Recién entra el mes de Septiembre y
empezamos añorar la comida mexicana, cabe señalar que no es exclusivo de este
mes sin embargo es cuando nos ofertan mayormente este tipo de delicias como el
pozole, menudo, chiles en nogada, etc. Pero no falta quien nos recuerde que no
es lo más saludable llevar esa dieta a lo largo del año, veamos.
Reconociendo que los malos hábitos
alimenticios en México favorecen el alto índice de sobrepeso, obesidad y
diabetes tanto en adultos como en escolares, y que a su vez los sistemas
alimentarios son responsables de un tercio de los gases efecto
invernadero, observamos
recientemente un artículo publicado en Nature Food, sobre
cómo las nuevas Guías alimentarias saludables y sostenibles son amigables con
el medio ambiente, con el costo para las familias y con la salud de la
población mexicana, una triple ventaja que se obtiene al modificar la dieta
actual hacia la recomendada en las Guías. Las Guías alimentarias saludables y
sostenibles para la población mexicana, publicadas en 2023, buscan que la gente
vaya disminuyendo la cantidad de carne que consume y se concientice sobre la
eliminación de bebidas azucaradas y alimentos ultra procesados de sus dietas,
ya que estos no solo son los promotores de la triple carga de mala nutrición,
epidemia de obesidad, sobrepeso y desnutrición, sino que también tienen un
importante impacto en el medio ambiente por la pérdida de biodiversidad en el
uso de tierras y por su alta huella de carbono y uso de agua. Las guías
recomiendan que las personas aumenten la ingesta de vegetales, frutas, granos
enteros, leguminosas y oleaginosas (nueces, pepitas, cacahuates), propuesta que
coincide con patrones sugeridos en otras dietas consideradas saludables y
sustentables, como la publicada por la Comisión EAT-Lancet y su versión adaptada para la población mexicana. Las
nuevas guías fueron desarrolladas para incluir todas las dimensiones de la
sustentabilidad: garantizar la salud y bienestar de las personas, la equidad,
tener un menor impacto ambiental, ser accesibles, seguras y culturalmente
pertinentes. Además de ello, las guías también recalcan la importancia de la
actividad física, de disminuir los desperdicios de alimentos; incluyen la
relevancia de la lactancia materna, de la hidratación, promueven la convivencia
durante las comidas y todo esto con un enfoque de género que propone que todos
los miembros de la familia, y no solamente las mujeres, se involucren en la
preparación y demás actividades en torno a la alimentación. Según el estudio
publicado por los entrevistados en Nature Food, las dietas
derivadas de las nuevas guías son 21 % más económicas, requieren 30 % menos uso
de suelo para producirse y generan 34 % menos emisiones de gases de efecto
invernadero que la dieta que llevan actualmente los
mexicanos descrita en la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT)
2016, especialmente en la Ciudad de México y demás zonas urbanas con alta
prevalencia de dietas occidentalizadas. A diferencia de dietas como la
mediterránea, que incluyen al pescado como una fuente importante de proteína, las
nuevas guías de México solamente lo recomiendan un día a la semana y de ciertos
tipos de pescado especialmente los pequeños, luego de que, durante su
desarrollo, un amplio análisis entre expertos reconoció que por varias razones,
como la cuestión ambiental, donde la extracción nacional está en sus límites, y
por la salud, dado su alto contenido de metales pesados como el mercurio, era
mejor limitarlo a solamente un día. Otras estimaciones podrían hacer más
precisas las recomendaciones de las guías, como incluir el impacto de los
distintos cultivos y la variabilidad en la escasez de agua en las distintas
regiones del país, que podría hacer que ciertos alimentos en zonas específicas
no sean tan recomendables por incrementar su huella ambiental pero por ahora se
recomienda consumir lo de producción local y lo de temporada.
Es importante mencionar la Ley
General de Alimentación Adecuada y Sostenible aprobada en 2024, traduce el
derecho humano constitucional a la comida nutritiva, suficiente y de calidad
del artículo 4, dando énfasis al interés superior del niño y planteando un
esquema para planear, gestionar y monitorear acciones para mejorar la calidad
de la alimentación sustentable y saludable a través del Sistema Intersectorial
Nacional de Salud, Alimentación, Medio Ambiente y Competitividad (SINSAMAC) en todos
los niveles de gobierno. De implementarse adecuadamente, tendría un impacto
positivo en las canastas normativas, las compras públicas del gobierno, los
alimentos en los colegios; fortalecería la producción agroecológica de
alimentos en el campo e integraría también el cómo reducir los desperdicios. La
buena planeación, funcionamiento y gestión de los sistemas alimentarios es
imprescindible, ya que de lo contrario puede poner en riesgo la seguridad
nutricional y alimenticia de las generaciones actuales y futuras.
Dr.
César Álvarez Pacheco
cesar_ap@hotmail.com
@cesar_alvarezp
Huatabampo,
Sonora
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