domingo, 28 de enero de 2018

El Agua

El agua es la molécula más abundante en los seres vivos y en el planeta, su estructura está formada por dos átomos de hidrogeno unidos de forma covalente a un átomo de oxigeno (H2O) y tiene un peso molecular de 18g/mol. Los átomos que la forman son gases, lo que haría suponer que se presentaría en estado gaseoso a temperatura ambiente. Sin embargo, es líquida. Además el agua tiene la característica de cambiar de estado gaseoso (vapor de agua) o sólido (hielo) conforme se conforme se aumente o disminuya la temperatura, respectivamente.

El agua en nuestro planeta ocupa aproximadamente el 75% de la superficie, por la cual se denomina el "planeta azul" (Pero de nombre: “Tierra”). En el ser humano el agua representa en promedio el 60% del peso corporal del adulto joven. El contenido del agua corporal va del 50 al 90% dependiendo del género, edad y constitución física. Por dar un ejemplo un embrión ocupa el 90%, en el recién nacido del 70 al 80%, en un adulto joven del 60 al 70% y en un anciano del 50 al 55%, en las mujeres es un 10% menor que el hombre debido al porcentaje mayor de grasa corporal y menos masa muscular que ellas tienen. Cabe señalar que el contenido del agua en tejido adiposo es del 15% y muscular un 85%. Además de agua, el cuerpo humano está constituido por 17-18% de proteínas y sustancias relacionadas; el 15% de lípidos, el 7% de minerales y menos de 1% de carbohidratos. Es por eso la importancia biológica del agua en el organismo debido a que ocupa todos los compartimentos del cuerpo humano y participa en las reacciones bioquímicas a nivel celular en todos los órganos. Tras ser ingerida, el agua es absorbida por el tracto gastrointestinal. Entra en el sistema vascular, y es transportada a cada célula. El agua intracelular supone el 65% del contenido total de agua en el cuerpo. Después de pasar por el estómago, el agua es absorbida principalmente en los primeros segmentos del intestino delgado. Una pequeña parte de toda la absorción de agua se produce en el estómago y el colon: el intestino delgado absorbe 6,5L/día, mientras que el colon absorbe 1,3L/día. Estas cantidades corresponden al agua ingerida a diario, además del agua producida por las secreciones de las glándulas salivales, el estómago, el páncreas, el hígado y el propio intestino delgado. El proceso de absorción es muy rápido: un estudio publicado recientemente demostraba que el agua ingerida aparece en el plasma y las células de la sangre tan sólo cinco minutos después de ser ingerida. El agua pasa desde el espacio intestinal al plasma principalmente mediante un transporte pasivo, regulado por ósmosis. A continuación, las moléculas de agua son transportadas por la circulación sanguínea para ser distribuidas por todo el cuerpo, a los líquidos intersticiales y a las células. El agua se mueve libremente por el compartimiento intersticial y se desplaza a través de las membranas de las células por unos canales específicos de agua. Los intercambios de líquidos entre compartimentos están regulados por presiones, y flujos de agua de acuerdo con los cambios en la osmolaridad de los líquidos extracelulares. 

La reserva de agua corporal se renueva a una velocidad que depende de la cantidad de agua ingerida: cuanto más bebe una persona, más rápido se renueva el agua corporal. Para un hombre que beba 2L de agua al día, una molécula de agua permanece en el cuerpo 10 días, y el 99% de la reserva de agua corporal se renueva en 50 días.  La renovación del agua corporal es determinada por el agua ingerida, que reemplaza las pérdidas constantes que afronta el cuerpo. Esto permite mantener el equilibrio hídrico corporal. El agua es muy importante en el organismo ya que tiene diferentes funciones, entre las más importantes es la capacidad de ser solvente universal de la mayoría de las moléculas orgánicas e inorgánicas, funciona como sustrato, cosustrato o producto en múltiples reacciones metabólicas, determina la estructura y propiedades de las moléculas que hidrata, además es el medio en el que se llevan a cabo la mayoría de las reacciones químicas corporales, transporte de sustancias y regulador térmico. Todo lo anterior debido a sus asombrosas propiedades físico-químicas.

