Escuché la semana pasada comentar a un
personal de salud: “Es que el medicamento no le hace efecto”, y aunque mucho
esconde la frase, la realidad es que el paciente no llevaba una buena
adherencia al tratamiento, es decir; no lo tomaba, o lo tomaba “solo cuando se
sentía mal” obviamente el paciente ingreso con una complicación temprana,
derivado de esta “mala costumbre”.
La Organización Mundial de la Salud
(OMS) define “adherencia terapéutica” como “el grado en que el comportamiento
de una persona, tomar el medicamento, seguir un régimen alimentario y ejecutar
cambios del modo de vida, se corresponde con las recomendaciones acordadas de
un prestador de asistencia sanitaria”. Para hacer referencia a la puesta en
práctica o a la ejecución de las recomendaciones de salud y/o terapéuticas se
han utilizado indistintamente los términos “cumplimiento” y “adherencia”.
Hablar de cumplimiento refleja una conducta meramente pasiva (por parte del
paciente) o activa (por parte del médico y/o personal sanitario), dando así
importancia o “culpando” sólo a una de las dos partes. Por otro lado, la
adherencia terapéutica implica una diversidad de conductas, siendo considerada
como un fenómeno múltiple y complejo y refiriéndose al grado en el que el
comportamiento del paciente coincide con las recomendaciones acordadas entre el
profesional sanitario y el paciente. Por lo tanto, este término engloba
responsabilidad de las “dos partes” (paciente y médico), donde resalta tanto la
participación activa del paciente como la responsabilidad del médico para crear
una adecuada comunicación que facilite la toma de decisiones compartidas. La
falta de adhesión del paciente a los medicamentos recetados plantea un reto
importante a la comunidad global de la salud, por lo que se ha convertido en un
tema de gran interés y objeto de gran cantidad de estudios; es por ello que,
desde hace varias décadas, se han llevado a cabo múltiples investigaciones e
intervenciones, algunas de manera intensiva, para mejorar la adherencia a los
medicamentos, las cuales sólo han mostrado resultados modestos y apenas
concluyentes. Una posible explicación a esto es que la falta de adherencia es
multifactorial; incluso Haynes (1976) identificó más de 200 variables
relacionadas con la adherencia, por lo que una intervención exitosa, en la cual
se logre abarcar cada uno de los factores causantes, resulta sumamente
complicada y se ha convertido en un verdadero reto en materia de salud pública,
a pesar de los esfuerzos significativos realizados por reconocidos
investigadores en la materia. La falta de adherencia terapéutica es la
herramienta que se utiliza para cuantificar la magnitud con la que el paciente
sigue o no las instrucciones médicas, lo cual implica la falta de aceptación de
un diagnóstico y su incidencia en el pronóstico; cuando el seguimiento de las
instrucciones es negativo, el pronóstico empeora y los resultados pueden ser
desfavorables. Gracias a los avances en el campo de la medicina en los últimos
años, se han logrado crear medicamentos altamente efectivos y de fácil
administración para atacar las enfermedades con mayor prevalencia y las que
presentan un mayor índice de morbimortalidad como es la hipertensión; de forma
paradójica, estos avances en herramientas diagnósticas y a nivel farmacológico
han logrado controlar las cifras de presión arterial en los pacientes
hipertensos, pero no han logrado reducir exitosamente la morbimortalidad
cardiovascular, siendo la baja adherencia y/o la falta de persistencia al
tratamiento prescrito uno de los principales factores que contribuyen a la
falta de control de la enfermedad.
Las enfermedades crónico-degenerativas
van en aumento y en algunos países han logrado superar incluso la prevalencia
de las enfermedades infecciosas. A este cambio en la prevalencia mundial de las
enfermedades se ha denominado transición epidemiológica. De este modo, las
enfermedades cardiovasculares ocupan el primer lugar de morbimortalidad en más
del 75% de los países a nivel mundial y son la principal causa de muerte en
América Latina. Son muchos los factores relacionados con el tratamiento que
influyen sobre la adherencia; los más relevantes se vinculan con la complejidad
del régimen médico, la duración del tratamiento, los fracasos terapéuticos
anteriores, los cambios constantes en el tratamiento, los efectos adversos y la
disponibilidad de apoyo médico para tratarlos. “Los medicamentos no funcionan
en los pacientes que no se los administran”, frase atribuida al Doctor Charles
Everett Koop (1916-2013), reconocido cirujano pediatra estadounidense y experto
en salud pública. Cuando sienta que su medicamento no hace efecto: Consulte a
su médico.
Dr.
César Álvarez Pacheco
cesar_ap@hotmail.com
@cesar_alvarezp
Huatabampo,
Sonora
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