domingo, 29 de septiembre de 2024

La temporada de huracanes sin huracanes.

 


El egoísmo extremo nos tiene cercanos a un punto de no retorno, al que, si llegamos, los libros y las películas ciencia ficción pasarán a estrellarnos la realidad en la cara. De hecho, ya está ocurriendo. Se mencionan los incendios incontrolables en California, los huracanes devastadores, las sequías extremas, el desgajamiento de los glaciares, las pandemias y el calor extremo. ¿No nos hemos dado cuenta?

 

La temperatura ha sido extrema como cada año, sin embargo se tienen registros de que cada verano, somos más castigados por la madre naturaleza, los efectos en el clima lo estamos viviendo con la sequía extrema que enfrentamos, incluso en la temporada de Huracanes, ¡ya no hay huracanes! Desde la tormenta tropical que no sacó la vuelta, hasta Ileana que nos dejó plantados acá en el sur del estado. Los efectos que estas elevadas temperaturas tienen sobre los humanos son la deshidratación y aumento en la viscosidad sanguínea, lo que puede favorecer eventos vasculares trombóticos. Habitualmente la respuesta a las elevadas temperaturas es la sudoración que suele no ser tan efectiva cuando la humedad es elevada, ya que el sudor no puede evaporarse, lo que puede conducir al “agotamiento por calor” que se presenta como náusea, contracturas musculares y mareo, o bien el “golpe de calor” que ocurre con delirio, piel seca y caliente y pérdida del estado de conciencia que puede llevar a la muerte. Si bien nuestro organismo ha desarrollado mecanismos de control y de regulación que mantienen el equilibrio entre compartimientos, conservando el equilibrio, no obstante, cuando existe una pérdida de agua y electrólitos se generan alteraciones en los volúmenes o en la composición de los espacios hídricos corporales, por lo que existen mecanismos de regulación que corrigen estos trastornos. Aunque las personas se pueden aclimatar a temperaturas altas, este ajuste no es inmediato, ya que tarda semanas o meses. Las personas más afectadas son los niños y los adultos mayores, los enfermos del corazón, sistema respiratorio y enfermedad renal. Todos aquellos que trabajan en exteriores también son sujetos de riesgo, lo mismos que los atletas audaces que realizan ejercicio al aire libre en horas donde el sol aún golpea fuerte. Una constante que se observa en los países en desarrollo es la preocupación por el número de personas adultas mayores, que crece con el paso de los años, así como su porcentaje en relación con la población general. Un ejemplo es México, pues se decía que, en el año 2015, 3 de cada 10 mexicanos eran menores de 15 años (27.6%) y solo uno mayor de 60 años (10%), pero para el 2050 se considera que sólo 2 de cada 10 será menor de 15 años, y los adultos mayores tendrán un poco más del 20% en la participación poblacional; aunque algunas expectativas son de casi 3 de cada 10 personas. El sistema inmune de los mayores de 65 años ya no es tan eficiente y combaten a los agentes infecciosos con mayor dificultad; disminuye la sensación de sed, lo que favorece que se deshidraten; habitualmente padecen otras condiciones de salud como diabetes, hipertensión, enfermedades cardiovasculares o enfermedad renal crónica. Esta última, en casos de calor extremo, tiende a descontrolarse. Cuando padecen demencias aumenta el deterioro cognitivo y la posibilidad de hospitalización.

 

Por otro lado, sabemos que la sequía aumenta la contaminación atmosférica, problemas de desnutrición por la degradación del suelo y disminución de las áreas para cultivo; además, la falta de agua altera las medidas de higiene y esto facilita enfermedades por vectores y parasitosis. Por si esto fuera poco, los vectores de enfermedades como el Dengue, entre varias otras, al alterarse los ecosistemas han permitido que los hábitats de los hospederos de estos agentes se hayan modificado y permite que, en zonas donde antes no existía la enfermedad, ahora se reporte su presencia como precisamente está sucediendo, o incluso que se reporten brotes continuamente aún con trabajos para la contención del mismo. Hoy nos reportan que la presa que abastece el sur se encuentra al 2% de su capacidad, este verano no nos llovió como se esperaba y en la temporada de huracanes, no hubo ninguno. ¿Qué nos espera? ¿Qué sigue? ¿Lo tomarán en cuenta los actuales alcaldes en sus municipios? Veremos.

Dr. César Álvarez Pacheco

cesar_ap@hotmail.com

@cesar_alvarezp

Huatabampo, Sonora

 

domingo, 22 de septiembre de 2024

Las nuevas Guías alimentarias.

