domingo, 23 de febrero de 2020

El movimiento feminista.


La violencia de pareja sigue constituyendo un tabú social y cultural, a pesar de ser un fenómeno de gran magnitud en México y un grave problema de salud pública en el mundo. Debido a que el ejercicio de la violencia masculina se sigue considerando como algo “normal”, con frecuencia resulta “invisible” aun para las propias mujeres maltratadas y esto incide en una inadecuada respuesta al problema. Los elementos que contribuyen a esta negación y naturalización de la violencia son múltiples y de diverso orden: personales, de la relación de pareja, y de orden institucional, social y cultural. Lo cierto es que el movimiento feminista cada día cobra mas fuerza y por fortuna, se le pone mas atención aunque aún hay mucho por hacer. El proximo 9 de marzo “Un día sin nosotras” será crucial para este movimiento, pese a los descalificativos que han tenido por parte del presidente.
                                                               
La investigación acerca de la violencia en contra de la mujer en México es muy reciente. Sus inicios se remontan a principios de la década de los noventa, cuando se realizaron los primeros estudios de prevalencia, sobre todo de violencia de pareja. De entonces a la fecha, la notificación de la prevalencia de violencia de pareja oscila entre 30 y 70%. Las diferencias entre las prevalencias señaladas en estos estudios se pueden explicar por: la utilización de diferentes definiciones conceptuales de la violencia de pareja; el uso de distintos instrumentos para su medición; y el tipo de población y zona geográfica estudiada. Hace poco más de 10 años la violencia se entendía a escala mundial como el quehacer exclusivo de los criminólogos y los aparatos de justicia. Prevenir la violencia era un asunto que competía sólo al oficial de policía, los jueces de la corte y los celadores de las cárceles. Más aún, prevalecía la idea de que la prevención de futuros comportamientos violentos sólo era posible si se encarcelaba y castigaba a los agresores: el miedo a la sanción era la forma de evitar que los potenciales agresores cometieran actos delictivos. Pero pareciera que ese “miedo” a la sanción, en ocasiones se olvida y gana el impulso. Y es que este problema se ha agravado los últimos años hasta convertirse no solo en un problema social y cultural, sino de salud pública. De enero a diciembre de 2019 ocurrieron en México 916 feminicidios, de acuerdo con el reporte del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública. El estado de Veracruz ocupa el primer lugar nacional con 157 víctimas por este delito; Edo. De México, el segundo con 122; la CDMX, la tercera con 68; Nuevo León, el cuarto lugar y Puebla, el quinto, con 58 feminicidios, respectivamente. Para darnos una idea de la dimensión y la gravedad de estos datos, en 2015 se contabilizaron en nuestro país 411 feminicidios, es decir que el número de víctimas se ha duplicado. En una resolución de la Corte Interamericana de Derechos Humanos de 2009, el feminicidio quedó definido como el homicidio de mujeres por razones de género y resolvió que el acceso a la justicia para ellas ante actos de este tipo debería seguir los protocolos internacionales de protección a ese sector de la población. Hay evidencias de que las mujeres maltratadas hacen más uso de los servicios de salud, incluyendo consultas de atención primaria y desde luego de los servicios de urgencias, frecuentemente con padecimientos que enmascaran el problema de fondo, de ahí la importancia de identificar al momento de la atención, cualquier tipo de violencia.

La trayectoria de búsqueda de ayuda institucional es parte de lo que se conoce como “ruta crítica”, es decir, el propio proceso de conscientización y búsqueda por parte de la mujer, y los recursos sociales e institucionales con los que pudo contar o no, para dar solución a su problema. Diversos estudios muestran que las víctimas de violencia, no acuden a los servicios de salud para solicitar ayuda de manera inmediata. Suelen evitar hacerse “visibles” en los servicios de atención por vergüenza o desconfianza, y cuando acuden por lesiones o malestares causados por la violencia, constatan que los médicos no identifican de manera inmediata el problema. En contraste, las psicólogas o las trabajadoras sociales que laboran en estos mismos servicios les merecen más confianza, en especial porque muestran un mayor interés o voluntad de ayudar. Por su parte en las oficinas de ministerios públicos, es frecuente que se les pida regresar otro día, y solicitar otra cita. Para entonces puede ser que las lesiones ya no sean visibles, en cuyo caso se envía a la mujer de nuevo a su casa sin ninguna solución. En otras ocasiones, la misma espera hace que la propia mujer “se arrepienta” y abandone el proceso. Mucho por hacer, a pesar de la indiferencia y denostación por parte del gobierno, sin embargo cada día el movimiento feminista cobra mas fuerza. En hora buena.


