domingo, 22 de noviembre de 2020

El virus colonizador



El presidente de México, López Obrador, se pronunció este viernes 20 de noviembre sobre un artículo que publicó el diario español El País, en el que se refiere a las más de 100,000 muertes por la pandemia del coronavirus en territorio mexicano, titulado: "Radiografía de un país roto". Y es que nuestro ya muy golpeado país, es el cuarto lugar en alcanzar esta cifra, tan solo después de EU, Brasil, e India. No solo nos azota una pandemia que no ha tenido piedad, sino nos azota la inseguridad, el desempleo, la economía y por si fuera poco, la falta de apoyos y un recorte presupuestal que ya estaremos padeciendo el día de mañana.

 

El reportaje: “México alcanza 100 mil muertos por la covid: radiografía de un país roto”, que tanto irritó al presidente López Obrador. No contaba con datos falsos o, testimonios sesgados u omisiones deliberadas. Pero sí una detallada crónica sin concesiones sobre los errores cometidos, la minimización de la pandemia, los pronósticos fallidos, la resistencia a las pruebas y al uso de cubrebocas. Que precisamente hasta hoy, el presidente se niega a utilizarlo y por el contrario mencionó el día de ayer que: hagan ejercicio. Bueno, algo es algo. Sin olvidar el show de los “otros datos” en la mañanera, las hospitalizaciones tardías, la altísima letalidad en el personal sanitario, historias estrujantes de contagiados y los escasos apoyos para enfrentar la crisis económica derivada de la pandemia. Por el contrario contamos con un recorte presupuestal significativo para enfrentar el próximo año, los desafíos venideros. La falta de argumentos para rebatir la realidad descrita por El País frente a la pandemia llevó al Presidente a valerse de un ofensivo texto hacia los españoles, que leyó en Facebook, pero que, dijo, le gustó mucho. No lo leyó él directamente “por la investidura”, pero igual ordenó que lo pusieran en la pantalla que cotidianamente utiliza en la mañanera para visualizar sus “otros datos” para que el vocero, Jesús Ramírez, lo hiciera. Tal y como crucifica a sus críticos a la vez que halaga la libre expresión de este país. Irónico. El texto es de Juan C. Bonet, quien no oculta sus simpatías por la 4T. Critica en su texto la forma de manejar la pandemia en España y voltear a México para criticarlo, sin embargo hay un abismo en cuanto a manejo de pandemia de España y México. López Obrador se desvió del tema de la pandemia para atacar a España: “Hay países que mantienen todavía afanes colonialistas”, aseguró. Y se fue sobre El País, un periódico que, dijo, se dedicó a proteger a las empresas españolas que recibieron un trato especial en México “en los gobiernos anteriores, y ahora están molestos con nosotros porque ya México no es tierra de conquista”. Y cerro con su simpático discurso de que no les quita nada, disculparse por la conquista. Por cierto, no pasó inadvertido el hecho de que López Obrador, sonrisa en boca, recibiera al pitcher de los Dodgers, Julio Urías, en un día que debería ser de luto nacional, por los 100 mil muertos por covid-19. Pero bueno, el presidente tiene sus prioridades y sabemos que no se va a desviar de las mismas.

 

Sobre los contagios, ahí estamos en el lugar 11, más de un millón 25 mil. Con una tasa de mortalidad del 40 por ciento, “debido a que apenas se testea a quienes muestran un contagio evidente. Se hacen pruebas a uno de cada 10 que presentan síntomas…”, reportó El País. Y tiene razón, el método centinela que autoriza el gobierno federal contempla muestrear a uno de cada 10 personas con síntomas, y a todos los pacientes graves. Lo real es que pese a las carencias de insumos y personal, nuestro país reporta la mayor cantidad de médicos muertos por la pandemia. En ningún otro país del mundo han muerto tantos trabajadores de la salud a causa de su labor frente a la pandemia: mil 320 médicos muertos. Pero nuestra voz, quizá no es bien escuchada por el presidente o quizá el tenga “otros datos”. Que el cubrebocas no servía para nada, aseguró López-Gatell a inicios de la emergencia; aunque ahora ya lo porta en sus conferencias de las siete de la noche (cuando no asiste) y llama a utilizarlo, aunque qué mezquindad señalar el cambio, pese que jamás ha reconocido error alguno en su estrategia. Es decir, no existe autocrítica. Con un lugar entre las diez naciones con un mayor número de casos positivos y en el Top 5 en lo que a número de muertos, definitivamente el gobierno esta obligado a replantear la estrategia, si alguna vez la hubo, ya que hasta hoy, no se nos ha mostrado mas que lamentables cifras y números que no cesan de fallecimientos. Mientras tanto el virus que ya nos colonizó; ¡que se disculpe!