Dr. César Álvarez Pacheco
@cesar_alvarezp

Huatabampo, Sonora.

domingo, 21 de enero de 2018

La “Buena” Salud de Trump

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, tiene una salud “excelente” y no tiene ningún problema cognitivo, aunque quiere perder entre cuatro y siete kilos este año porque pesa 108, su médico, el doctor Ronny Jackson; se encuentra en buena forma. Sin embargo ningún médico en sus cabales diría que alguien como Trump, podría gozar de “buena” salud. En lo personal me atrevería a decir que cuenta con varios problemas incluso enfermedades crónicas que bien pudiesen ser tratables con medicamento, y que eso se traduce en “estable o controlado”, pero no un paciente “sano” como tal.

Trump, de 71 años, se sometió en días pasados al primer chequeo médico anual de su mandato, y aunque su doctor no tenía previsto examinar su salud cognitiva, decidió hacerlo porque el presidente se lo pidió. Su médico comentó: “No tengo ninguna preocupación sobre su capacidad cognitiva”, dijo Jackson, que sometió a Trump a un test llamado la Evaluación Cognitiva de Montreal, que permite detectar problemas leves mediante una serie de 30 preguntas, y el presidente las acertó todas. No veo ninguna razón en absoluto para pensar que el presidente pueda tener ningún problema en absoluto con su razonamiento. Su mente es muy aguda, está intacta”; sin embargo la aplicación de un solo instrumento para valorar la capacidad cognitiva no es diagnostico ni pronóstico de nada solo estimaciones u orientaciones hacia algún padecimiento, incluso comentó que está en forma para ejercer su deber (de presidente), durante el resto de su mandato e incluso durante el resto de otro mandato si fuera elegido” de nuevo en 2020 (¡PUM!). Existen varios instrumentos para valorar la capacidad cognitiva en un paciente adulto mayor como el presidente de EU. Se me ocurren al menos 10 para hacerlo, sin embargo los más comunes como: Minimental Folstein, Yesavage, índice de Katz, escala Lawton & Brody, entre otras; existen otras más para valorar los medicamentos que toma y su efecto posterior, así como de su estado nutricional que no debe de ser bueno del todo. La estrategia de Trump obedece a la reciente publicación del exitoso libro: Fire and Fury de Michael Wolff y las especulaciones sobre su salud mental y sus excéntricos hábitos como el acostumbrar a comer hamburguesas y malteadas de un establecimiento de comida rápida por miedo a ser envenenado, este tipo de alimentos no son nada saludable, son ricos en grasas trans, en sodio, azúcar y que decir de productos procesados. Producto de esto, Trump tiene sobrepeso y roza la categoría de obeso (OMS), con un índice de masa corporal de 29,9, dado que pesa 108,4 kilos y mide 1,92 metros, por lo que su doctor planea trabajar con él para desarrollar un plan de dieta y ejercicio que le permita perder peso, obviamente requiere de un cambio de hábitos alimenticios.

Su presión sanguínea está en el rango normal, de 122 sobre 74, (las nuevas guías de hipertensión de la AHA/ACC la consideran “elevada”) y su colesterol es algo elevado, con un total de 223, pero el presidente toma un medicamento llamado Crestor (rosuvastatina) para controlar ese problema, y su doctor planea aumentarle la dosis porque hasta ahora era muy “baja”. Trump también toma aspirina para la salud cardíaca, “propecia” (finasteride)  para combatir la calvicie (su principio activo combate hiperplasia prostática), una crema para tratar la rosácea (una enfermedad que enrojece la piel) y el sedante Ambien (Zolpidem) de forma ocasional, para poder dormir en los aviones, pero con ese temperamento creo que lo necesita con frecuencia, y cabe señalar que es altamente adictivo. Sin embargo, por lo habitual el presidente duerme solamente de cuatro a cinco horas al día, que por lo regular es normal para una persona de su edad ya que el ciclo sueño vigilia se encuentra alterado a diferencia de una persona más joven. Una falacia creer que el presidente cuenta con una “excelente” salud como lo pinta su médico; una persona con obesidad, sedentarismo, fanático de la comida rápida y que consume al menos 12 latas de refresco de cola al día; debe contar con al menos: Diabetes, Hipertensión, Síndrome metabólico, obesidad, rosácea, dislipidemia y trastornos de personalidad; más los que se acumulen.