Dr. César Álvarez Pacheco
cesar_ap@hotmail.com
@cesar_alvarezp
Huatabampo, Sonora.



domingo, 16 de febrero de 2020

El plato del bien comer…Maya.


Uno de los mayores desafíos que existen para realizar actividades de promoción de la salud con la intención de disminuir riesgos, es realizar campañas educativas cuyo diseño sea adecuado a la población que se quiere impactar; sin embargo, esto es poco frecuente, entre otras cosas, por el alto costo que implica producir material educativo para cada región y tipo de población que habita en México.  Hoy mas que nunca las redes son el método de comunicación mas efectivo para la población joven, y no tan joven; publicidad, comerciales y personajes diversos que comparten ideas y puntos de vista. Eso también incluye la alimentación.

Debido al riesgo que implican el sobrepeso y la obesidad para el desarrollo de enfermedades como la diabetes y la hipertensión, en México, contamos con la Norma Oficial Mexicana de “Promoción y Educación para la Salud en Materia Alimentaria. Criterios para Brindar Orientación”, en la que se propone una representación gráfica llamada El Plato del Bien Comer como herramienta de promoción de la salud, para utilizarse en actividades de orientación alimentaria. El plato integra tres grupos de alimentos previamente identificados como básicos para la dieta de los mexicanos: verduras y frutas; cereales y tubérculos; leguminosas y alimentos de origen animal. Sin embargo, se considera que esta propuesta es poco viable para utilizarla en áreas rurales debido a que contiene productos alimenticios no conocidos por la población de escasos recursos, particularmente de origen indígena, que, además de vivir en zonas rurales donde hay poco acceso a supermercados, carece de recursos económicos para comprar los productos recomendados. Otro factor asociado con las condiciones de vida de esta población es la desnutrición, persistente en zonas rurales con presencia de población indígena, las cuales son, además, las áreas con mayor inseguridad alimentaria, y que se traduce en factor predisponente de baja talla en los niños. Adicionalmente, otros estudios han mostrado una relación entre la pobreza, la desnutrición, el sobrepeso y la obesidad, que se adjudica al desconocimiento de la población sobre los valores nutricios de los alimentos. Con la influencia de los medios masivos de comunicación, incluyendo las redes; los niños y adolescentes escuchan el discurso sobre la importancia de comer “saludablemente”; sin embargo, en la vida diaria las prácticas alimentarias son contrarias a las ideales, entre otras cosas por el exceso de publicidad de productos con poco valor nutricional y por la idea de que comer sano es caro.

No obstante, una de las dificultades para realizar actividades de promoción de la salud con adolescentes, específicamente relacionadas con alimentación saludable, es la falta de comunicación efectiva y de negociación intercultural de parte del personal de salud, considerando la interculturalidad entendida como la influencia que la interacción entre dos o más culturas ejerce sobre las personas, en este caso, entre diferentes modelos de atención a la salud. Al respecto, se han propuesto indicadores de mejora donde destaca el “respeto a la libre expresión de prácticas y creencias”, punto necesario para comprender la perspectiva de los jóvenes respecto de la alimentación local. Investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Yucatán, están realizando esfuerzos por desarrollar herramientas de promoción a la salud acordes con la cultura maya; por ello diseñaron El Plato del Bien Comer Maya, el cual sigue el mismo diseño de El Plato del Bien Comer utilizado a nivel nacional, pero enfatiza en los alimentos del patrimonio cultural y natural del pueblo maya que se consumen cotidianamente en el área rural, incluyendo alimentos con índice glucémico bajo y de bajo costo. El Plato del Bien Comer Maya propone utilizar los recursos disponibles en las comunidades sin afectar económicamente la situación familiar. Los productos que contiene cada grupo de alimentos se consumen por la población maya desde tiempos de sus antepasados. El plato tiene un anexo en lengua maya e incluye figuras de flora y fauna regionales, colores que identifican los grupos de alimentos y simbología maya; además, nombra los alimentos tal y como la población se refiere a ellos diariamente. Proporciona ideas de combinación de alimentos de bajo costo y evita alimentos industrializados.  Este tipo de intervenciones  es recomendable crear opciones saludables en los jovenes en el marco de la representatividad.


