domingo, 25 de junio de 2017

Música ¿Por qué no?

A través de la historia, la música ha tenido diversas connotaciones y funciones, pues además de ser un lenguaje, un vehículo de expresión y comunicación, constituye un arte que ha reflejado las corrientes concordantes de pensamiento religioso y filosófico, contemporáneo a su creación, lo cual ha revolucionado la civilización humana. A la luz de las investigaciones científicas que revelan cuáles son las áreas que ocupa la música en el cerebro humano, a través de las nuevas técnicas de diagnóstico por imágenes, particularmente en el cerebro expuesto a diversos estímulos captados en tiempo real, ha corroborado que su funcionamiento se relaciona con otras habilidades como las matemáticas, la especialidad y el lenguaje corporal, por lo que se le concede hoy día una importancia particular.

El cerebro desarrolla en redes neuronales una actividad sincrónica, al momento de su realización y según la complejidad del reto musical, lo que se califica como una capacidad intelectual autónoma. El sonido influye en el proceso de curación de diversas maneras, ¿música? ¡¿Por qué no?! La música: altera las funciones celulares mediante efectos energéticos; hace que los sistemas biológicos funcionen con más equilibrio; calma la mente y con ello el cuerpo y tiene efectos emocionales que influyen en los neurotransmisores y sustancias que generan placer, que a su vez ayudan a regular el sistema inmunitario y lo mejoran. La música arrastra a la acción y la interacción a través del ritmo. El ser humano es el único que puede sincronizar sus movimientos a través de ella, incluso, siendo bebés. Esta tiene una fuerza innegable de cohesión social. Con ella se recuerdan momentos de la vida, se baila, llora, medita, trabaja y se relaja, es decir, la propia persona se encuentra a sí misma. Por otra parte, ayuda a recuperar la salud y el optimismo para vivir, lo que no solo representa un modo de expresión y comunicación, sino también genera transformación en la actividad electromagnética del cerebro. La reflexión científica relativa a la simbiosis música-salud no llegó hasta la aportación pionera de Sir William Osler, padre de la medicina científica occidental.

La música también genera un impacto emocional con capacidad de modular o mitigar los efectos perjudiciales del estrés, a la vez que establece conexión entre afectividad, cognición y varios marcadores del organismo. Los sentimientos positivos a través de pensamientos, creencias y experiencias personales o comunitarias, pueden influir sobre el impacto físico que ocasionan algunas enfermedades. La música actúa positiva o negativamente, sobre la bioquímica del organismo, de acuerdo con el tipo de melodía escuchada. Ciertas notas musicales afectan a los aminoácidos de una proteína de las plantas y, en consecuencia, estas crecen rápidamente. La música sedante puede estimular la liberación de hormonas, como las endorfinas, que a su vez actúan sobre receptores específicos del cerebro, lo cual puede aliviar el dolor. La música altera la presión sanguínea y la velocidad de la sangre y la tonalidad. Así, la melodía y el ritmo afectan la respuesta y el nivel de conductancia de la piel, que puede llegar a acostumbrarse tanto a la música como al ruido. La interrupción o la aceleración del nivel de conductancia de la piel está marcadamente relacionado con el tiempo, la altura tonal y con el aumento de complejidad de la composición musical. El hecho de escuchar música equivale a exponerse a una multitud de estímulos sensoriales, cada uno de los cuales puede ser considerado como capaz de activar el fenómeno de restitución psicosensorial. Una música estimulante puede provocar el reflejo pupilar a la luz y los movimientos del estómago; una sedante, fuertes contracciones; puede inducir este estado y activar un tipo de sensación creativa. Existen aéreas que se activan en el cerebro con la música en tiempo real, lo cual ofrece beneficios diversos, a la vez que mejora las disfunciones físicas y psíquicas que confirman el aporte de esta a la salud física, mental y emocional.


Dr. César Álvarez Pacheco
@cesar_alvarezp
Huatabampo, Sonora.


domingo, 18 de junio de 2017

Animales en la ciudad.

