El tabaquismo continúa siendo a día de
hoy uno de los problemas de salud pública más importantes y la primera causa de
muerte evitable. La Organización Mundial de la Salud estima que, de las más de
8 millones de personas que mueren anualmente a causa del tabaco, alrededor de 7
millones son víctimas directas de su consumo. Por eso México, después de muchos
años da un paso adelante en este tema.
A pesar de los argumentos esgrimidos por
los fumadores (especialmente por aquellos que no quieren dejar de fumar), fumar
tabaco rara vez es una decisión libre llevada a cabo por un adulto informado.
Como ocurre con muchas otras sustancias, los primeros consumos se realizan más
por presión grupal que por el efecto del tabaco per se. De hecho, suele
resultar aversivo en los consumos iniciales. A medida que la conducta adictiva
se instaura, tampoco se fuma porque se quiere, sino porque existe una evidente
falta de control sobre la nicotina. La gran mayoría de los fumadores son
conscientes de que fumar genera potenciales problemas de salud a múltiples
niveles. Sin embargo, al intentar dejar los cigarrillos aparecen sensaciones
físicas y psicológicas desagradables (esto es, el síndrome de abstinencia) que
solo parecen aliviarse fumando. Algunos fumadores consiguen romper este bucle
adictivo sin ninguna ayuda (lo que se denomina autocambio). Otros muchos
precisan de algún tipo de recurso externo. El tratamiento psicológico y/o
farmacológico son las opciones más eficaces y más comúnmente empleadas. Por
otra parte, en contra del tópico equivocado de que la prohibición alimenta el
problema de las drogas, las medidas de regulación legal pueden constituir un
recurso altamente eficaz para ayudar a las personas a dejar de fumar, o al
menos a reducir significativamente su consumo. En México, es sabido que
desobedecer las leyes es una práctica muy común, a pesar de los beneficios que
pueda generar. Aun así, México ha puesto en vigor una de las leyes antitabaco
más estrictas del mundo al promulgar una prohibición total de fumar en lugares
públicos. El primer paso de esta ley se dio en 2021 y también incluye la
prohibición de la publicidad del tabaco. Varios otros países latinoamericanos
también han aprobado leyes para crear espacios públicos libres de humo, sin
embargo, la legislación de México se considera la más sólida y amplia de la
región. A partir del lunes 16 de enero, distintos establecimientos comerciales
deberán dejar de exhibir, directa o indirectamente, la publicidad y los
productos elaborados con tabaco debido a la reforma del Reglamento de la Ley
General para el Control del Tabaco. El 16 de diciembre pasado se publicó en el
Diario Oficial de la Federación (DOF) un Decreto que incluye diversas
disposiciones en la Ley General para el Control del Tabaco como la eliminación
de zonas para fumar en restaurantes, bares, hoteles, salones de fiestas,
centros comerciales, o cualquier comercio. La ley existente de México de 2008,
que creó espacios libres de humo en bares, restaurantes y lugares de trabajo,
ahora se amplía a una prohibición total en todos los espacios públicos, es
decir, elimina las “áreas para fumadores”. Eso incluye parques, playas,
hoteles, oficinas y restaurantes. La ley antitabaco 2023 establece multas
económicas desde 60 mil y hasta medio millón de pesos, así como la posible
clausura del establecimiento; así que, a tomar nota. El Reglamento a la Ley
General de Control de Tabaco, mejor conocido como la ley antitabaco 2023 entró
en vigor desde el pasado domingo 15 de enero, con lo que los restaurantes,
plazas comerciales, tiendas y cualquier establecimiento comercial que incumpla
con la exhibición directa de cigarros podría hacerse acreedor a multas.
Los restaurantes tampoco podrán ofrecer
servicio con opción de mesa para fumar, de acuerdo con los cambios al
Reglamento de la Ley General para el Control del Tabaco, vaya ni áreas para
fumar, ni terrazas ni sótanos, azoteas o cuartos reservados. Actualmente, en
México los gastos de atención médica atribuibles al tabaquismo se calculan en más
de 116 mil millones de pesos, por lo que impactaría directamente en la atención
a la salud. Parece que ahora si van en serio, y tal vez sea hora de voltear a
ver a las bebidas azucaradas.
Dr.
César Álvarez Pacheco
cesar_ap@hotmail.com
@cesar_alvarezp
Huatabampo,
Sonora
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