Las vacunas son una de
las historias de éxito más grandes en salud pública. Su uso rutinario en todo
el mundo ha erradicado la viruela, casi terminado con la poliomielitis y
reducido los brotes de sarampión, tosferina y otras enfermedades a mínimos
históricos. Además, las vacunas son nuestra mejor defensa contra enfermedades
infecciosas, especialmente en las regiones endémicas. En los pacientes con
inmunodeficiencias, las vacunas podrían desempeñar un papel importante en la
prevención de infecciones causadas por enfermedades prevenibles por vacunación.
Sin embargo, la decisión de inmunizar o no a dichos pacientes ha causado
controversa por conspiranoicos que dicen que causan daño y no su verdadero
propósito: protegernos de enfermedades.
Desde la Organización
Panamericana de la Salud (OPS) se emitió una alerta porque 11 países de la
región han registrado casos de sarampión. En 2016 la OPS había declarado libre
de sarampión a la región. Es decir, si está presente en otros sectores del
mundo, el virus se importa. Pero Estados Unidos no es el único país que se
enfrenta a quienes se oponen a las vacunas: a pesar de que existe una vacuna
ampliamente disponible, el sarampión provocó 110,000 muertes en todo el mundo
en 2017, principalmente, de niños de menos de cinco años. En todo el mundo,
partidos de derecha difunden propaganda antivacunas, y ciertos grupos
religiosos, junto con sistemas inadecuados de atención a la salud, no hacen más
que complicar el problema. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha dicho que
la reticencia a la vacunación es una de las mayores amenazas para la salud en
2019. La propagación de las ideas
antivacunas están teniendo consecuencias evidentes en la población mundial. El
brote de sarampión -un virus que se daba por dominado y casi enterrado hace
algunos años- ha cobrado 37 víctimas en Europa y en Latinoamérica ya está
presente en 11 países. Los especialistas señalan que urge una campaña que ayude
a desmitificar rumores como que, por ejemplo, las vacunas provocan autismo. El
levantamiento de movimientos de este tipo, que dicen oponerse a la cosmovisión
que impone a la medicina tradicional como la única alternativa de salud, ha
dado pie a la propagación de enfermedades que se creían enterradas. En un
estudio publicado en 2016 por la revista EBioMedicine se reveló que 41 por
ciento de los encuestados franceses no pensaban que las vacunas fueran seguras,
un índice mucho más alto que el promedio mundial de tan solo 12 por ciento. Sin
embargo, los políticos reaccionarios han explotado la propaganda antivacunas.
“Sabemos muy poco sobre las consecuencias a largo plazo de las vacunaciones
múltiples, que llenan los bolsillos de los laboratorios médicos”, tuiteó en
2017 Marine Le Pen, líder del partido Agrupación Nacional. En Estados Unidos,
los Centros para el Control y la Prevención de las Enfermedades (CDC, por sus
siglas en inglés) emitieron en 2018 una Alerta de Nivel 1, en la que advertían
a los viajeros estadounidenses que debían asegurarse de estar vacunados contra
el sarampión antes de viajar a Francia.
La vacunas no solo son
para la edad escolar en los niños, también hay vacunas que se deben administrar
en la edad adulta para proteger al individuo de ciertas enfermedades
infecciosas que pueden poner en riesgo su vida. Existen además algunas
condiciones especiales que hacen a la persona más o menos susceptible de
contraer ciertas enfermedades infecciosas; tales condiciones incluyen el
embarazo, ser trabajadores de la salud, los estados de inmunidad deprimida, como
la infección por el virus de inmunodeficiencia humana y el cáncer. Otra
condición que hace a la persona más susceptible es viajar a lugares inhóspitos
donde el individuo está en mayor riesgo de contraer ciertas enfermedades
infecciosas que son endémicas en esos lugares como la selva tropical, las
sabanas de África o las regiones rurales y lluviosas del Sureste de Asia. El
avance en las comunicaciones y los efectos de la globalización permiten que un
individuo se desplace de un lugar a otro en pocas horas y se encuentre
prácticamente al otro lado del mundo. El problema de los anti vacunas son ya,
un problema de salud pública.
Dr. César Álvarez Pacheco
@cesar_alvarezp
Huatabampo, Sonora.