Conforme se reactiva la
economía y los trabajadores se reincorporan a sus actividades, los empleadores
enfrentan el reto de evitar el riesgo de infección por el SARS-CoV-2. Es el
caso de Cinepolis y Cinemex que están por cerrar su salas, lamentablemente.
En
este contexto, las consideraciones de higiene son particularmente importantes
para los trabajadores con mayor riesgo de complicaciones. En México, en las
etapas iniciales de la pandemia se pensó un enfoque protector para la
población con mayor riesgo, la cual cumple con estas consideraciones: edad
>60 años, embarazo, mujeres en periodo de lactancia, diagnóstico de
diabetes mellitus, hipertensión arterial, enfermedad cardiovascular,
enfermedad renal crónica, obesidad, cáncer y condiciones que generen
inmunosupresión, entre otras condiciones. Diversos organismos internacionales
apoyan esta visión proteccionista; sin embargo, esto podría traer efectos
negativos como discriminación hacia los trabajadores y un alto costo para las
empresas al no poder reincorporarlos. El Covid-19 es una enfermedad emergente,
razón por la que se cuenta con información limitada de los factores de riesgo
asociados con complicaciones. La decisión de no incorporar a las personas
trabajadoras implica una gran carga salarial para las empresas, riesgo de
discriminación y pérdida de empleo. La Organización Internacional del
Trabajo refiere que las medidas de confinamiento amenazan con aumentar los
niveles de pobreza de los trabajadores. Para ellos, dejar de trabajar o trabajar
desde casa no es una opción, pues significa perder sus trabajos, para muchos
su único sustento y, en el caso de México, incluso su seguridad social. La
lactancia materna es la piedra angular de la nutrición, el desarrollo infantil
y la salud materna de lactantes y niños pequeños. No hay evidencia que
demuestre efectos negativos en el sistema inmune de la mujer por la lactancia,
sin embargo, existe la preocupación sobre si las madres infectadas con
SARS-CoV-2 pueden transmitir el virus a sus bebés a través de la lactancia
materna, por eso el riesgo es bajo. Algunas de las condiciones tienen evidencia
estadística significativa sobre el aumento en el riesgo de enfermedad grave o
muerte por Covid-19, como es el caso de los pacientes con adultos mayores,
diabéticos e hipertensos, obesidad, EPOC y cáncer. Sin embargo, para algunas
otras condiciones, como asma, algunos estados de inmunosupresión, infección
por VIH y lactancia, la inclusión en los grupos de riesgo se ha basado más en
una respuesta intuitiva que científica, ya que hasta el momento no se ha
demostrado que causen un aumento en el riesgo de enfermedad grave o en muerte.
Algunas otras condiciones siguen siendo controvertidas como en el caso del
embarazo pues gran parte de la evidencia coincide en que el riesgo principal se
centra en el tercer trimestre.
Ante
la alta prevalencia de enfermedades crónico- degenerativas en países con
economías emergentes de Latinoamérica, particularmente en México, resulta
importante llegar a un equilibrio razonable entre la protección al trabajador
más vulnerable y la generación de políticas que ayuden a que las personas
portadoras de una condición o enfermedad crónica tengan oportunidad de
continuar generando el sustento de su familia. Se han publicado algunas guías
de reincorporación como la publicada en la revista Occupational Medicine,
la cual sólo especifica que los trabajadores que estén en trabajos remotos
deberían regresar gradualmente en el siguiente orden: primero los que no tienen
ninguna susceptibilidad y sean menores de 50 años; segundo, aquéllos de entre
50 a 60 años sin enfermedades; posteriormente los mayores de 60 años,
igualmente sin enfermedades, y finalmente los trabajadores vulnerables. Aunque
la guía especifica que se requiere realizar un seguimiento cercano de los
trabajadores vulnerables, no se especifican más pautas. En las guías de
retorno al trabajo de la Occupational Safety and Health Administration se
indica que durante las fase 1 y 2 de la pandemia, cuando sea factible, se
establezcan adaptaciones especiales basadas en necesidades individuales para
aquellos trabajadores con mayor riesgo de enfermedad grave o que tengan
miembros en el hogar con mayor riesgo de enfermedad grave. No se establece un
criterio distinto al ser portador de la enfermedad. Es necesario reflexionar
sobre los problemas de justicia social que ya existían y que se ven agravados
en esta pandemia: la desigualdad económica y la presencia de un alto índice
de enfermedades prevenibles en gran parte de la población.
Dr.
César Álvarez Pacheco
cesar_ap@hotmail.com
@cesar_alvarezp
Huatabampo,
Sonora.
No hay comentarios:
Publicar un comentario