Dr. César Álvarez Pacheco

cesar_ap@hotmail.com

@cesar_alvarezp

Huatabampo, Sonora.

 

  

lunes, 16 de noviembre de 2020

La vacuna que no llegará.


 

Organización Mundial de la Salud dijo el martes pasado que esperan tener una vacuna contra el covid-19 para fines de año y que el remedio experimental de Pfizer es "muy prometedor", aunque se esperan más. La declaración de la OMS llevó al respiro a varios países incluyendo a México, sin embargo cuando mencionó las necesidades de la misma, a México se le fue el aire nuevamente.

 

Las vacunas recorren un largo y amplio camino desde el momento en que se fabrican hasta el momento en que se administran. Como la mayoría son sensibles a la temperatura, su transporte y almacenamiento requieren una refrigeración constante a lo largo de toda la cadena de suministro. Una vez expuestas a temperaturas calientes o de congelación, las vacunas pierden su potencia y deben ser desechadas inmediatamente para evitar el riesgo de dar a los niños y a los ancianos un antígeno ineficaz e inseguro. En 2017, el almacenamiento inadecuado de una vacuna contra el sarampión en África, contaminó a 15 niños, quienes posteriormente murieron de sepsis y toxicidad graves. Unos años más tarde, se descubrió que el equipo de refrigeración distribuido en todo el mundo y fabricado por una empresa de renombre estaba congelando las vacunas en lugar de mantenerlas a una temperatura de 2 a 8 grados centígrados. En un incidente similar, un fabricante asiático retiró sus dispositivos del mercado después de comprobar una falla en el rendimiento y la congelación de las vacunas. Las soluciones para el transporte y almacenamiento de vacunas en condiciones climáticas tropicales han existido desde 1979, desarrollando tecnología para mantener temperaturas estables a pesar de los frecuentes cortes de electricidad  cajas de transporte que mantienen las vacunas refrigeradas durante largos trayectos en zonas rurales a temperaturas extremas. Desde entonces, han surgido nuevas e innovadoras tecnologías y características avanzadas. Hoy en día, existen refrigeradores resistentes a picos de tensión abruptos y equipos de cadena de frío alimentados por energía solar. En zonas del mundo desprovistas de red eléctrica, que están sumidos en la inestabilidad, la energía solar es más fiable que el suministro de electricidad. Frecuentemente, es lo suficientemente fuerte como para mantener las vacunas refrigeradas y seguras, para recargar los teléfonos y proporcionar iluminación a través de los sistemas de recolección de energía. En Sonora tenemos aerogeneradores que benefician a miles de familias, por que si algo tenemos de sobra, también; es Sol. A pesar de estas innovaciones tecnológicas, las vacunas se siguen desperdiciando debido al control de la temperatura y la logística relacionada. El problema es que muchos centros de salud en los países de bajos y medianos ingresos no tienen sistemas adecuados de cadena de frío, precisamente como México.

 

En México no existe una cadena de frío que pueda soportar el transporte y almacenamiento de -70 a -80 grados que requiere la vacuna contra el covid-19 de Pfizer. Una de las compañías que ha ido adaptando las condiciones de almacenamiento es: Moderna. Mientras que inicialmente almacenó la vacuna a -70 grados, ha conseguido reducir la temperatura de conservación hasta -20. Además esta vacuna aguanta en buenas condiciones hasta diez días después de descongelar. Por otra parte la vacuna rusa Sputnik V, ha establecido la temperatura de conservación en -18 grados. Pfizer ha especificado que su vacuna ha de almacenarse entre -70 y -80 grados centígrados hasta seis meses en contenedores de envío o un máximo de diez días con paquetes de hielo seco. Con esto se podría mantener descongelada durante un día un máximo de dos horas en temperaturas que oscilen entre los 2  y los 8 grados.  Aun así, la compañía estadounidense asegura estar probando una alternativa menos compleja para lograr estabilizar  la vacuna a temperaturas más altas. Pese a todo esto el sub secretario (que parece y actúa como secretario) Dr. Hugo López Gatell, ha declarado que México no tiene la infraestructura para adquirir la vacuna de Pfizer que hasta ahora parece ser prometedora; la industria farmacéutica se ha comprometido con países como Estados Unidos y Francia, pero en México definitivamente tendremos que esperar al próximo año.

 

Dr. César Álvarez Pacheco

cesar_ap@hotmail.com

@cesar_alvarezp

Huatabampo, Sonora.

 

 

 

 

 

 

 

domingo, 8 de noviembre de 2020

Semáforo y daltonismo.

 


Reducir el número de contagios y el número de muertes por covid-19, para proteger el derecho humano a la salud, es una responsabilidad directa de los gobiernos municipales, estatales y federales, cada uno en el ámbito de su competencia. Pero demeritar el cambio de color a semáforo naranja suena arriesgado por parte de la alcaldesa de Hermosillo.

