Poco después
de su creación, nadie entendía que tipo de programa era, o si tenía algún
beneficio tangible. Nadie quería estar afiliado por que no significaba un apoyo
económico, vamos, estaban tan acostumbrados a los programas sociales, que lo
que menos les importaba en aquel entonces, era precisamente su salud.
En abril del
2003 se aprueba una reforma a la Ley General de Salud que dio origen al Sistema
de Protección Social en Salud, diseñado en aquel entonces por un grupo de
médicos encabezados por Julio Frenk precisamente con sentido social para
otorgar una atención médica ara todos aquellos que no cuentan con alguna
afiliación, es decir: “la población abierta”. Un esquema asistencial en donde
primero se estudió la evolución de la población 40 años atrás, para poder
observar la visión con sentido social a futuro. Un esquema para todos aquellos
que no eran asalariados, como la gran mayoría de los productores del campo,
ejidatarios, comuneros, pequeños propietarios, los trabajadores por cuenta
propia del campo y la ciudad, plomeros, electricistas, etc., los pequeños
comerciantes, los profesionistas en el ejercicio libre de su profesión, todos
los que cobran por honorarios o comisión, las personas que están fuera del
mercado de trabajo, amas de casa, estudiantes, personas con alguna discapacidad
permanente y los que, estando en el mercado de trabajo, no consiguen empleo: en
total, la mitad de la población sin seguridad social en aquel entonces. Así
nacía el Seguro Popular. A su inicio, se tenía que afiliar a la población, es
decir, nutrir un padrón de beneficiarios para llevar a cabo un control y
registro de datos básicos, para otorgar una cobertura en una red de hospitales
en donde se prestaba la atención, la red de hospitales eran capacidad instalada,
responsabilidad de cada estado, es decir, no tengo las mismas enfermedades en
Chiapas, que en Chihuahua; ni la misma cantidad de pacientes en Jalisco, que en
Colima. Entonces necesitaban individualizar el gasto conforme a presupuesto de
base cero, para otorgar una equidad con relación a presupuestos y necesidades
de cada entidad federativa. Al principio no se le ponía mucha atención por
parte de la población hasta que comenzaron a ver los beneficios; iniciaron con
un paquete básico de cobertura de 52 atenciones, atención primaria como
consultas de medicina general y programas básicos de cobertura de vacunación,
entre otros, además atención hospitalaria y cirugías complejas. Después
agregaron un apartado de gastos catastróficos, donde garantizaba la atención a
los 10 tipos de cáncer mas frecuentes en el país. La población comenzó a notar
el beneficio y a disminuir el gasto de bolsillo; los estados empezaron a
recibir recursos por atenciones otorgadas y comenzaron a aumentar la plantilla
de los hospitales y a construir otros nuevos. Llegó el otro sexenio y se quedó
con lo que parecía prometedor, agrego un apartado que se llamó: Seguro Médico
Siglo XXI, y le apostó con todo a la infancia; la obertura creció a más de 250
acciones y la cobertura de gastos catastróficos de amplió a otras enfermedades
como las denominadas, como “raras”, con un presupuesto de más de 40 mil
millones de pesos. Comenzaron a construir hospitales de segundo y tercer nivel
y se equiparon los que ya estaban. El seguro Popular fue reconocido a nivel de
la OMS por su sentido social. Llegó un nuevo sexenio, pero ahora con un partido
distinto, y estos no dudaron en mantenerlo, adoptarlo y enriquecerlo;
cualquiera hubiese pensado que sería un error quitarlo y comenzar de cero, era
ya mucho lo ganado y parecía ser un esquema “casi” completo pero sustentable
financieramente hablando. Había cada vez más controles para el manejo de
recursos debido a que algunos estados comenzaron hacer mal uso de los mismos y
no destinarlo a donde verdaderamente iba, a la salud de su población. Se
diseñaron estrategias para que no sucediera y se amarro las manos a algunos
gobernadores, con todo y esto, buscaban no dañar a la población ni al beneficio
del programa de lo que hoy, solo queda la anécdota.
A la llegada
del gobierno en turno sin discutirse en la cámara, se presentó una reforma que se
aprobó y el 29 de noviembre de 2019, fue publicado en el Diario Oficial de la
Federación el decreto que daba a una nueva política pública que sustituiría al
Seguro Popular y entró en vigor el 1 de enero de 2020. El resultado usted ya lo
sabe y quizá ya lo padeció. ¿Hacia dónde vamos? Seguro Popular se construyó
durante 16 años, ¿Cuánto tardará el nuevo esquema? ¿Hay que voltear al pasado
para observar el futuro? Cuando menos, para recordarlo.
Dr.
César Álvarez Pacheco
cesar_ap@hotmail.com
@cesar_alvarezp
Huatabampo,
Sonora
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