
Una droga que apareció en escena la década pasada ha
comenzado a preocupar a la Organización de Naciones Unidas (ONU) y al gobierno
de Estados Unidos. Se trata de una sustancia que se creía ya controlada y
regulada. Autoridades han asegurado que la caída del consumo de cocaína, la
legalización de la mariguana y el repunte de la heroína impulsaron el regreso
del fentanilo y sus derivados, como la mezcla llamada “china white”. Surgen así
las llamadas drogas de diseño. Éstas son variantes de fármacos disponibles en
el mercado. A partir de un compuesto con efectos fisiológicos conocidos, por
medio de series de reacciones químicas, se pueden añadir o quitar segmentos a
la molécula (agregando un grupo metilo, generando una nueva sal, oxidando la
molécula, etcétera) construyendo una infinidad de compuestos con diversos
efectos en el organismo. Por ejemplo, se conocen más de cuatrocientos derivados
del fentanil y, muchos de ellos, se producen en laboratorios clandestinos. Tiene
su historia en Afganistán que, ante la escasez de heroína producida por una
enfermedad en la adormidera de opio, migró a varios países europeos en la
década pasada y de ahí brincó a otros mercados, de acuerdo con el “Informe
Mundial Sobre las Drogas 2012 de la Organización de las Naciones Unidas”. El
fentanilo, como anestésico, se usa actualmente en los hospitales de todo el
mundo en cirugías comunes y de rutina; sin embargo, se ha comenzado a tomar
cartas en el asunto para su regulación y en algunos casos se ha propuesto
retirar del mercado algunos productos con este activo, debido a que muchas
personas han muerto de sobredosis. Incluso hubo un repunte de muertes cuando
este fármaco legal comenzó a venderse en parches transdérmicos.
Los cárteles mexicanos han entrado a este negocio, con
producción de la droga en laboratorios clandestinos, de acuerdo a los diversos
medios y según reportes, podrían ser los proveedores de estos narcóticos. A
propósito de esto yo me quede con las ganas de escuchar alguna entrevista o
interrogatorio a Joaquín Guzmán, antes de ser enviado a EU. ¿Apoco usted no, querido lector?
Seguramente nos llevaríamos muchas sorpresas; pero en fin, ya nos proveerá el
vecino país del norte información que nuestras autoridades no fueron capaces de
obtener (pero que todos suponemos).
El fentanilo es 100 veces más potente que la morfina, tiene
un comienzo de acción menor a 30 segundos, el efecto puede durar hasta 60
minutos, no tiene olor. La agencia antidrogas estadounidense (DEA) coloca al
fentanilo junto al metilfenidato en la categoría II, donde figuran sustancias
que pueden generar dependencia rápidamente. Una sustancia que comienza a ser
comercializada y distribuida y bastante peligrosa ya que a poca dosis conduce a
una depresión respiratoria y muerte. Un problema que ha sido identificado y que
no debería tardar en resolverse o implementar acciones.
Dr. César Álvarez Pacheco
@cesar_alvarezp
Huatabampo, Sonora.
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