 

El poder público debe asumir su responsabilidad de establecer límites a la libertad que genera contagios, entendemos que urge una reactivación económica que no va como se esperaba, sin embargo pagar el precio con mas enfermos y mas muertes, no es la solución mas lógica. Sigue sin entenderse que minorías irresponsables no usen cubrebocas, no respeten la sana distancia ni tomen en serio el resto de las medidas higiénicas, exponiendo a la mayoría de la población que intenta cuidarse al máximo. La autoridad no puede hacer todo si la sociedad no coopera con la “nueva normalidad”. Sigue sin entenderse también que pese a los contagios, hospitalizados y lamentables fallecimientos sigan abarrotados lugares como las playas públicas y eventos sociales en lo que el sonorense no está dispuesto a perderse; sigue sin entenderse como los fines de semana se encuentran llenos lugares de esparcimiento en donde se ingieren bebidas alcohólicas y que hasta funcionarios, de esos que no estaban acostumbrados a facturar grandes cantidades, abarroten los espacios sin la mas mínima medida precautoria. Perdimos tiempo al no tomar las medidas antes de que llegara el virus, a pesar de ver lo que sucedía en Europa. Después del confinamiento en dicho continente la sociedad retomó sus actividades en forma casi normal, llenando los restaurantes y lugares turísticos, sin observar estrictamente las medidas del cubrebocas y la sana distancia. Una vez más, estamos perdiendo tiempo valioso para entender que uno de los valores más importantes, como lo es la libertad, está supeditado al interés público de la vida de todos y la salud pública. Ahora, nadie cuestiona la existencia del rebrote en Europa, sus sistemas de salud están rebasados y están obligados a imponer medidas restrictivas y nosotros, mientras, seguimos sin aprender de ello. En nuestro estado se reabrieron las actividades económicas y, salvo algunas excepciones, podemos ver a cientos de personas que acuden sin cubrebocas y sin respetar la sana distancia fuera y,  obviamente, dentro de los restaurantes, bares, centros de trabajo, en el transporte público, entre muchos otros sitios donde no hay ventilación natural. Los esfuerzos de las autoridades de salud que diariamente salen a decir que tengan cuidado y repitiendo hasta el cansancio las medidas, no han cobrado conciencia de realizar sólo las actividades estrictamente necesarias de la vida cotidiana y de preferencia mantenerse en sus hogares para darle la oportunidad a las personas que en verdad tienen necesidad de salir a buscar el sustento de sus familias. Por otro lado, quienes salen, deben mantener, en todo momento y en la medida de lo posible, las medidas del uso adecuado del cubrebocas, la sana distancia, lavarse las manos, no tocarse la boca o los ojos, etc., incluso continuar en nuestros hogares con ciertas medidas para evitar el contagio de nuestros seres queridos. Sin embargo, la crisis requiere un cambio de conductas a gran escala que favorezcan alinear el comportamiento humano con las recomendaciones de expertos en salud pública. En 8 meses, el virus se ha extendido a casi 950 mil contagios y 93 mil defunciones, lo que ha llevado al gobierno a mantener medidas para intentar frenar la propagación de la pandemia que aún son insuficientes.

 

Preocupa mucho que las autoridades sanitarias no comunican decisiones de forma clara y asertiva. Preocupa que cuestionen el color del semáforo y que promuevan el desacato a las medidas. Es importante que la población entienda claramente los riesgos que enfrenta por su salud. Los jóvenes son un sector de la población al que se deben dirigir algunos mensajes directos y concretos, en especial para que sean conscientes y responsables, pues aspiran a mantener su vida social y tienen alto riesgo de contagiarse y de propagar el virus. No es momento de andar en fiestas ni en lugares concurridos mientras no tengamos acceso a la vacuna. Las medidas preventivas serán permanentes en tanto no exista una cura efectiva contra el covid-19. Nos conviene a todos ser sensibles, sensatos y empáticos ante los riesgos crecientes de contagio. En nuestro país, se han contagiado los ciudadanos, el personal médico y de enfermería, los gobernantes, los políticos y los legisladores. Queda en evidencia que nadie es inmune al virus. Somos el país que ha registrado a la fecha el mayor número de decesos entre el personal de salud a nivel mundial. Así que no es momento de ser daltónicos con el semáforo, a cuidarnos tod@s.

Dr. César Álvarez Pacheco

cesar_ap@hotmail.com

@cesar_alvarezp

Huatabampo, Sonora.

 

 

 

 

 

domingo, 1 de noviembre de 2020

Salud sin fondo.