Las enfermedades infecciosas y parasitarias han influido considerablemente en el curso de la historia y según todos los indicios, seguirán haciéndolo. Hay una serie de cambios sociales que están generando una coyuntura inédita y muy propicia a la extensión e incluso aceleración de un subconjunto de esas enfermedades que denominamos zoonosis emergentes o reemergentes; Dengue, Riquetzia, entre otras que se creían ya (casi) erradicadas.

El ser humano ha adoptado nuevos comportamientos y modos de vida, y al hacerlo ha incrementado el riesgo de verse expuesto a patógenos de esta complejidad. Entre los factores que han favorecido la aparición y persistencia de esos microorganismos figuran la evolución de la medicina y la industria, el envejecimiento de la población, un mayor número de individuos inmunodeficientes, el auge de la urbanización en el mundo entre otras. Existe entre la salud animal y la salud humana una estrecha relación, en donde hay que tener en cuenta el panorama epidemiológico y el componente epizootiológico, tanto de los animales domésticos como de la fauna silvestre. De igual manera es importante considerar que el daño a la salud que las zoonosis representan, no corresponde únicamente a la que se conoce a través de los casos que clínicamente y por laboratorio se diagnostican, es de suponer que algunos de los casos de zoonosis, pueden cursar de manera subclínica o desapercibida y como consecuencia nunca ser diagnosticados (Enf. De Lyme, o Tuberculosis por ejmp.), sería difícil determinar objetivamente cual es la carga microbiológica y parasitaria que las zoonosis representan en el desequilibrio del sistema inmune, como predisponente de otras muchas enfermedades no zoonóticas, sobre todo en la población infantil considerada como de alto riesgo en este rubro. Las zoonosis de mayor importancia en América, y más específicamente para América Latina, están referidas a Rabia, Brucelosis y la Tuberculosis Bovina. Todo ello en un marco de trascendencia económica para el sector pecuario por las pérdidas económicas que representan para su industria, y en forma concomitante, como un factor de impacto para la salud pública. Se agregan a este panorama la Teniasis y la Cisticercosis (Oaxaca, Michoacan), la Hidatidosis, la Encefalitis Equina (Huatabampo en la década de los 80,s), Leptospirosis, la Triquinosis. Sin embargo, habrá de tomarse en cuenta que la Organización Panamericana de la Salud, refiere más de 200 enfermedades conocidas que son transmisibles entre animales y humanos, involucrando diferentes vías: contacto directo, mordedura, arañazos, inhalación, contaminación de alimentos, agua, leche, contacto con orina o heces o por vectores artrópodos, además de las zoonosis antes señaladas, debe considerarse la posibilidad de la presencia de otras que también afectan, aunque en menor monto, a la población animal y concomitantemente a la humana.

La urbanización es un aspecto de gran importancia entre los cambios que está sufriendo la población. Se considera que esta no solo es inevitable sino necesaria para lograr un desarrollo adecuado. No obstante, también tiene sus desventajas si no se produce en forma planificada y ordenada. La contaminación del medio ambiente, con los residuos de la actividad humana es uno de los fenómenos más perniciosos para el medio ambiente. Los contaminantes son en muchos casos invisibles, y los efectos de la contaminación atmosférica y del agua pueden no ser inmediatamente evidentes, aunque resultan devastadores a largo plazo, ¡Cuéntale esa a Trump! Dirían algunos compañeros.
La población humana crece, introduciendo animales domésticos para su explotación o como mascotas. De este modo, tanto personas como animales se enfrentan a potenciales riesgos de contraer enfermedades o encontrar el terreno propicio para la aparición de estas. Es común en Huatabampo ver por las calles ocasionalmente a caballos, gallinas incluso ponis paseando sin ningún pudor y alimentándose de lo que encuentran, deben de tener un dueño (o deberían) sin embargo esta práctica es recurrente y no muy regulada debido a su repetición pese a tener conocimiento de lo que esto representa para la salud de los pobladores.
Dr. César Álvarez Pacheco
@cesar_alvarezp
Huatabampo, Sonora.


