domingo, 28 de marzo de 2021

La estrategia de vacunación por Covid-19.

 


La pandemia de Covid-19 ha causado en menos de un año niveles de enfermedad y muerte sólo comparables con los producidos por las epidemias de obesidad, diabetes y enfermedades metabólicas. Los efectos sobre la economía han sido también desproporcionados; se prevé que la pobreza y la desigualdad aumenten significativamente como resultado de la crisis causada por la pandemia. Así como lo lee estimado lector, mayor crisis.

En este contexto, las vacunas contra Covid-19 representan una gran esperanza. A fines de enero de 2021, la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios, el órgano regulador de la Secretaría de Salud, ha aprobado dos vacunas para uso de emergencia en México y se espera que otras más se aprueben próximamente. Desafortunadamente, la aprobación de las vacunas no se traduce en acceso inmediato a ellas. Pese a lo que se diga, durante los próximos meses, las dosis de vacunas que lleguen a México serán insuficientes para alcanzar niveles altos de cobertura que reduzcan sensiblemente la mortalidad por Covid-19. La disponibilidad limitada de vacunas se debe a factores fuera del control de nuestro país: los sistemas de producción y distribución existentes no están preparados para satisfacer la demanda global de escala sin precedentes que estamos observando. Además, los países de ingresos altos tienen mayor poder adquisitivo y de negociación para tener prioridad en el acceso a las vacunas, en particular si la producción está dentro de su territorio, ya lo vimos con el país vecino. La escasez es un elemento clave para el diseño de la estrategia de vacunación, porque la selección cuidadosa de quiénes recibirán las primeras dosis permitirá sacar el mayor provecho a las dosis disponibles. Para ello, la Secretaría de Salud conformó el Grupo Técnico Asesor de Vacunación Covid-19 para desarrollar recomendaciones sobre la estrategia de vacunación, tomando en cuenta la mejor evidencia disponible. Uno de los primeros consensos, fue que el objetivo de la estrategia de vacunación debía ser la reducción de la mortalidad por Covid-19. En función de esto, las recomendaciones del grupo esencialmente son vacunar primero al personal de salud y después la población de acuerdo con su riesgo de muerte que, como se sabe, es significativamente mayor entre adultos mayores y con comorbilidades, sobre todo los que viven en regiones pobres y con alta densidad poblacional. El personal de salud no sólo es responsable de reducir la mortalidad entre los pacientes con Covid-19, sino que también, por su contacto directo con personas infectadas, se encuentra en muy alto riesgo de infección. Iniciar la vacunación con el personal médico de primera línea es una recomendación consistente a nivel internacional. Darles prioridad a estas personas, además de atender el principio ético de reciprocidad, es estratégico para los próximos meses en los que se esperan más contagios y muertes. Aun así existen médicos y personal de primera línea que no han sido vacunados en su institución.

Por otro lado, la probabilidad de muerte por Covid-19 no se distribuye al azar entre la población; es más alta entre las personas mayores de 50 años y con comorbilidades. El riesgo de muerte entre mayores de 50 años es de 9 a 18 veces más grande que entre la población de 20 a 29 años. Por ello, si se vacunara a un millón de personas de 20 a 40 años y sin comorbilidades, se evitarían miles de muertes menos que si se usara el mismo número de vacunas para proteger a personas mayores de 50 años y con comorbilidades. En la misma línea de argumentación, se pueden distinguir regiones con diferentes cargas de mortalidad. Los datos que se tienen indican que la carga de mortalidad es mayor en zonas urbanas y metropolitanas que en áreas rurales. Estos datos no son perfectos, ya que es posible que exista un subregistro de las personas que fallecen en áreas rurales. Aunque es algo que se debe investigar más, la mejor evidencia con la que se cuenta, incluso considerando el exceso de mortalidad total, sugiere que las zonas rurales más alejadas no son las más afectadas. La estrategia que de forma más rápida evita el mayor número de muertes es la que prioriza al personal de salud, a los municipios con mayor mortalidad y a las personas mayores de 50 años. Al vacunar al personal de salud y a las personas mayores de 50 años, quienes representan aproximadamente 20% de la población, se esperaría una disminución de hasta 80% en la mortalidad total por Covid-19, dependiendo de la eficacia de las vacunas. Esto, además, se traduciría en menor saturación de hospitales y en mayor espacio para atender a las personas más jóvenes, que tienen un menor riesgo de morir. Con esta estrategia, aun estando lejos de alcanzar la inmunidad de grupo, se podrían reactivar sectores sociales y económicos y podría disminuir el riesgo para la vida de las personas más susceptibles; y con esto llegaríamos a la protección de los susceptibles.

Dr. César Álvarez Pacheco

cesar_ap@hotmail.com

@cesar_alvarezp

Huatabampo, Sonora.