Dr. César Álvarez Pacheco
cesar_ap@hotmail.com
@cesar_alvarezp
Huatabampo, Sonora.



domingo, 9 de febrero de 2020

A la %$&#gada.


Desde la perspectiva de los determinantes sociales de la salud, el proceso salud-enfermedad de la población y el mismo proceso de atención médica están determinados por una red de causas entrelazadas, en las que algunas son inmediatas o no estructurales y otras son de carácter más profundo o estructurales. En ese sentido, la atención médica está condicionada por múltiples causas que pueden ser de carácter estructural como son la disponibilidad, accesibilidad y cobertura de los servicios de salud u otras de carácter no estructural como es la calidad en el proceso de brindar la atención médica. O como dice el gobernador de Aguascalientes: A la …gada.

El fenómeno de las inconformidades de los usuarios de los servicios con la atención médica es un fenómeno complejo que puede deberse a gran diversidad de causas, que van desde las inmediatas y superficiales como son el trato inadecuado al paciente debido a insuficiente capacidad técnica y humana de los prestadores de servicios hasta las más profundas como son la insuficiencia de recursos humanos, infraestructura física y equipo médico. Sin embargo, la disponibilidad de los recursos es el factor clave en tanto que se trata de una causa raíz que determina los factores de la superficie que se manifiestan como la calidad de los servicios. Es por completo incuestionable que la mejor investigación en salud de este país se lleva a cabo en los llamados Institutos Nacionales de Salud. La historia de dichos hospitales se encuentra ligada al desarrollo del pensamiento médico en muchas áreas, y frecuentemente trabajan en dichos temas los mejores expertos que tienen la oportunidad de presentar hipótesis razonables frente a las nuevas realidades epidemiológicas. Actualmente los Institutos Nacionales, sufren de la falta de insumos médicos para poder otorgar una atención no solo de calidad, sino óptima o casi mínima para enfermedades complejas que padecen pacientes como niños con leucemia o del Instituto de Neurología. La confusión y desorden en el abasto de medicinas se ha presentado como una crisis en el sistema de salud por las nuevas reglas de las compras consolidadas de medicamentos y errores en la operación de programas gubernamentales. Para evitar que siguiera afectando su imagen y resolver el problema, la federación dejó de comprar a distribuidoras nacionales, que le vendían el 70% de las compras. Derivado de ello y de otras tantas cosas más atribuibles a nuestros funcionarios públicos, según dio a conocer el martes Loret de Mola, en su columna para, el abasto de medicinas ha caído, por lo menos, un 10% en el IMSS, llegando a los peores niveles en varios años (al final del 2018 era de más del 99 por ciento). La crisis de salud que estamos viviendo por el desabasto de medicamentos afecta particularmente a los grupos más vulnerables que son niños y personas mayores, situación que, desafortunadamente, se presenta en todo el país. Lamentablemente una de las causas por la que la salud se encuentra afectada es la causa “política” por tener visiones cortas en donde la indolencia es mas fuerte que el bienestar, esa palabra tan comentada durante el último año pero tan hueca, que no se ha encontrado precisamente por ningún lado.

Pero los primeros pasos hacia los “modelos” locales de salud han sido desafortunados por expresiones de exclusión como la del gobernador de Aguascalientes, Martín Orozco, de mandar a la “chingada” a los pacientes de otros estados que acudan a la entidad. Por su parte, el de Querétaro, Francisco Domínguez, sostuvo que se sumará al Insabi hasta agosto de 2021, tras conocer el resultado de la elección intermedia. Y es que en Aguascalientes, según menciona el gobernador, se destina el 25% del presupuesto para salud en atención de pacientes foráneos, por lo que pretende “cuidar” el dinero de los hidrocálidos…pero a que costo. Por otro lado en Querétaro esperan a las elecciones intermedias para valorar el “laboratorio” político y ver que tan sano o enfermo quedará el estado, y mientras el paciente pues a esperar.

