Se
ha observado que los médicos durante la realización de su trabajo están
expuestos a sufrir diversos tipos de agresiones físicas y no físicas, cuyo
espectro alterna desde las agresiones verbales, como los insultos y las
amenazas, hasta las agresiones físicas, que incluyen las de índole sexual e
incluso el homicidio realizado por pacientes o derivados de la imperante
inseguridad a lo largo del país. Los médicos pasantes han estado expuestos
desde hace tiempo sin la protección necesaria tanto física como laboral. Por
mas de 80 años han otorgado el servicio a las comunidades mas alejadas con la
misma prestación y una beca simbólica para posteriormente titularse.
El
servicio social en medicina inició en México en 1936 y después de 83 años de
existencia sus fundamentos y objetivos continúan siendo básicamente los mismos.
En los años posteriores a la Revolución Mexicana, una disputa política e
ideológica sobre el papel de la educación en el país entre el gobierno nacional
y la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), derivó en su creación.
Antes de recibir su título de médico, todos los egresados debían pasar una
temporada en los servicios rurales de salud para “retribuir a la sociedad la
deuda que contraían por haberlos educado”. Con el tiempo el servicio social se
convirtió en una fuente de oferta de trabajo médico para zonas rurales cuyos
habitantes eran receptores principales de una política de beneficencia por
parte del Estado nacional. Históricamente, esto ha permitido a las autoridades
de salud federales y estatales suplir la fuerza de trabajo profesionalizada que
por razones financieras y laborales no podía ser atraída para prestar servicios
en zonas rurales, y ¿sabe que? Seguimos igual. La desigual distribución
geográfica de los médicos ha sido ampliamente documentada y las razones de esto
tienen que ver con una compleja red de situaciones, incluidas la incapacidad de
las autoridades de salud para generar una política acorde, la resistencia de
actores corporativos, principalmente los sindicatos, y las legítimas
preferencias de los médicos de practicar en zonas donde puedan contar con
satisfactores individuales, familiares y sociales. Es común que se oferten
plazas laborales donde se requiere la práctica médica (y diversas
especialidades) pero un impedimento hoy día, es la inseguridad que existe en
diversas zonas del estado, sobre todo el área serrana. En México, durante los
últimos años ha aumentado la cantidad de noticias que informan sobre casos de
médicos agredidos e incluso asesinados en las comunidades rurales donde se
encontraban realizando las actividades profesionales correspondientes al
periodo del servicio social. Los casos más graves y lamentables ocurrieron
principalmente cuando los médicos se encontraban solos o en pequeños grupos y
durante la noche, en condiciones que claramente potencian el anonimato de los
agresores y la vulnerabilidad de los médicos. Durante el periodo de realización
del servicio social en México, a pesar de la creciente frecuencia de denuncias
publicadas en periódicos de este país, donde se relatan sucesos ocurridos en
comunidades rurales que manifiestan la fatalidad y gravedad de las lesiones que
sufren los médicos durante la prestación de servicios de atención médica a la
población de diversas comunidades rurales, éstos continúan sus labores hasta
culminar el año. De manera similar, las agresiones que sufren los médicos en
sus escenarios laborales no son resultado únicamente de la interacción de actos
inseguros y condiciones peligrosas que se presentan, sino que detrás de estas
causas existen otras causas básicas (como la falta de equipos de protección
personal y colectiva, falta de personal de seguridad física y psicológicamente
apto para manejar una situación violenta) y causas raíz (desconocimiento de
nociones en salud en el trabajo y seguridad e higiene ocupacional, ausencia de
programas de seguridad contra las agresiones, inexistencia de actividades
dirigidas a la detección, evaluación y seguimientos de este tipo de hechos,
etc.) que favorecen la presencia y persistencia de las agresiones hacia los
médicos y ahora la burla de otorgar una beca de mayor monto a “ninis” que a
jovenes que están ya a punto de titularse, prestando un servicio a una
comunidad. “Ninis con sueldo, pasantes sin presupuesto” gritaban los médicos y
enfermeras durante la marcha de protesta ante los recortes a salud y la
posibilidad de retirarles sus becas ¿Pero que necesidad?, Salud declaró
posteriormente que no se les retirarían.
Y
son precisamente estas causas raíz y fallas de control de la dirección y
gerencia de una organización o institución las que se deben identificar para
desarrollar intervenciones efectivas que permitan erradicar o controlar dichas
agresiones o torpezas administrativas. Todo lo anterior es indispensable que
sea entendido por las autoridades para que comprendan la gran responsabilidad
que esto corresponde.
Dr. César Álvarez Pacheco
@cesar_alvarezp
Huatabampo, Sonora.
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