 


La Cámara de Diputados aprobó este miércoles pasado, una reforma impulsada por Morena para permitir que el gobierno federal pueda utilizar hasta 33,000 millones de pesos del Fondo de Salud para el Bienestar, la intención, dicen, es modificar el artículo 77 bis de la Ley General de Salud, que dio vida al Seguro Popular, y en el cual, en el pasado, se establecieron “candados” para que el dinero de ese fondo sólo se use para pagar los tratamientos de enfermedades muy costosas, es decir, dinero ya destinado. La idea de tener recursos para la vacuna contra el covid-19 no suena mal. Lo que suena mal es que se ponga en riesgo la vida de personas con enfermedades que son muy caras de costear y que se pueden quedar sin recursos y que el gobierno disponga de ese dinero sin los “candados” preestablecidos.

 

El cambio no llegó con buenos ojos por parte de los partidos de oposición con el argumento de que no hay garantía de que esos recursos en realidad serán usados para salud e implicarán quitar dinero a la atención de enfermedades catastróficas, como el cáncer. El tema quedó avalado en lo general por 242 votos a favor, siete en contra y cinco abstenciones. Ahora, el asunto pasará al Senado, donde se prevé que sea discutido a la brevedad para que esos recursos puedan contemplarse en la bolsa que el gobierno federal pueda emplear para el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) para 2021. El Fondo de Salud para el Bienestar, antes llamado Fondo de Protección contra Gastos Catastróficos, tenía hasta el 30 de junio un saldo de 101,161.7 millones de pesos, de acuerdo con el reporte de la Secretaría de Hacienda. De ese monto, se quiere disponer de una parte para la compra de la vacuna contra el COVID-19. El fondo se creó el año pasado con la reforma de salud que dio origen al Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi); sus recursos provenían del fondo destinado para atender enfermedades que generan gastos catastróficos en las familias, usado con el Seguro Popular, el cual fue desaparecido por el gobierno actual tras considerar que había irregularidades en él. En Noviembre pasado, posterior a la desaparición/modificación del mismo; La reforma estableció que el Insabi canalizara al Fondo de Salud para el Bienestar el equivalente a 11% de la suma de los recursos del gobierno federal y los estados. De estos, el Insabi asignaría 8% a la atención de enfermedades que provocan gastos catastróficos, 2% a la atención de necesidades de infraestructura preferente en las entidades con mayor marginación social, y 1% para complementar los recursos destinados al abasto y la distribución de medicamentos e insumos, así como al acceso a exámenes clínicos asociados a personas sin seguridad social. La discusión de esta iniciativa se da en medio del proceso de aprobación del Paquete Económico 2021. La Ley de Ingresos tiene que estar aprobada por el Senado a más tardar a finales de este mes; de acuerdo con los legisladores de la oposición, ahí se tienen contemplados estos recursos y por eso la urgencia. Durante la aprobación de la desaparición de 109 fondos y fideicomisos, los diputados de Morena intentaron colocar un transitorio en el que se preveía disponer de los recursos de este fondo, pero la propuesta fue retirada. Posteriormente, en la discusión de la Ley de Ingresos en la Cámara baja, de igual manera se incluyó un apartado para usar los 33,000 millones, aunque también fue retirado. Ahora, se apostó por una nueva reforma y está en manos del senado.

 

Con la bolsa del Fondo de Gastos Catastróficos, se cubrían las estrategias del Seguro Popular; Entre los padecimientos clasificados como catastróficos: los diferentes tipos de cáncer infantil, de próstata, mama, cérvico-uterino, ovario; infarto agudo al miocardio en menores de 65 años, así como ciertos trasplantes de córnea, médula ósea y riñón, así como enfermedades raras o huérfanas. En el área oncológica, el Seguro Popular solía destinar 20 mil millones de pesos para cubrir, de manera integral, esta enfermedad catastrófica. Se otorgó atención integral a más de 32 mil personas. En este esquema de servicios creado en 2004 cuenta, por aparte, con fideicomiso para cubrir con antirretrovirales a los pacientes que viven con VIH/Sida. Se conformaba también con la aportación solidaria de los estados, es decir, con cerca de 30 mil millones anuales. Este recurso ya no se obtuvo con la desaparición del Seguro Popular. Los recursos dirigidos a ese fondo de salud también han servido para construir infraestructura, en las entidades federativas con mayor marginación social, para complementar recursos destinados al abasto y la distribución de medicamentos y demás insumos. ¿Qué pasará con los pacientes que padecen esta cruel enfermedad? Lo cierto es que llevan meses manifestándose por falta de medicamentos, esperemos que prevalezca la razón y rectifiquen en cuanto al gasto en salud.

Dr. César Álvarez Pacheco

cesar_ap@hotmail.com

@cesar_alvarezp

Huatabampo, Sonora.