Dr. César Álvarez Pacheco
@cesar_alvarezp

Huatabampo, Sonora.

domingo, 14 de enero de 2018

Investigación > experiencia.

Curar las enfermedades y conservar la salud es el problema que la medicina se ha planteado desde su origen y del que persigue aún la solución científica. El estado actual de la práctica médica hace presumir que esta solución será buscada aún por largo tiempo. Mientras tanto, en su mar­cha a través de los siglos, la medicina ha tentado innumerables ensayos en el terreno del empirismo, y ha sacado de ello útiles ense­ñanzas. En nuestro tiempo, gracias al desenvolvimiento considerable y a la poderosa ayuda de la investigación, el estudio de los fenó­menos de la vida, sea en estado normal, sea en estado pa­tológico, ha realizado progresos sorprendentes, que se mul­tiplican día a día.

Es evidente entonces para todo espíritu no prevenido, que la medicina se dirige hacia su vía científica definitiva. Por simple marcha natural de su evolución, abandona poco a poco la región de los sistemas para revestir cada vez más la forma analítica y entrar así gradualmente en el método de investigación común a las ciencias experimentales. Para abrazar el problema médico en su conjunto, la medicina experimental debe comprender tres partes fun­damentales: la fisiología, la patología y la terapéutica. El conocimiento de las causas de los fenómenos de la vida en estado normal, es decir la fisiología, nos enseña a man­tener las condiciones normales de la vida y a conservar la salud. El conocimiento de las enfermedades y de las causas que las determinan, es decir, la patología, nos conducirá por un lado a prevenir el desenvolvimiento de estas con­diciones mórbidas y por otro a combatir sus efectos con agentes medicamentosos, es decir, a curar las enfermedades. El conocimiento del estado patológico o anormal no puede ser obtenido sin el conocimiento del estado normal, lo mis­mo que la acción terapéutica de los agentes anormales o medicamentosos sobre el organismo no puede ser compren­dida científicamente, sin el estudio previo de la acción fisio­lógica de los agentes normales que mantienen los fenómenos de la vida. Si se quieren constituir las ciencias biológicas y estudiar los fenómenos tan com­plejos que se producen en los seres vivientes, sea en el estado fisiológico, sea en el estado patológico, es necesario ante todo plantear los principios de la experimentación, y en seguida aplicarlos a la fisiología, a la patología y a la terapéutica. La experimentación es indiscutiblemente más difícil en medicina que en ninguna otra ciencia. Mientras más compleja es una ciencia, más importa en efecto establecer en ella una buena crítica ex­perimental, a fin de obtener hechos comparables y exentos de causas de error. Una certificación de establecimientos médicos (hospitales) es equiparable a una certificación o plan de seguridad de las empresas de aeronáuticas. En el argot médico decimos de manera coloquial: Si tuviese usted que realizar un vuelo ¿cómo preferiría usted volar? ¿Con un piloto certificado o con un piloto que no lo está? En medicina es igual, consultar con un médico certificado o con uno que no lo está.

El hombre no puede observar los fenómenos que le ro­dean más que en límites muy restringidos; la mayoría escapa naturalmente a sus sentidos, y la observación simple no le basta. En el sentido filosófico, la observación muestra y la experiencia instruye. Esta primera distinción va a servirnos de punto de partida para examinar las diversas definiciones de la observación y de la experiencia que han sido dadas por los filósofos y los médicos. En la lengua francesa, la palabra experiencia, en singu­lar, significa de una manera general y abstracta, la instruc­ción adquirida por la práctica de la vida. Cuando se aplica a un médico, la palabra experiencia tomada en singular, expresa la instrucción que ha adquirido por el ejercicio de la medicina. Ocurre lo mismo en las otras profesiones, y es en este sentido que se dice que un hombre ha adquirido experiencia, que tiene experiencia. Luego se ha dado por extensión y en sentido concreto el nombre de experiencias a los hechos que nos suministran esta instrucción experi­mental de las cosas. Cuando se habla de una manera concreta y cuando se dice: hacer experiencias hacer observaciones, esto signi­fica que nos entregamos a la investigación y a la búsqueda, que tentamos ensayos, pruebas, con el objeto de adquirir hechos de los cuales el espíritu, con ayuda del razonamien­to, podrá sacar un conocimiento o una instrucción.

