domingo, 23 de febrero de 2025

Una pesadilla epidemiológica.

 


Los plásticos son una parte cotidiana de nuestras vidas que utilizamos todo el tiempo. Llevamos una botella de agua de plástico en la mano cuando viajamos, cocinamos con plásticos, nuestros comestibles vienen envueltos en plásticos y nuestra comida se calienta en recipientes de plástico. Hoy se sabe que todo ello influye en nuestra salud, pero ¿De qué manera?

 

El increíble crecimiento de la producción de este material en las últimas siete décadas, que se remontan a los años 50, durante las cuales se calcula que se han producido aproximadamente 9.000 millones de toneladas de plástico. Podemos pensar que estamos abordando esta cuestión a través del reciclaje. Aunque en teoría suena bien, se calcula que solo se recicla alrededor de 10 % y gran parte del material no reciclado termina en vertederos no regulados, en el agua o se quema y se aerosoliza; sí, como en el “basurón” en Huatabampo y otros lugares. Con su posterior degradación o regulación al alza, el plástico se convierte en un compuesto de aire, agua y suelo. Como tales, los plásticos son ingeridos de forma rutinaria y se infiltran progresivamente en prácticamente todas las formas de vida del planeta. De hecho, se calcula que actualmente una persona promedio ingiere el equivalente a 5 g de plástico  más o menos, aproximadamente la masa de una tarjeta, una vez a la semana. Se puede respirar por aerosolización e ingerirse, aunque no hay mucho riesgo de exposición dérmica. Dicho material se clasifica como microplástico cuando tiene un tamaño <5 mm, algo que generalmente podemos ver, y en nanoplástico cuando mide <1 μm, que obviamente no podemos ver. Un artículo de revisión de 2024 señala que los plásticos ingeridos se acumulan en el tubo digestivo y en los pulmones, donde presentan propiedades inflamatorias. Múltiples estudios realizados en una variedad de modelos de parasitos y peces han demostrado que los microplásticos tienen efecto espectacular en la flora intestinal. En los humanos disminuyen la misma. Básicamente la ingestión de plásticos aumenta la disbiosis y disminuye la diversidad estableciendo un desequilibrio en el tubo digestivo. Los estudios realizados en animales también han demostrado sistemáticamente que los microplásticos dan lugar a cambios drásticos en la integridad intestinal. Numerosos estudios han demostrado que estas nanopartículas de plástico pueden encontrarse en cualquier parte del cuerpo, incluido el cerebro. La exposición al plástico es muy perjudicial.  ¿Qué significa todo esto en términos de enfermedad? Estos plásticos no provocan la muerte celular, pero sin duda modifican la estructura y la función de las células. Múltiples análisis celulares y estudios in vivo han demostrado repetidamente el impacto biológico negativo de la exposición a microplásticos. Un estudio reciente que me pareció interesante por sus sorprendentes resultados apareció en The New England Journal of Medicine. Los investigadores reclutaron 304 participantes. De estos pacientes, 150 (58 %) tenían nanoplásticos identificados en sus arterias y presentaban riesgo de sufrir una complicación cardiaca asociada, un ictus o muerte por cualquier causa aproximadamente 4 veces mayor que aquellos en los que no se detectaron nanoplásticos. También hay datos que indican relación con las enfermedades hepáticas. Por ejemplo, un estudio experimental con animales demuestra que existe estrecha relación entre la exposición a microplásticos y la aparición de esteatosis hepática asociada a disfunción metabólica. En otra revisión se analizaron las razones metodológicas por las que esto tiene sentido, que demuestran que las nanopartículas son transportadas a la vena porta e inducen aumentos de diversas citocinas en el hígado.

 

¿Qué se puede hacer? Se trata de una pesadilla epidemiológica en potencia. El riesgo medioambiental es explosivo y continúa a ritmos crecientes. Se calcula que en 2050 la producción anual de plásticos superará los 1.100 millones de toneladas anuales. A finales de 2023 la Unión Europea aprobó una medida de legislación química para bloquear o restringir la adición de microplásticos a los productos. Al considerar la magnitud de esta medida hay que tener en cuenta que están presentes en prácticamente todo lo que vemos: fármacos, cosméticos, etcétera. Además, la Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente aprobó un acuerdo en 2024 para investigar formas de elaborar y aplicar potencialmente políticas relacionadas con la exposición a nanoplásticos y microplásticos en humanos. Las estrategias de mitigación pueden incluir medidas, como reducción de la exposición al plástico en las formas de consumo (p. ej., botellas de agua, materiales de cocina), mejora de las prácticas de manejo en torno a cómo se procesan los plásticos y en última instancia, cómo se tratan cuando se devuelven al medio ambiente, así como la búsqueda de formas de limitar este material en los productos de consumo y desarrollar alternativas biodegradables.