 

 

domingo, 21 de marzo de 2021

Los niños de hoy.

 


A lo largo de los años, la innovación tecnológica ha transformado los medios electrónicos y su papel en la vida de las personas, de tal forma que en la actualidad la mayoría de niños comienzan a utilizar medios digitales entre los 12 y 24 meses de edad. Es muy cómodo en ocasiones para los padres dejar al niño con una tableta o un teléfono celular, pero ¿Qué tan sano o perjudicial puede ser esto?

Durante la última década, ha aumentado la cantidad de niños y adolescentes que utilizan tecnología digital a diario, alterando drásticamente la interacción de los mismos con su entorno y elementos de su estilo de vida, tales como sueño, actividad física y alimentación; generando efectos negativos a corto y largo plazo. El tiempo de pantalla se refiere al tiempo de visualización prolongado de varios tipos de pantallas, como computadoras, televisores, videojuegos y celulares y tabletas. El mismo se ha asociado tanto a beneficios como riesgos para la salud de niños y adolescentes. Los beneficios incluyen la exposición a nuevas ideas y adquisición de conocimiento, mayores oportunidades de contacto social y facilidad para acceder a mensajes e información de promoción de la salud. Los riesgos incluyen efectos negativos para la salud con respecto al peso, el sueño y el estado de ánimo, exposición a contenido y contactos inapropiados o inseguros, además de privacidad y confidencialidad comprometidas. Varias revisiones mencionan que actualmente, los niños menores de 5 años prefieren la televisión sobre otros dispositivos de medios digitales, mientras que los niños mayores prefieren las computadoras y celulares. El tiempo de pantalla excesivo se ha asociado con deficiencias en el desarrollo de habilidades motoras, el desarrollo del lenguaje y el bienestar conductual, psicosocial, académico y físico. Diversos estudios han demostrado que los signos de uso problemático incluyen: quejarse de estar aburrido o infeliz cuando no tienen acceso a pantallas, emociones negativas después de usar las pantallas, comportamiento desafiante sobre los límites de la pantalla e interferencia con las rutinas diarias cuando se utilizan las pantallas. El tiempo de pantalla excesivo en niños y adolescentes se asocia predominantemente con comportamientos sedentarios, lo cual se relaciona a niveles muy bajos de gasto energético al sentarse y acostarse. Lo mismo es preocupante ya que las actividades sedentarias excesivas pueden influir en el desarrollo físico, social, emocional y cognitivo. La mala alimentación y los estilos de vida sedentarios se han citado como dos de los predictores más importantes de desarrollar y mantener el sobrepeso y la obesidad. La evidencia sugiere que el comportamiento sedentario basado en pantallas puede ser más importante que el sedentarismo en general para predecir la obesidad en niños. Por otro lado, el aumento de la visualización de pantallas se ha asociado a cambios perjudiciales en la dieta que influyen en el aumento de peso, pues el tiempo dedicado a mirar televisión o jugar en la computadora está inversamente relacionado con la calidad de la dieta entre los niños. Existe una creencia actual en adolescentes y padres de niños, que respalda que mirar televisión ayuda a relajarse por la noche o a quedarse dormido. Sin embargo, no existe ninguna investigación publicada sobre la efectividad de dicho contenido, por lo que hasta la fecha no se encuentra recomendado. Se ha visto que pasar varias horas al día en dispositivos electrónicos se asocia con una menor duración del sueño en todas las edades, en el caso de la población joven, el uso de estos medios se asocia con un tiempo de sueño total más corto.

La Academia Americana de Pediatría sugiere educar a los padres con las siguientes recomendaciones: Educar sobre el desarrollo del cerebro en los primeros años y la importancia del juego práctico y social para desarrollar habilidades lingüísticas, cognitivas y socioemocionales; Mantener todos los dispositivos de pantalla (televisores, videojuegos, computadoras, tabletas y smartphones) fuera de los dormitorios de los niños; Evitar usar los medios como la única forma de calmar a los hijos; El contenido importa: Evitar programas violentos y/o de miedo; Evitar pasar tiempo frente a la pantalla durante las comidas y una hora antes de acostarse; Fijar límites apropiados para la edad del niño con respecto al tiempo que pasa frente a una pantalla, ya que esto ayuda al niño a hacer más actividad física, elegir opciones de alimentos más saludables y mantener un peso saludable. Por otro lado, se debe concientizar a la población de los efectos nocivos del tiempo de pantalla excesivo con respecto al comportamiento sedentario, así como dar instrucciones a los padres y cuidadores de que deben actuar como modelos a seguir, creando un ambiente que promueva y modele la actividad física.

Dr. César Álvarez Pacheco

cesar_ap@hotmail.com

@cesar_alvarezp

Huatabampo, Sonora.

 

domingo, 14 de marzo de 2021

El uso del cubrebocas.