 


Recién entra el mes de Septiembre y empezamos añorar la comida mexicana, cabe señalar que no es exclusivo de este mes sin embargo es cuando nos ofertan mayormente este tipo de delicias como el pozole, menudo, chiles en nogada, etc. Pero no falta quien nos recuerde que no es lo más saludable llevar esa dieta a lo largo del año, veamos.

 

Reconociendo que los malos hábitos alimenticios en México favorecen el alto índice de sobrepeso, obesidad y diabetes tanto en adultos como en escolares, y que a su vez los sistemas alimentarios son responsables de un tercio de los gases efecto invernadero, observamos recientemente un artículo publicado en Nature Food, sobre cómo las nuevas Guías alimentarias saludables y sostenibles son amigables con el medio ambiente, con el costo para las familias y con la salud de la población mexicana, una triple ventaja que se obtiene al modificar la dieta actual hacia la recomendada en las Guías. Las Guías alimentarias saludables y sostenibles para la población mexicana, publicadas en 2023, buscan que la gente vaya disminuyendo la cantidad de carne que consume y se concientice sobre la eliminación de bebidas azucaradas y alimentos ultra procesados de sus dietas, ya que estos no solo son los promotores de la triple carga de mala nutrición, epidemia de obesidad, sobrepeso y desnutrición, sino que también tienen un importante impacto en el medio ambiente por la pérdida de biodiversidad en el uso de tierras y por su alta huella de carbono y uso de agua. Las guías recomiendan que las personas aumenten la ingesta de vegetales, frutas, granos enteros, leguminosas y oleaginosas (nueces, pepitas, cacahuates), propuesta que coincide con patrones sugeridos en otras dietas consideradas saludables y sustentables, como la publicada por la Comisión EAT-Lancet y su versión adaptada para la población mexicana. Las nuevas guías fueron desarrolladas para incluir todas las dimensiones de la sustentabilidad: garantizar la salud y bienestar de las personas, la equidad, tener un menor impacto ambiental, ser accesibles, seguras y culturalmente pertinentes. Además de ello, las guías también recalcan la importancia de la actividad física, de disminuir los desperdicios de alimentos; incluyen la relevancia de la lactancia materna, de la hidratación, promueven la convivencia durante las comidas y todo esto con un enfoque de género que propone que todos los miembros de la familia, y no solamente las mujeres, se involucren en la preparación y demás actividades en torno a la alimentación. Según el estudio publicado por los entrevistados en Nature Food, las dietas derivadas de las nuevas guías son 21 % más económicas, requieren 30 % menos uso de suelo para producirse y generan 34 % menos emisiones de gases de efecto invernadero que la dieta que llevan actualmente los mexicanos descrita en la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) 2016, especialmente en la Ciudad de México y demás zonas urbanas con alta prevalencia de dietas occidentalizadas. A diferencia de dietas como la mediterránea, que incluyen al pescado como una fuente importante de proteína, las nuevas guías de México solamente lo recomiendan un día a la semana y de ciertos tipos de pescado especialmente los pequeños, luego de que, durante su desarrollo, un amplio análisis entre expertos reconoció que por varias razones, como la cuestión ambiental, donde la extracción nacional está en sus límites, y por la salud, dado su alto contenido de metales pesados como el mercurio, era mejor limitarlo a solamente un día. Otras estimaciones podrían hacer más precisas las recomendaciones de las guías, como incluir el impacto de los distintos cultivos y la variabilidad en la escasez de agua en las distintas regiones del país, que podría hacer que ciertos alimentos en zonas específicas no sean tan recomendables por incrementar su huella ambiental pero por ahora se recomienda consumir lo de producción local y lo de temporada.

 

Es importante mencionar la Ley General de Alimentación Adecuada y Sostenible aprobada en 2024, traduce el derecho humano constitucional a la comida nutritiva, suficiente y de calidad del artículo 4, dando énfasis al interés superior del niño y planteando un esquema para planear, gestionar y monitorear acciones para mejorar la calidad de la alimentación sustentable y saludable a través del Sistema Intersectorial Nacional de Salud, Alimentación, Medio Ambiente y Competitividad (SINSAMAC) en todos los niveles de gobierno. De implementarse adecuadamente, tendría un impacto positivo en las canastas normativas, las compras públicas del gobierno, los alimentos en los colegios; fortalecería la producción agroecológica de alimentos en el campo e integraría también el cómo reducir los desperdicios. La buena planeación, funcionamiento y gestión de los sistemas alimentarios es imprescindible, ya que de lo contrario puede poner en riesgo la seguridad nutricional y alimenticia de las generaciones actuales y futuras.