Dr. César Álvarez Pacheco

cesar_ap@hotmail.com

@cesar_alvarezp

Huatabampo, Sonora

 

 

domingo, 16 de febrero de 2025

La salud en crisis

 


En una olla express a punto de reventar están diversos hospitales del país, que ahora pertenecen a la Federación, y que no cuentan con suficiente personal médico, equipos ni insumos. A estos reclamos se están sumando los hospitales nacionales, donde el principal reclamo es que al personal de salud no le han cumplido con sus basificaciones. ¿Se veía venir?

 

Sin duda la salud requiere de inversión seria en donde el presupuesto y el cuidado del mismo juegan un papel clave no solo para la salud de la población sino para el desarrollo del país. Durante el último año del ex presidente, se diseñó un esquema el cual planteaba esclarecer las necesidades reales de infraestructura y así ubicar recursos extras en comunidades diversas. Así nació “La clínica es nuestra”, un programa “sombra” de otro denominado “La escuela es nuestra” en donde el recurso se entrega a un comité de personas civiles y no precisamente bajo algún esquema de gobierno. Para ello se asignan comités de directivos o padres de familia a quienes les dan los recursos para que con ellos se pinten las escuelas, se renueve el mobiliario, pizarrones y la mejora de espacios para los alumnos. Es un programa de subsidios en el que la comunidad identifica y decide el uso de los recursos. A partir de asambleas se crean los Cosabis con presidente, secretario o secretaria técnica, tesorera (siguiendo el programa la Escuela es Nuestra) y cinco vocales que identifican necesidades y ejercen recursos, supervisando mejoras en los centros con base en necesidades. Se menciona que esto permitirá que la comunidad tenga apropiación sobre dónde se cuida su salud, e identificación de lo más urgente: impermeabilizaciones, bardas, cercos perimetrales, instalación eléctrica, cuarto del médico pasante (sic), adquisición de equipos, etc. Ya que “No hay mejor guardián del dinero público que el pueblo”, se mencionó en la mañanera. Si los Cosabis son para infraestructura y atención médica, ¿dónde quedan la prevención y el autocuidado para la salud? todo dependerá de si establecieron interlocutores reales en la comunidad. De ese nuevo diseño dependerán la calidad y resultados de la Clínica es nuestra poniendo especial atención en la ejecución de los recursos en el primer nivel de atención, es decir en los centros de salud rurales donde se otorga consulta “gratuita” a la comunidad. El programa se parece mucho a lo que en su momento fueron el Pronasol y el Programa Oportunidades, y actualmente hay muchas clínicas que les urge ser modernizadas, reparadas y renovadas. La realidad es que los recursos no alcanzan; por lo que una solución salomónica para el gobierno federal es que sea el personal de salud y los pacientes los que, a través de una asamblea general y mediante votación, digan dónde les urge más resolver el problema de sus centros de salud, para que ahí sea destinado el dinero. Sin embargo no se sabe a ciencia cierta si esto es más para que el estado no tenga “responsabilidad” como tal en la rehabilitación de las clínicas o la responsabilidad caerá en las decisiones que el comité tome en sus asambleas. Será una bonita manera de culpar al “pueblo bueno”, por alguna deficiencia que ya de por si son muchas.

 

A principios del año pasado, se le dio 6 mil millones de pesos a la Clínica Es Nuestra, pero ahora las autoridades afirman no tener documentación sobre el uso de esos recursos. Lo anterior pese a que incluso se creó una plataforma para garantizar e informar sobre el correcto uso de los recursos públicos. Sin embargo, a pesar de que se dispuso de una plataforma, que incluso contaría con memoria fotográfica de las obras realizadas, el IMSS-Bienestar informó vía transparencia que no cuenta con ningún archivo ni físico ni electrónico en el que se dé cuenta de cómo se usó el presupuesto público dispersado y que al 31 de julio pasado  sumó 6 mil 341 millones 600 mil pesos. Parece que seguirá igual. ¿Cómo ve?

Dr. César Álvarez Pacheco

cesar_ap@hotmail.com

@cesar_alvarezp

Huatabampo, Sonora

 

domingo, 9 de febrero de 2025

El Sueño Mexicano.