 


La semana pasada nos ganamos, de acuerdo a la conferencia diaria sobre la pandemia, un semáforo en color verde (¿?), pero ¿Qué tanto implica que Sonora tenga semáforo en color verde? En distintas partes del mundo se han establecido campañas de prevención y promoción a la salud, las cuales tienen por objetivo evitar infecciones y muertes ocasionadas por esta enfermedad, particularmente en grupos vulnerables. ¿Es momento de bajar la guardia?

La humanidad ha sufrido las afectaciones de esta pandemia desde hace casi un año, en muy poco tiempo hemos aprendido lecciones sobre cooperación y sobre la forma de comunicar nuevos hallazgos científicos (la información relacionada con la pandemia es de acceso abierto en todas las revistas científicas de importancia); mientras los sectores de la población (academia, gobiernos, iniciativa privada y organizaciones civiles) están realizando esfuerzos que garanticen el acceso universal a una vacuna que ayude a contener la trayectoria que esta pandemia ha seguido. De verificarse plenamente la eficacia de alguna de las vacunas en fase 3 para la prevención de la covid-19 o el cese de su transmisión, será uno de los mayores logros científicos conseguidos en la historia moderna de la humanidad. No obstante este escenario prometedor, a mediano plazo, nuestra realidad inmediata exige que tomemos acciones sobre el curso de la transmisión de forma urgente, es claro que existen aspectos por conocer en cuanto a la complejidad biológica y social de la pandemia, pero a lo largo de estos meses hemos aprendido lecciones importantes que pueden salvar vidas, una de ellas es el uso generalizado de cubrebocas, la cual es una estrategia eficiente, económica, fácil de implementar, sin riesgo para los usuarios y que de adoptarse de forma extendida y racional podría reducir los estimadores que informan sobre el número de personas infectadas; además de tener el potencial de reducir la severidad del cuadro clínico en caso de una infección al disminuir la carga viral. La ruta principal de transmisión del sars-CoV-2 es a través del contacto con gotas o aerosoles que se liberan de una persona infectada al respirar o hablar; en este contexto, el cubrebocas funciona como una barrera de diferentes grados de eficiencia, en función del material de dicha barrera, cualquier consideración centrada en cuestionar su efectividad pone en un peligro real la vida de seres humanos. Las estimaciones del impacto de su uso generalizado ubican los cubrebocas de grado médico (quirúrgico tricapa) y a los respiradores N95 como los más eficientes en la reducción del riesgo de transmisión, aunado a ello, se han realizado cálculos que señalan la utilidad protectora del uso de cubrebocas. Desde cubrebocas de materiales caseros como tela; es importante señalar que la eficiencia de esta intervención no solo depende del tipo de cubrebocas que se use, sino también de la cantidad de personas que lo usen, de ahí la urgencia de su uso generalizado.

En este contexto, es importante señalar que se deben utilizar de manera adecuada; en México, una gran cantidad de personas no lo usa, sin embargo, cerca de la mitad de quienes sí lo usan, lo hacen de manera incorrecta, porque se cubren únicamente la boca, se lo quitan para hablar por teléfono o con otras personas, lo traen a nivel del mentón o del cuello o continuamente se lo acomodan con los dedos; todos estos usos inadecuados del cubrebocas son potencialmente peligrosos, ya que si se presenta una exposición al sars-CoV-2, quienes lo porten de forma inadecuada tienen un alto riesgo de contagio. Por lo tanto, no basta con usarlo sino que debe hacerse de manera correcta. Algunas de las razones que esgrimen los detractores del uso del cubrebocas incluyen que descartan su uso como herramienta útil porque éste no confiere una protección completa contra la infección; otros señalan problemas de oxigenación y agravamiento de condiciones basales o un atropello a sus libertades individuales. Es interesante la perspectiva desde la cual en esta negación, con sus representantes en varios sectores de la sociedad, desde líderes de gobierno, artistas de cultura pop, hasta propios actores del gremio científico, presentan argumentos tomados de datos incompletos, pseudocientíficos, convenientes, anecdóticos, desactualizados y fuera de contexto, similares a los que tienen los grupos antivacunas. En contraste, en otras regiones en donde el uso de cubrebocas ha tenido mejores resultados en su implementación se ha reportado una atenuación en la circulación del sars-CoV-2, así como del virus de la influenza estacional, esto ha significado un descenso importante en el número de infecciones y defunciones. Está en nuestras manos continuar con las medidas de prevención que han resultado ser efectivas en la contención de todos los virus respiratorios, como el distanciamiento físico, la higiene de manos y el uso generalizado de cubrebocas.

Dr. César Álvarez Pacheco

cesar_ap@hotmail.com

@cesar_alvarezp

Huatabampo, Sonora.

 

domingo, 7 de marzo de 2021

¿Qué tiene Campeche, que Sonora no?