Dr. César Álvarez Pacheco
@cesar_alvarezp
Huatabampo, Sonora.



domingo, 7 de enero de 2018

¿Compro usted juguetes?

El juego es un derecho que aparentemente se ha ido perdiendo, muy probablemente como consecuencia de la vorágine en el modo de vida de los niños y adolescentes y que involucra fundamentalmente a los niños del área urbana y suburbana. Por esta razón, es necesario que los niños, padres de familia, maestros, pediatras y otros profesionales que se relacionan con los menores, establezcan una serie de reglas para la práctica de los juegos y la selección de los juguetes. Con motivo de las fechas pasadas, navidad y día de reyes es común que gran parte de los regalos sean precisamente juguetes para niños. Aunque la mayoría de los padres consideran que los juegos y los juguetes son acciones y objetos destinados a mantener a los niños entretenidos y contentos, es conveniente insistir que también constituyen un método de adiestramiento y aprendizaje. De esta manera, se puede entender al juego durante la etapa infantil como una actividad placentera, libre y espontánea, frecuentemente sin un fin determinado pero de gran utilidad en el desarrollo cognoscitivo del niño, pero ¡¿peligrosa?!

Con la llegada de los Reyes Magos, y debido a que en esta temporada circula una gran cantidad de juguetes de diversos materiales, instituciones de salud recomiendan no adquirir artículos con plomo ya que esto trae consecuencias en la salud de los niños afectando el desarrollo del cerebro y del sistema nervioso. Evitar productos pintados a mano, como los soldaditos o carritos; cabe mencionar que marcas comerciales reconocidas han tenido que retirar del mercado sus juguetes porque su pintura estuvo contaminada con plomo y varios niños han sido intoxicados con juguetes que provienen de China. Los juguetes que contienen una gran cantidad de ese mental son los provenientes de los países de Asia, y normalmente son baratos pero no pasan por un control de calidad. Como sucede con muchos tóxicos ambientales, los niños en edad temprana son más susceptibles que los adultos debido a que tienden a ingerir y a absorber más plomo, en relación con su talla, y tomando en cuenta, la velocidad del desarrollo cerebral a esa edad. En la mayoría de los niños intoxicados por plomo los impactos son subclínicos, esto es, no ocasionan signos o síntomas evidentes al efectuar una revisión clínica de rutina. Sin embargo, los estudios a fondo sobre poblaciones infantiles muestran que la capacidad cognitiva, la conducta y el crecimiento de esos niños se ven más afectados, en promedio, cuando se les compara con aquellos que han estado menos expuestos al plomo. La baja exposición a plomo también se ha asociado con efectos adversos en la conducta, incluyendo una disminución en la capacidad de concentración y un aumento en la impulsividad, así como a una sutil deficiencia en la agudeza acústica.

Existe abundante evidencia en humanos en cuanto a que la intoxicación por plomo, en particular la neurotoxicidad ambiental, ocurre en los niños cuando el plomo en sangre se encuentra en niveles que son bastante comunes en todo el mundo. Esta evidencia es el resultado de varios estudios llevados a cabo en diversas poblaciones, que es información apoyada, a su vez, por evidencia procedente de estudios en animales. La intoxicación aguda por plomo puede presentarse con síntomas no específicos sutiles, o bien con ningún síntoma, antes de que ocurra un rápido deterioro. El plomo en sangre tiene una vida media medida en semanas. Por el contrario, el del hueso tiene una vida media que se mide en años. En los niños intoxicados por plomo, cerca de los dos tercios de éste almacenados en su organismo se ubican en el esqueleto. Esa proporción aumenta a más de 90% en los adultos. Puesto que el polvo que contiene plomo puede adherirse fácilmente a las manos, el hecho simple de morderse las uñas puede dejar algo de éste en la boca. El hábito de lavarse las manos antes de ingerir alimentos reduce el contenido que pudiera existir en las manos, pero sólo por un tiempo muy breve, apenas el necesario para comer. Por último, lavar las superficies para eliminar el polvo contaminado con plomo puede reducir el riesgo si esta actividad se lleva a cabo de manera asidua y presupone la disponibilidad de los productos de limpieza adecuados, así como de agua limpia. ¿Compro usted juguetes?

Dr. César Álvarez Pacheco
@cesar_alvarezp
Huatabampo, Sonora.