 


La migración es un tema complejo en donde los gobiernos siguen sin poder tomar el control sobre la misma dada las cuestiones sociales y económicas. A diferencia de la migración económica, la movilización de personas que hoy buscan ingresar a Estados Unidos desde diversos países de Latinoamérica obedece a una combinación de factores sociales, políticos y climáticos.  También ha cambiado, pues ahora incluye una proporción creciente de mujeres en edad reproductiva, niños, grupos de familiares e individuos de diversas edades. ¿Aún en busca del sueño americano?

 

Esta situación plantea grandes retos a los gobiernos de la región, que requieren diseñar y aplicar políticas públicas enfocadas a atender las necesidades de estas poblaciones y particularmente para México, país por el cual transitaron en 2019 más de 600, 000 migrantes durante su ruta hacia EU. Esta oleada migrante enfrentará mayores obstáculos en su intento por ingresar o permanecer en ese país, no supondría, a pesar de todo, un aumento sustancial en el presupuesto que requiere el sistema nacional de salud mexicano para brindarles atención. Así lo señalan las conclusiones de un estudio publicado recientemente en la revista Salud Pública de México, en el cual estimaron el número de migrantes de origen caribeño o latinoamericano en tránsito por el país a partir de datos obtenidos previamente entre 2015 y 2021, así como su distribución por sexo con base en informes del American Community Survey, el Department of Homeland Security y el Customs and Border ProtectioN, así como de la Secretaría de Gobernación (México). La investigación consideró para sus propósitos a todos los migrantes en tránsito por el país, ya fuesen regulares, irregulares, solicitantes de asilo o bien personas desplazadas. El equipo autoral calculó el número de casos de las cinco necesidades de salud más frecuentes (infección respiratoria aguda, depresión, heridas, dolor de cabeza y embarazo) Luego aplicaron los costos de atención unitarios del Instituto Mexicano del Seguro Social (estimados para el cobro de servicios a no derechohabientes) a escenarios de menor y mayor gravedad del padecimiento. En el primero asumieron que todos los casos requerían únicamente atención médica, mientras en el segundo consideraron la necesidad de una atención especializada que abarcaría consultas médicas especializadas, radiografías, curaciones e incluso hospitalizaciones. Asimismo, el análisis consideró dos tipos de estimaciones para determinar la cantidad de recursos requeridos por el sistema de salud: los costos de atención para cada una de las necesidades de los migrantes considerando la totalidad de casos, así como la demanda potencial de servicios, cuyos gastos fueron calculados solamente para el porcentaje de personas que, de acuerdo con la propia estimación, buscarían atender los trastornos incluidos en el estudio. En promedio, el equipo estimó 29,114 casos de infecciones respiratorias agudas; 11,933 de depresión; 8,686 de heridas; 8,661 de dolor de cabeza y 1,369 embarazos.

Los rangos de costo para los escenarios de mínima gravedad oscilaron entre 1,3 millones de pesos para embarazos y 27,9 en el caso de la infección respiratoria. Para los escenarios de máxima gravedad, los costos estimados fluctuaron entre 4,7 y 41,2 millones de pesos para embarazo e infección respiratoria, respectivamente. Ambas circunstancias representaron la mayor carga económica, con un costo promedio de 18,6 y 13,2 millones de pesos. Finalmente, al sumar los costos promedio anuales de las necesidades de salud mencionadas, los autores estimaron que se requerirían 45.5 millones de pesos mexicanos para atender la demanda potencial y 86,5 millones de pesos para la atención de todos los casos. Esta última cifra equivaldría apenas a 0,06 % de los 134.124 millones de pesos que ejerció el desaparecido Instituto de Salud para el Bienestar en 2021.

 

Atender estos padecimientos es un reto complejo y desafiante, ya que involucra varios factores, como el estatus migratorio, especialmente si es irregular, el desconocimiento del sistema de salud del país de tránsito o destino, la falta de diagnóstico de los trastornos y la heterogeneidad de las personas migrantes en cuanto a edad, género, etnia y características sociodemográficas. Además, los servicios de salud durante el tránsito suelen ser precarios y, en los países de destino, el acceso a la atención médica es frecuentemente limitado. Alrededor de 5 millones de mexicanos que residen en forma irregular podrían ser afectados por esta medida. Con la llegada de Trump y la deportación masiva los primeros días de su mandato, nuestro país ofreció asilo, servicio médico y un apoyo económico de dos mil pesos. A esto se le llamó el “Sueño Mexicano”, juzgue usted.

