Con todo y los temas de
la pandemia, hoy ya no nos sentimos tranquilos al primer acceso de tos o
congestiòn nasal. Si bien, anteriormente un cuadro gripal leve lo podiamos
mitigar con una taza de tè caliente, hoy pareciera ser mas complejo por miedo
al covid ¿Cómo saber si mi tos, es coronavirus?
Todo lo relacionado con
las pruebas de diagnóstico del COVID-19 parece ser demasiado complicado. No es
de extrañar que incluso el personal de salud estén confundidos. Durante la
mayor parte de la pandemia, a la poblaciòn se les ha dicho que las pruebas PCR
son el estándar de excelencia. Pero en la mayoría de las situaciones no es así.
Idealmente, los resultados de las pruebas de coronavirus deberían
guiar las acciones relacionadas con el aislamiento, los viajes, las
interacciones sociales o incluso el momento oportuno para buscar opciones de
tratamiento. Las pruebas PCR no funcionan para ninguna de estas cosas, por dos
razones. Primero, la mayoría de las pruebas PCR tienen un largo periodo de
tiempo entre la recolección de la muestra y el resultado. Un resultado que
demore más de 18 de horas es de poca utilidad para las personas que buscan
tomar decisiones. De hecho, entre la aplicación de la prueba y la recepción de
los resultados, una persona podría infectarse o ser positivo, en especial con
la variante ómicron altamente infecciosa. En segundo lugar, las pruebas PCR
pueden detectar partículas virales muchos días después de la infección, lo que
podría no indicar contagiosidad precisamente. Actualmente, no existe una buena
razón para aplicarse una prueba PCR en esta etapa de una pandemia generalizada.
Algunas aerolíneas o países podrían pedir una prueba dentro de las 72 horas
previas a la salida del vuelo o la entrada a un territorio. En este caso, las
pruebas PCR son aceptables, ya que una prueba PCR negativa realizada 24 horas
antes del vuelo es información útil. Por su parte, las pruebas rápidas de
antígenos presentan cuatro ventajas. Primero, si tienes síntomas de COVID-19
como fatiga, fiebre, tos o pérdida del olfato y gusto, una prueba de antígeno
puede confirmar rápidamente el diagnóstico. Para aquellos con alto riesgo de
hospitalización u otros resultados graves, como las personas
inmunocomprometidas, los adultos mayores y los no vacunados, eso significa que
pueden buscar asesoramiento médico de inmediato sobre opciones de tratamiento. Una
persona con una exposición de alto riesgo muy cercana a alguien infectado con
el virus también debería considerar hacerse la prueba, pero los Centros para el
Control y la Prevención de Enfermedades recomiendan esperar cinco días después
de la exposición o hasta que se manifiesten los síntomas, ya que aplicarse la
prueba demasiado pronto genera menos probabilidades de detectar una infección. En
segundo lugar, las pruebas de antígeno pueden informarle a alguien con COVID-19
si debe terminar el aislamiento. En la actualidad, se recomienda que las
personas con COVID-19 se aíslen durante cinco días tras dar positivo y utilicen
un cubrebocas cuando estén cerca de otras personas durante cinco días
adicionales. Pero las pruebas de antígenos pueden ayudar a proporcionar una
mayor certeza a las personas sobre si es seguro volver al trabajo u otras
situaciones en las que estarían en contacto cercano con otras personas, pero -ojo-
no es necesario prueba negativa para volver al trabajo siempre y cuando se
cumplan los dìas de aislamiento. Por supuesto, las pruebas de antígeno pueden
pasar por alto una infección y producir falsos negativos.
Con todo lo anterior,
podemos considerar que aquellos que terminen el aislamiento todavía deben usar
cubrebocas de alta calidad como las mascarillas N95, KN95 o KF94 aprobadas por
el Instituto Nacional para la Seguridad y Salud Ocupacional, cuando
interactúen con otros durante un total de 10 días después del inicio de un caso
de COVID-19. Asì pues las pruebas de antígeno pueden ayudar a garantizarle a
las personas que es seguro visitar a alguien que tiene un alto riesgo de
desarrollar problemas graves debido al COVID-19. Un resultado negativo no
descarta por completo la infección, pero reduce de manera significativa las
probabilidades y puede guiar la acción adecuada. Finalmente, las pruebas de
antígenos se pueden utilizar para el control en las escuelas. Por ejemplo, si
se aplican con una periodicidad regular unas tres veces por semana pueden
detectar una infección temprana y, con las medidas adecuadas, minimizar la
transmisión. También se pueden utilizar para una estrategia que permita mantener
clases presenciales: Si un estudiante da positivo, entonces los otros
estudiantes que estuvieron expuestos y que den negativo pueden seguir
asistiendo a clases. Con esta estrategia, no hay necesidad de que alguien sin
síntomas o que haya tenido una exposición de alto riesgo, se haga una prueba
PCR. Enfocarse en confiar en las pruebas rápidas de antígenos ayudará a frenar
la transmisión durante esta pandemia. También debería aliviar la confusión y
las preocupaciones sobre aplicarse una prueba de diagnóstico de coronavirus.
Dr.
César Álvarez Pacheco
@cesar_alvarezp
Huatabampo,
Sonora.
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