Dr. César Álvarez Pacheco

cesar_ap@hotmail.com

@cesar_alvarezp

Huatabampo, Sonora

 

domingo, 15 de septiembre de 2024

¿Qué decir y que no decir?

 


Muchas veces el dialogo al estar dentro de un hospital no es sencillo, no a todos nos enseñan que decir en diferentes circunstancias y más aún a sabiendas de que el vocabulario de un médico puede llegar a ser, para un paciente, bastante complejo. ¿Qué decir o qué no decir? Veamos.

 

Un estudio recientemente de la revista Clínica Mayo, dentro de las perspectivas y controversias mencionan; el “Qué no decir, en pacientes con enfermedades graves”. El articulo (al igual que la lógica) habla de que el diálogo debe ser sincero y sensible. Hoy se ha vuelto un desafío el dialogo médico paciente en unidades como la terapia intensiva, donde las emociones están a punto de ebullición por la complejidad de la situación en esa area; en esos lugares se ven casos como insuficiencia cardiaca avanzada, cáncer terminal o enfermedad pulmonar terminal, y lo ideal  es ofrecer un dialogo con una expectativa realista. Existen palabras o frases que no solo carecen de beneficio sino que también pueden causar daño emocional y acentuar las diferencias. El modelo REDE (Relación: Establecimiento, Desarrollo y Compromiso) de la Clínica Cleveland enfatiza la naturaleza inherentemente relacional de la atención médica y el beneficio terapéutico recíproco. Las conversaciones C.L.E.A.R. (Connect, Listen, Empathize, Align and Respect) de Henry Ford Health en Detroit, Michigan, se basan en actores improvisadores y juegos de roles para facilitar el aprendizaje experiencial de conversaciones difíciles. Ambos modelos son bien aceptados para tratar de comunicar mejor situaciones complejas. Idealmente, la comunicación con pacientes gravemente enfermos incorpora elementos de la orientación relacional médico paciente. Estos modelos utilizan tácticas, como preguntar-contar-preguntar, en las que un médico hace una pregunta de referencia para evaluar la comprensión, por ejemplo: “¿Qué le han dicho otros médicos hasta ahora sobre su insuficiencia cardíaca?”, luego le da al paciente información sobre el pronóstico y el tratamiento, y luego sigue con una “segunda pregunta”; “¿Qué preguntas tiene sobre lo que he compartido?”; “¿Cómo le explicaría esto a su familia?”. Estos simples ejemplos basados en los modelos, facilitan por mucho la comprensión de la situación para las y los pacientes. La comunicación sobre enfermedades graves en una era de terapias altamente avanzadas pone a prueba incluso los mejores modelos y tácticas, incluso cuando los médicos tienen tiempo adecuado para solicitar los valores y objetivos del paciente y para deliberar durante el período de toma de decisiones. El verbo “necesitar” también es una palabra que nunca se usa en contextos particulares. Cuando un médico dice, por ejemplo, “Su madre necesita ser intubada” o “Ella necesita un trasplante”, la declaración efectivamente cierra la deliberación sobre las prioridades de un paciente. En cambio, pedir permiso para considerar lo que es posible puede redistribuir la decisión en tales situaciones. Por ejemplo, reemplazar: “Ella necesita un trasplante” por “Su corazón está empeorando. ¿Podemos hablar sobre lo que eso significa y qué hacer a continuación?” indica apertura a la toma de decisiones compartida, en lugar de emitir una decisión unilateral. Una comunicación más reflexiva e intencional redistribuye el poder hacia el paciente. En otro estudio específico sobre el tratamiento del cáncer, se les pidió a los médicos que indicaran palabras o frases que nunca utilizarían con un paciente. Muchas de sus respuestas ilustran la dinámica de poder existente en la prestación de servicios de salud. “No nos preocupemos por eso ahora” no es solo una respuesta no válida a la preocupación legítima de un paciente, sino que es despectiva. “Tienes suerte de que sólo sea la etapa 2” es presuntuosa, y supone que el paciente debería sentirse agradecido, sin permitir que el paciente sienta ansiedad y miedo por tener cáncer.

 

Los médicos-educadores pueden llamar la atención sobre esas palabras que no se deben usar de múltiples maneras. La integración de debates en cursos establecidos sobre cómo llevar a cabo conversaciones clínicas difíciles puede mejorar la conciencia y la razón para abandonar esas palabras y frases. De hecho, cualquier grupo médico, consultorio o sistema de salud podría incorporar dichas discusiones en foros de desarrollo profesional, como una oportunidad para los médicos clínicos pueden identificar palabras que han usado con los pacientes y que deberían reemplazarse porque hacen daño. Presentarles a los médicos clínicos el concepto de palabras que nunca se deben usar y luego invitarlos a proponer sus propias palabras que nunca se deben eliminar es un posible punto de partida. Observar lo que en ocasiones no parece tener importancia es a veces muy valioso para alguien más, ser empático con nuestros pacientes y mejorar la comunicación es tan importante que definitivamente es parte de su tratamiento.