Dr. César Álvarez Pacheco

cesar_ap@hotmail.com

@cesar_alvarezp

Huatabampo, Sonora

 

 

 

 

 

domingo, 2 de febrero de 2025

El efecto Trump en la salud global

 


El fenómeno de las elecciones en el país vecino causó impactó no solo a nivel social y económico, sino mediático y con alarmas por distintas razones entre ellos el tema de la migración, Ucrania y si, también el tema de salud estimado lector. Con el inicio de un segundo periodo como presidente, Trump anunció la salida de la OMS. Pero, ¿Por qué? Veamos.

 

Desde su investidura el pasado lunes 20 de enero, el magnate inició con fuertes anuncios su regreso a La Casa Blanca, con el posible impuesto del 25% de arancel a productos extranjeros, principalmente para Canadá y México, la deportación masiva de inmigrantes, así como su retiro de la OMS. En ese sentido, la organización de la salud advirtió que la decisión de Trump podría tener un impacto significativo en los programas de salud pública de África. El presidente Trump firmó ese decreto horas después de su investidura, justificándola por la brecha que hay entre la contribución que hace Estados Unidos y la que hace China. No es un secreto la guerra comercial y política que ha tenido Estados Unidos y China últimamente al grado de competir no solo en lo económico o nuclear, sino por el control de varios organismos no solo el de salud. La Organización Mundial de la Salud lamentó la iniciativa del presidente Trump de retirar de la misma se le invito a reconsiderar la decisión de acuerdo con Tarik Jasarevic desde Ginebra, la ciudad Suiza donde tiene su sede la organización. En el primer día de su segundo mandato presidencial, Trump ordenó el lunes a las agencias federales pausar futuras transferencias de fondos del gobierno de Estados Unidos, apoyo o recursos a la OMS y acusando a esta agencia de la ONU de estar influenciada por China en las primeras etapas de la pandemia de Covid-19. El país norteamericano es el mayor donante de la OMS y suministra una financiación vital que sostiene diversas de sus operaciones. El presidente Trump también anunció que su país volverá a abandonar el Acuerdo de París contra el cambio climático. En cuanto al Acuerdo de París, la Organización Meteorológica Mundial recordó que el cambio climático sigue unas leyes “no negociables” que han de ser vistas con una perspectiva de décadas o siglos, más que en un mandato de cuatro años,  y aseguró que Estados Unidos es una de los mayores afectados. La salida de EU de la OMS supondrá perder una cantidad de 1.284.000 millones de dólares y pondrá a la OMS en un riesgo financiero importante, un riesgo de poder cumplir sus objetivos y volver hacia atrás en todo lo que ya se está haciendo. EU fue uno de los principales impulsores de la creación del sistema de Naciones Unidas tras la Segunda Guerra Mundial (de hecho, la constitución de la OMS se firmó en el país) y ha sido históricamente su principal financiador. También plantea serias implicaciones para el sistema de salud global en su conjunto. No sería raro que se redujera drásticamente la financiación de otras organizaciones estadounidenses activas en salud global, como el PEPFAR (Plan de Emergencia del Presidente para el Alivio del Sida) o el Programa Presidencial contra la Malaria u otras instituciones que dependen de fondos estadounidenses, como el Fondo Mundial para la lucha contra el sida, la tuberculosis y la malaria. Queda por ver cómo las políticas y discursos de la nueva Administración influirán en la financiación de organizaciones estadounidenses que apoyan el trabajo de la sociedad civil y grupos de base en todo el mundo.

 

Sabemos que la OMS tiene un valor incuestionable en cuanto a la defensa de los intereses en el campo de la salud de los países en vías de desarrollo. Cuando la OMS habla, no habla pensando en los EU, ni en España ni en Francia, sino que habla pensando en todos los países del mundo, y en muchos países desgraciadamente viven en un contexto de pobreza donde la OMS es fundamental para establecer estrategias globales que les permitan no sufrir consecuencias excesivamente dañinas en relación con problemas de salud. Mencionan los mismo expertos que el riesgo más importante es la pérdida de influencia de la propia OMS, que, en ocasiones, ya no es la que debería ser; y el cuestionamiento constante de las cuestiones multilaterales en el ámbito de la salud. Afectaría y mucho en caso de futuras pandemias. ¿Entonces?

Dr. César Álvarez Pacheco

cesar_ap@hotmail.com

@cesar_alvarezp

Huatabampo, Sonora