domingo, 11 de junio de 2017

13 Reasons why

Alguien dijo que la adolescencia es una enfermedad que se cura con el tiempo. Pero para Hannah Baker, joven de 17 años, interpretada por Katherine Lengford y que es estudiante de secundaria en una pequeña ciudad de Estados Unidos, la enfermedad fue mortal. La protagonista de la serie “Por 13 razones” (13 Reasons Why) la última y controvertida serie de Netflix basada en el libro del mismo nombre escrito por Jay Asher en 2007 y producida por la cantante Selena Gómez presenta la historia de una joven que dejó 13 grabaciones en casete describiendo las razones que la llevaron a suicidarse y cada grabación va dirigida a una persona clave en su decisión de terminar con su vida, pero ¿Por qué?

Desde que se estrenó el 31 de marzo, en la plataforma de streaming,  Netflix, que cuenta con 98.75 millones de suscriptores, ha estado rodeada de controversia. Los críticos y los profesionales de la salud mental debaten por la exposición cruda a temas como violación y suicidio. Según la Comisión para la prevención del suicidio, del Departamento de Salud, los estudios indican que el 20% de los jóvenes en E.U., cerca de 53,261 adolescentes entre 13 a 19 años contemplan constantemente la idea de terminar con su vida. El personaje es de ficción pero Hannah Baker, bien podría ser real en un país donde el suicidio es la segunda causa de muerte entre niños y jóvenes de 10 a 24 años, según datos del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de EU (CDC por sus siglas en inglés) y por supuesto, con efecto eco en nuestro país. Los expertos concurren en que el contenido de la producción ofrece una oportunidad para discutir temas fundamentales aunque morbosos. Mientras que muchos jóvenes son resistentes y capaces de diferenciar entre un drama de televisión y la vida real, la participación en conversaciones reflexivas con ellos es vital. Hacerlo presenta una oportunidad para ayudarles a procesar las cuestiones abordadas, considerar las consecuencias de ciertas elecciones y reforzar el mensaje de que el suicidio no es una solución a los problemas y que la ayuda está disponible. Esto es particularmente importante para los adolescentes que están aislados, luchando, o son vulnerables a las imágenes sugestivas y argumentos. Las investigaciones demuestran que la exposición al suicidio de otra persona o a las cuentas gráficas o sensacionalistas de la muerte puede ser uno de los muchos factores de riesgo que los jóvenes que luchan con las condiciones de salud mental citan como una razón por la que contemplan o intentan suicidarse y si, las redes sociales son un factor importante. Lo que la serie transmite con precisión es que no hay una sola causa de suicidio, de hecho, existen tantas vías diferentes para el suicidio como muertes por suicidio. Sin embargo, la serie no hace hincapié en que lo común entre la mayoría de las muertes por suicidio es la presencia de enfermedades mentales tratables. El suicidio no es la simple consecuencia de factores de estrés o desafíos de afrontamiento, sino un resultado combinado de enfermedades mentales tratables y factores de estrés abrumadores o intolerables.


Señales como: Aislamiento, tristeza, coraje, intranquilidad, desesperanza, descuido en la apariencia física, cambios repentinos de conducta y de estados de ánimo, conversaciones sobre la muerte y sentimientos de vacío y un historial de automutilación (cutting) son solo algunas de las señales que presenta el personaje de Hannah, y que pueden alertar a los padres de que algo no anda bien en la vida de sus hijos. Los jóvenes no son buenos para separar la ficción de la realidad por lo que podría crear conflictos emocionales o alteraciones del pensamiento. La serie trata temas como bullying, sexting, alcoholismo, drogadicción, violación y suicidio; temas en los que los jóvenes están inmersos en su día a día y que en ocasiones pasan desapercibidos ya que en las escuelas la mayor parte de los casos no se les presta la atención debida, ¿recuerda usted a la niña de Navojoa que se arrojó desde la torre de una iglesia? ¿Alguien en su escuela identificó el problema? ¿Se habrá resuelto? Esperemos que sí.

Dr. César Álvarez Pacheco
@cesar_alvarezp
Huatabampo, Sonora.

domingo, 4 de junio de 2017

El juguete de moda.

