar si el personal es suficiente en un hospital,
si es proporcional a la población atendida y si cuentan con lo necesario para
el ejercicio de sus funciones, algo complejo que definitivamente tendría que
consultarlo con un médico especialista, pero eso, será tema de legislación y la
pregunta a usted seria: ¿le gustaría ser atendido por alguien que lleva 36
horas de labores sin descanso? Yo tampoco.
Dr. César Álvarez Pacheco
@cesar_alvarezp
Huatabampo, Sonora.
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