Dr. César Álvarez Pacheco
@cesar_alvarezp
Huatabampo, Sonora.

El pulso de la salud.


Sin duda la salud ha sido un tema muy controvertido durante el último mes, y es que entre el Coronavirus y el sistema de salud de nuestro país, hay mucho que decir y mucho por resolver. Durante el mes pasado el presidente anunció una estrategia que llamó la atención, no por su “operatividad” sino por el nombre: El pulso de la salud.

El presidente, inició el pasado Enero, la presentación de un informe semanal, denominado: "El Pulso de la Salud" que originalmente se haría los martes de cada semana y que se denominaría "Quién es quién en la salud". Es decir, balconear a cada Gobernad@r que no cumpla con sus exigencias para firmar el acuerdo de acceder al INSABI. Durante la misma conferencia, indicó, que él quería que el informe se llamara "Quién es quién en la salud", pero los funcionarios de la Secretaría de Salud propusieron otro nombre. En la presentación del informe, el subsecretario de Salud, explicó la forma en que va a funcionar la nueva política mediante el Instituto de Salud para el Bienestar que si bien se escucha gratificante para muchos mexicanos, hay otros a los que todavía no les llega ni la gratuidad, ni los medicamentos, ni “el pulso”. Dentro de “El pulso de la salud” semanal, trascendió que 21 estados se han adherido ya al Instituto de Salud para el Bienestar que continuará brindando atención a personas que no cuentan con ningún tipo de seguridad social, y que se continúa con el diálogo con los 11 estados restantes. Hasta hoy, sólo faltan Baja California Sur, Campeche, Chihuahua, Coahuila, Guanajuato, Jalisco, Michoacán, Nuevo León, Morelos, Tamaulipas y Aguascalientes. Lo mas “sano” para los estados y pacientes, es que los gobernadores accedan, ya que al modificarse la estructura y operatividad desde la federación, su sistema de salud mediante el extinto Seguro Popular, ya es inviable. A menos que resuelvan con recursos propios, y depende de su estadística de enfermedades, que es difícilmente costeable. Lo mas recomendable es precisamente “pulsar” a la federación para adherirse y resolver de manera conjunta estados y federación, para que los pacientes no interrumpan su tratamiento como se ha venido dando ante la incertidumbre del nuevo sistema de salud. México es un país que se ha caracterizado por la inequidad social imperante que en el ámbito de la salud y se ha reflejado en resultados sanitarios desfavorables entre la población en condiciones de pobreza. La situación de pobreza en México se hace más notoria fuera de las grandes ciudades y entre la población indígena.

Las dificultades para el acceso a los servicios de salud, las cuales se identifican en comunidades y son necesarias documentar, en aras de dar cumplimiento a la meta de equidad, es importante para registrar el “pulso” real de los avances del nuevo sistema de salud, que precisamente siga habiendo pulso como tal para que el sistema no desfallezca. Este es un paso crítico para promover oportunidades para toda la gente, identificando aquellos sectores de la población que más lo necesitan, sobre todo pacientes con tratamientos específicos  y costosos. Los hallazgos confirman que la condición de aseguramiento no garantiza el acceso real a la atención a la salud, ya que subyacen retos adicionales para lograr la atención de los problemas de salud, como se ha reportado en informes recientes. Diversas razones pueden determinar que una persona afiliada a un esquema de aseguramiento en salud no reciba los servicios a los que tiene derecho: desde la inexistencia del servicio específico que es requerido (ausencia de disponibilidad) hasta la falta de información sobre los servicios a los que puede acceder o la desconfianza en los que son ofrecidos. Es difícil identificar desigualdades para las poblaciones más desfavorecidas, principalmente las que residen en áreas rurales dispersas, pertenecen a grupos indígenas o viven en condiciones de pobreza, que se ocultan por información de segmentos de población con mejor acceso. Esperemos que en el próximo “pulso” nos muestren resultados mas favorables en tema de salud, por el bien de los pacientes.


Dr. César Álvarez Pacheco
cesar_ap@hotmail.com
@cesar_alvarezp
Huatabampo, Sonora.