En México, el Trastorno por déficit de atención e hiperactividad, se ha incrementado considerablemente en los últimos años. En la década de los 50, uno de cada 10 mil niños presentaba este padecimiento, y hoy lo padece el 12%  del total de la población. Es uno de los problemas de salud mental que con más frecuencia se presenta en la población. Es un síndrome neurobiológico, caracterizado por la falta de atención, impulsividad e hiperactividad, y dificultad para concentrarse, síntomas que afectan el desarrollo y la calidad de vida de las personas que lo padecen, particularmente si este trastorno no es detectado o manejado a tiempo. Últimamente se ha visto con mucha frecuencia el resurgimiento de un juguete que nuevamente promete ser útil en este padecimiento y otros similares, su nombre es  fidget spinner  y aunque no es un videojuego o una aplicación para el celular, tiene fascinados a muchos niños.

El Fidget Spinner, es un pequeño objeto giratorio que supuestamente ayuda a reducir el estrés y a mejorar la concentración de quien lo utiliza. Se podría traducirse al español como “girador inquieto” y se compone básicamente de dos partes: una pieza central que se agarra con el dedo índice y el pulgar, y una hoja de rotación de tres puntas, su único cometido es girar, girar y girar hasta alcanzar la mayor velocidad posible, incluso los hay que brillan en la oscuridad y sus diversos colores y figuras los hacen crear atractivos efectos visuales. Fue creado hace poco más de 20 años para entretener a una niña de 7 años que no podía interactuar con otras personas debido a una extraña enfermedad autoinmune muy probablemente alguna variedad de autismo en Estados Unidos en 1993. De hecho, las cajas de estos juguetes lo promocionan así, como un producto infantil contra el estrés y mientras que la mayoría cuesta un par de dólares, algunos ya superan los US$1.000.

Cuando el TDAH persiste en la edad adulta (lo cual ocurre en un tercio de los niños afectados) presenta una evolución adversa en el área de la salud mental: hay mayor dependencia/abuso de alcohol, trastorno antisocial de personalidad, dependencia/abuso a otras sustancias, episodios hipomaniacos, trastorno de ansiedad generalizada, trastorno depresivo, deficiencias en los logros académicos, menos éxito ocupacional, problemas legales y lesiones accidentales. También hay mayores tasas de divorcio, peores elecciones sobre la salud y paternidad más precoz. Sólo una minoría de niños con llega a la edad adulta sin sufrir adversidades serias, lo cual sugiere que el tratamiento del TDAH en la niñez está lejos de ser óptimo. Las posturas son una muestra del debate creciente que está generando el uso de los fidget spinners, entre quienes lo ven como un juguete que ayuda a mejorar la concentración de los niños, y otros que lo rechazan por generar desorden. En algunos casos, la única forma de llevarlos a clase es acompañado de un justificante médico.

Hasta hoy no se ha realizado ningún ensayo clínico ni estudios que prueben la eficacia de este juguete en beneficio de los niños con TDAH, por lo que su uso es mera especulación y podría ser que resulte, o que obtenga resultados contrarios (¡Exacto! Tal y como la marihuana medicinal). Algunos estudiosos del tema piensan que deben ser llamados herramientas de inquietud, no juguetes, y pueden ser parte de una estrategia exitosa para manejar el comportamiento inquieto si se introducen como parte normal del tratamiento.

En países donde los pediatras y médicos familiares poseen más cultura psiquiátrica que en el nuestro, estos profesionales suelen hacerse cargo del tratamiento de muchos de los pacientes con TDAH, sobre todo los no complicados con comorbilidad significativa. En México esto ocurre en mucha menor medida, por lo que se requiere que pediatras, médicos familiares e internistas se capaciten para atender al gran volumen de pacientes que no son diagnosticados ni tratados adecuadamente. Si consideramos que la cantidad de psiquiatras y neurólogos certificados como especialistas es francamente escasa para las necesidades de la población es evidente que estamos frente a un problema de salud pública que debe ser atendido.
Dr. César Álvarez Pacheco
@cesar_alvarezp
Huatabampo, Sonora.