Dr. César Álvarez Pacheco

cesar_ap@hotmail.com

@cesar_alvarezp

Huatabampo, Sonora

 

domingo, 8 de septiembre de 2024

Medicina estética ¿Amigos o enemigos?

 


Hoy en estos tiempos de redes sociales y apariencias, se ha puesto de moda el darse una “retocada” cuando la persona así lo decide; desde lipos, rinoplastias, lipoescultura, transferencia, etc. Pero ¿Qué pasa cuando van más allá? ¿Qué pasa si la persona con la que acudes, no es un profesional? Veamos.

 

La Medicina estética, que es una sub especialidad de la especialidad de dermatología, se ocupa principalmente de las preocupaciones de belleza y apariencia de un individuo. Ha evolucionado a lo largo del tiempo y ha sido motivo por el cual médicos eligen esta sub especialidad en donde cada congreso luce abarrotado, incluso por médicos que aún no son especialistas. Hoy los médicos sin especialidad, acuden también a congresos o diplomados para realizar una práctica que en ocasiones se exceden de los límites, es decir, no significa que no puedan acudir pero tampoco deben rebasar sus límites. El auge por el glamour, la presión social y los altos ingresos nos han orillado a creer que puede ser algo inocuo o incluso sin consecuencias, pero no es así. El exceder el límite profesional es invadir el derecho del paciente. El arte y la ciencia de la medicina estética, que exige un alto nivel de adquisición de habilidades, formación y conocimientos cientificos. Una belleza mejorada y la voluntad de ser adorado por todos ha sido el deseo de los humanos a lo largo del tiempo a través de la evolución. La medicina estética se ocupa de este aspecto psicosocial del ser humano que incorpora procedimientos o cirugías que se realizan para alterar la estructura, el color, la textura o la apariencia del cuerpo de una persona. Se presenta a menudo como un campo desafiante de la medicina, donde puede ser difícil cumplir con las expectativas indebidas de los pacientes con las complicaciones contraintuitivas asociadas, y separadas solo por una delgada línea ¿puedo tener complicaciones o resultados inesperados? ¡Claro!. Más a menudo, los clientes estéticos que buscan un rostro y un cuerpo perfectos e ideales se convierten en víctimas de afirmaciones tentadoras e inadvertidas que carecen de base científica, personas que incluso no tienen un título profesional, realizando procedimientos para los cuales no se está calificado. La medicina estética no solo se limita a mejorar la belleza, la textura o la apariencia, sino también a la terapéutica en casos de trastornos pigmentarios, acné vulgar con cicatrices en la cara y pérdida de cabello en individuos jóvenes que pueden tener consecuencias físicas, emocionales y psicológicas. Las implicaciones psicológicas son más evidentes debido al estigma social percibido en áreas con bajos estándares de atención médica social. Estas entidades visibles y clínicamente evidentes pueden afectar la calidad de vida y la salud mental de los pacientes. Con todo esto, la tendencia generalizada cambia con la evolución de las industrias estéticas y las clínicas han tenido un desenfrenado crecimiento a nivel mundial. Los procedimientos comunes que realizan otros profesionales incluyen el bótox y los rellenos realizados por esteticistas, el trasplante de cabello realizado por técnicos, el peeling químico realizado por esteticistas, la reparación del lóbulo de la oreja realizada con pegamento en joyerías, incluso también las cirugías de piel y los láseres realizados en salones de belleza. Este escenario es más evidente en los países de ingresos bajos y medios donde los estándares de salud social son bajos y las regulaciones y leyes que los respetan son deficientes. Como decimos en México: Zapatero a tus zapatos, ¿no?

 

La medicina es una profesión que si bien nos lleva a estar en constante aprendizaje, no significa que podamos realizar o estar aptos para algún procedimiento; se necesita estar además de calificado, certificado para ello, es decir ¿Cuáles son mis credenciales? ¿Quién me avala que se realizar el procedimiento? ¿Se resolver las complicaciones? Son muchas las preguntas que pueden surgir, sin embargo las dudas más legítimas, sin duda, es la del paciente; la de usted.

Dr. César Álvarez Pacheco

cesar_ap@hotmail.com

@cesar_alvarezp

Huatabampo, Sonora

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

domingo, 1 de septiembre de 2024

La fecha de caducidad.