 


A casi un año desde que inició la suspensión de clases presenciales en el país como medida de contingencia por la pandemia de COVID-19, la Secretaría de Educación Pública, publicó el pasado 3 de febrero en el Diario Oficial de la Federación el acuerdo para agilizar la reapertura de centros educativos. Pero ¿estamos listos?

 

De acuerdo con el documento, y como ya lo había mencionado en otras ocasiones Esteban Moctezuma, todavía titular de la SEP, el regreso a las aulas en determinada entidad será sólo bajo el color “verde” (mínimo riesgo de contagio) en el semáforo epidemiológico. Después vendría e popular meme del semáforo color sandía que seguramente usted ya conoce. Además, la reapertura de actividades tendrá que ser de manera gradual, ordenada y cauta, siguiendo las medidas preventivas otorgadas por la autoridad sanitaria, con el fin de salvaguardar la salud de los estudiantes, el personal académico y los padres de familia o tutores. Cabe mencionar que, se planea que los centros de estudio puedan reabrir con los más bajos índices de contagio y hospitalizaciones y donde, incluso, ya iniciaron con la vacunación contra el COVID-19 al personal docente. A medio año ya del ciclo escolar 2020-2021, la SEP no ha publicado la estadística sobre los alumnos inscritos en el país, información que serviría para calcular la deserción escolar durante la crisis sanitaria y es que miles de alumnos no cuentan con dispositivos o bien, acceso a medios para recibir clases virtuales, que decir de otras circunstancias como el desempleo de los padres y/o una economía que dificulta cada vez mas el sobrellevar de su dinámica familiar. Esta es la primera vez que dicha información no se encuentra de manera pública en el Sistema de Información y Gestión Educativa, y la dependencia tampoco la ha entregado a la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación, el organismo autónomo encargado de hacer investigación y determinar indicadores de mejora educativa. Recientemente, el presidente López Obrador anunció este viernes pasado, la fecha de regreso a clases presenciales en el estado de Campeche, entidad que se ha mantenido en color verde del semáforo epidemiológico durante varios periodos. El mandatario reconoció que una de las prioridades es que se retomen las actividades escolares en todo el país, y destacó que en Campeche ya fueron vacunados los maestros contra Covid-19, por lo que sería el primer estado en regresar de manera presencial a los salones de clases. El presidente, indicó en la mañanera de este viernes que la fecha tentativa para el regreso a clases presenciales en Campeche sería los primeros días de abril, tras las vacaciones de Semana Santa que serán del 28 al 3 de abril. Precisó que en ese estado hay condiciones para que los alumnos de educación básica vuelvan a la escuela, pues se vacunaron a 20 mil docentes quienes ya recibieron la segunda dosis de la vacuna contra Covid-19; al respecto precisó que cuando se termine de vacunar a todos los adultos mayores se pensará en el regreso a clases presenciales. Pero ¿tan avanzado está Campeche en sus planteles escolares para pensar en el regreso a clases? ¿Qué tiene Campeche que otros estados no? ¿Los alumnos, los maestros, los padres de familia?

 

La transmisión directa del COVID-19, por contacto persona a persona es la vía más importante de contagio, aunque se han sugerido otras rutas. El virus contenido en pequeñas gotas puede depositarse sobre superficies inertes y mantener su capacidad infecciosa por periodos diversos de tiempo. Regularmente tiene una supervivencia de dos horas a nueve días en metal, plástico y vidrio. En otros trabajos se ha encontrado la presencia del virus en áreas hospitalarias, en objetos en las unidades de cuidados intensivos y en los sanitarios; en estos últimos probablemente vinculado a la excreción fecal del virus, es decir; es un virus, por lo que toda excreta independeintemente de las gotitas de saliva pueden contener el mismo. Sin embargo, existe escasa evidencia sobre su presencia, persistencia y viabilidad en superficies y objetos en ambientes no hospitalarios como oficinas, viviendas, comercios, gimnasios, entre otros, entonces ¿es seguro abrir los establecimientos? La respuesta es: No. Hasta donde se sabe, no se ha realizado una búsqueda de reportes de caso de brotes por posible contagio por superficies, por lo que ésta sigue siendo una importante brecha en el conocimiento sobre la pandemia. Los pocos datos que existen sugieren que el virus contamina objetos de uso común (inodoros, ollas para calentar agua, tabletas electrónicas, entre otros) cuando son utilizados por personas infectadas, que no necesariamente presentan síntomas. Este virus permanece viable desde horas hasta días en superficies como papel, cartón, tela, vidrio, madera, plástico, acero y cubrebocas. ¿Es entonces prudente un regreso a clases?

Dr. César Álvarez Pacheco

cesar_ap@hotmail.com

@cesar_alvarezp

Huatabampo, Sonora.