Dejar a los niños en
guardería es un gran apoyo para las madres de familia sobre todo para las
madres y padres trabajadores con horarios ajustados. Sin duda para ellos es un
descanso ya que saben que se encuentran en un lugar seguro donde habrá personal
capacitado para otorgarles la mejor atención, pero esta confianza es
interrumpida cuando uno de los niños se enferme y transmite la enfermedad a
otro, esto se conoce como un “brote” y puede llegar a medidas tan drásticas
como el cierre momentáneo del establecimiento.
La enfermedad de mano,
pie y boca, es una infección viral, frecuente en niños menores de 5 años,
también se puede presentar en niños mayores, adolescentes y adultos, pero en
menor frecuencia, es caracterizada por fiebre, ulceras en boca y erupción en
manos y pies y se puede extender a otras partes del cuerpo. Se presenta con
mayor frecuencia en verano y otoño. Se caracteriza por lesiones en la piel, con
ampollas o vesículas, fiebre de bajo grado, anorexia, y dolor en la mucosa
bucal, de manera que se realiza el diagnóstico diferencial del resto de los
exantemas infecciosos en la infancia como varicela, herpes, virus e infecciones
por enterovirus, entre otras. Por otra parte, el período de incubación del
virus es de 4-6 días y por ser una enfermedad leve, casi todos los pacientes se
recuperan en un plazo de 7-10 días sin tratamiento médico. No es común que se
presenten complicaciones y el riesgo de infección puede reducirse solo con
practicar buena higiene. El culpable es
el virus Coxsackie es muy contagioso y
se trasmite fácilmente de persona a persona. El niño se contagia si alguien
tose o estornuda cerca de él; también, si está en contacto con las ampollas o
deposiciones puede seguir contagiando en las semanas siguientes. Puede suceder
que dicha enfermedad no siempre se manifieste con todos los síntomas clásicos;
sin embargo, la fiebre es lo primero en aparecer, seguida de las erupciones cutáneas
sin picazón en unos pocos días. Aunque le debe su nombre a las áreas del cuerpo
que comúnmente se ven afectadas (las palmas de las manos, las plantas de los
pies, el interior o alrededores de la boca), las erupciones también pueden
aparecer en las rodillas, los codos, los glúteos o el área genital. El primer
reporte de la enfermedad ano pie boca, fue realizado en el verano de 1957, en
un brote en niños de Toronto, Canadá, siendo cultivado el enterovirus Coxsackie.
Ocho años antes, investigadores del departamento de virología de Nueva York, de
los Estados Unidos, estaban buscando nuevos virus contra la poliomielitis, ya
que había una epidemia en ese Estado y empezaron a ver niños enfermos con
síntomas similares a los de la poliomielitis provenientes de un pueblo llamado
Coxsackie, N.Y., recuperando de las heces de los niños un virus desconocido,
por lo que se le asignó el nombre del pueblo de donde provenían esos niños. El
virus se propaga de persona a persona, o de fómites contaminados por el virus,
como saliva, heces, y secreciones respiratorias. Los factores de riesgo y los
patrones de transmisión incluyen: condiciones meteorológicas como la humedad
relativa, la temperatura y las lluvias que tienen una fuerte influencia en la
propagación del virus.
La enfermedad mano pie
boca, es un padecimiento común en nuestra región, todo el año se presentan
niños con este padecimiento y se han producido tres brotes en los últimos cinco
años. En las épocas en que ocurre un brote, en nuestra ciudad, las guarderías,
maternales y preescolares, las cuidadoras de los niños, les revisan la boca y
las manos y si tienen exantema, vesículas y/o ulceras, los envían a sus casas
para evitar mayor contagio, aunque sabemos que esto no es suficiente. Los niños
enfermos, en sus casas, contagiaran a otros niños o adultos, como padres,
hermanos, primos, amigos. La manera de prevenir la enfermedad de manera
efectiva, es con una higiene personal adecuada, lavado de manos, desinfección
correcta de las superficies en los centros de cuidado infantil y en casa. La escasez
de reportes sobre la enfermedad mano pie boca, en nuestro país, puede explicarse
por siguientes factores: Dificultad para realizar el diagnóstico virológico ya
que en el país no existen los procedimientos necesarios para realizarlos, por
lo que sólo se hace un diagnóstico clínico y no existe una certeza diagnóstica;
Los niños infectados han tenido una buena evolución y no se ha asociado a
complicaciones neurológicas y/o muerte; Desconocimiento de los profesionales de
la salud sobre este padecimiento y de las posibles repercusiones poblacionales
de dicho cuadro. Podemos concluir que esta es una enfermedad que se presenta con
frecuencia en niños mexicanos con trayectorias clínicas de poca severidad, sin
embargo, es un indicador indirecto de que los determinantes para una epidemia
por este virus están presentes y que sólo es cuestión de tiempo para que ésta
se manifieste.
Dr. César Álvarez Pacheco
cesar_ap@hotmail.com
@cesar_alvarezp
Huatabampo, Sonora.
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