 


En muchos hogares tenemos la costumbre de tener algún medicamento “por si acaso”, nunca falta algún dolor, una molestia por una indigestión o bien, padecimientos crónicos que hacen que tengamos los medicamentos almacenados por algún tiempo. ¿Qué hacer con los caducados? ¿Sirven? Imagínese si esto sucede en un hospital; ¿Los tiran? Veamos.

 

La fecha de caducidad de un medicamento se basa en la estabilidad del fármaco en su envase o recipiente original, no abierto ni manipulado. La fecha no implica que el fármaco sea inestable más allá de la fecha de caducidad del envase; el significado real de la fecha de caducidad es que, en base a estudios reales o extrapolaciones de estudios de degradación, el medicamento en su envase original será estable hasta la fecha indicada. Debemos tener en cuenta que cuando se alcanza la fecha de caducidad, pueden resultar afectadas las propiedades del medicamento, ya sean estas químicas, físicas, terapéuticas, toxicológicas o microbiológicas. Aunque la mayoría de los estudios afirman que consumir un medicamento que ha caducado hace pocos meses no conlleva un peligro real para nuestra salud, lo más aconsejable es deshacernos de dicho fármaco para evitar posibles efectos adversos. El indicador tradicional de que un medicamento ha alcanzado la vida útil ha sido la cantidad de fármaco en el producto y se refiere al tiempo en el cual este consigue el 90% de lo indicado en la etiqueta; cuando el medicamento contiene más de un fármaco, se considera como fecha de caducidad el tiempo que tarda el primero de ellos en alcanzar esta cantidad. Sin embargo, a fin de garantizar la calidad, la seguridad y la eficacia de los medicamentos se requiere que se consideren más criterios, los cuales se conocen como especificaciones de estabilidad y comprenden, además de las cantidades de fármacos en el producto. La estabilidad de un medicamento depende, entre otros factores, de su forma farmacéutica. Por ejemplo, las formas farmacéuticas líquidas, tales como las soluciones, suspensiones o jarabes, no son tan estables como las formas sólidas. En estas últimas debemos fijarnos si hay algún cambio en el color o aspecto físico: aunque suele ser un signo de la degradación del excipiente y no del principio activo, debemos desechar ese fármaco como precaución. Lo mismo ocurriría en el caso de que notáramos cualquier grado de turbiedad, cambios de color o aspecto en una solución inyectable. No obstante, uno de los factores que más afecta a la conservación de un medicamento es la temperatura. Es por ello que siempre se aconseja almacenarlos en lugares frescos y secos y asegurarse de que no sufren cambios bruscos de temperatura. Los estudios de estabilidad se realizan con base en guías estandarizadas. La norma oficial mexicana (NOM-073-SSA1-2015, Estabilidad de fármacos y medicamentos, así como de remedios herbolarios, Diario Oficial de la Federación, 7 de junio de 2016) está basada en guías internacionales, principalmente las de la OMS y del Consejo Internacional de Armonización (International Council of Harmonization, ICH). Las guías y la NOM establecen condiciones de almacenamiento y tiempos de análisis para cada tipo de medicamento, así como criterios de aceptación para demostrar, con evidencia científica, un periodo de vida útil.

 

En México, para indicar el tiempo de vida útil en la etiqueta de un medicamento, debe contarse con la aprobación de la Comisión Federal para la Prevención contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS). De manera general, los periodos de vida útil son de 24 meses; sin embargo, dependiendo del tipo de medicamento, pueden ser menores. Los periodos de vida útil más cortos tienden a ser los de medicamentos de origen biológico (por ejemplo, vacunas, biotecnológicos o probióticos), algunos de los cuales requieren refrigeración, congelación o ultracongelación. De acuerdo con la NOM, los estudios de estabilidad se realizan en el mismo empaque (sistema contenedor-cierre) que se utiliza para su almacenamiento y distribución. Las etiquetas deben indicar las condiciones de almacenamiento de los medicamentos y se realizan principalmente tres estudios: Estabilidad de anaquel, estabilidad de uso, y fotosensibilidad. En EU, existe el Programa de Extensión de Vida de Anaquel (Shelf-Life Extension Program, SLEP) que surgió como un acuerdo intrainstitucional entre el Departamento de Defensa y la FDA para extender la vida útil de medicamentos a punto de caducar. Finalmente, hay que destacar que la recomendación de uso de un medicamento debe basarse en la seguridad del paciente, lo cual se logra combinando la evidencia científica disponible del producto y el principio primum non nocere.

Dr. César Álvarez Pacheco

cesar_ap@hotmail.com

@cesar_alvarezp

Huatabampo, Sonora